"Apostamos por lo local, por lo que no tenemos desabastecimiento"
Hace más de una semana que los informativos bombardean al ciudadano con imágenes de estanterías de supermercados vacías. La guerra en Ucrania, la huelga de transportistas, la subida de precios del carburante y de las materias primas... Se han encadenado una serie de circunstancias que afecta a todos los sectores, sea cual sea. ¿Cómo se vive en el Mercado de San Francisco de Jaén? Rafael Martos Expósito (Jaén, 1964), es miembro de la junta directiva y desde más de cuatro décadas regenta un puesto, Rafael & Víctor. Junto a su hijo, nos atiende cerca de la hora de comer, cuando sus compañeros ya recogen, para hacer balance de la semana.
Alguna de sus respuestas son claras: apostar por lo local evita muchos problemas de los que ahora se están sufriendo. La primera semana se ha vivido sin problemas, pero empiezan a despertarse ciertas dudas sobre la que entra mañana.
—¿Cuánto tiempo lleva trabajando en el Mercado de San Francisco?
—Desde 1981. Siempre en el mismo puesto, que venía de la antigua fábrica de Cárnicas Molina. Yo era trabajador y al final me quedé con el puesto, por eso tengo esa antigüedad.
—¿Cómo está viviendo el Mercado de San Francisco lo que ya se apunta como lo que parece ser la salida de la pandemia por Covid-19? ¿Cómo han sido estos años?
—La salida la estamos viviendo con alguna dificultad. Como todos los sectores, hemos sufrido con la pandemia y se han sucedido un conjunto de circunstancia que ha hecho que suframos. Pero el mercado sigue vivo, con su género. En todo este tiempo no nos ha faltado nada de carne fresca, embutido, pescado, frutas, verduras... Hemos tirado hacia adelante, con dificultades como todo el mundo, pero con todos los puestos abiertos.
—Usted es vicepresidente de la nueva junta directiva que tomó posesión el pasado otoño. ¿Qué proyectos tienen por delante?
—Hay proyectos conjuntos con el Ayuntamiento de Jaén, como es su remodelación. Tenemos iniciativas encima de la mesa para atraer gente, hacer una sala gastranómica y, otros, como ofertar los puestos vacíos a gente que esté desempleada y pueda buscar aquí un futuro.
—Es imposible hablar con un profesional del sector de la alimentación sin preguntarle por cómo le está afectado la actual circunstancia. ¿Tienen desabastecimiento por la huelga de transportistas?
—Esta semana se ha notado muy poco. Somos pequeños comercios y consumimos mucho producto propio de la provincia de Jaén. Les ha afectado más a la gente que venga de Madrid hacia abajo, que tengan que pasar por Guarromán o por Bailén, puntos donde se han parado la mayoría de camiones. Pero nosotros utilizamos productos de la tierra, son matadero pequeños que nos han servido. Bien con sus furgones, como el caso de los puestos de pescadería, o buscando fórmulas, hemos estado toda la semana abiertos y dando servicio. Es verdad que vemos en televisión el desabastecimiento y yo, por ejemplo, tengo de todo, incluso aceite de girasol.
Si se endurece la situación puede que la semana que viene sí empecemos a notar las consecuencias. En nuestro caso, por ejemplo, los mataderos ya no se fiarán de sacrificar animales por si los dejan parado y es un problema. No sabemos si la semana que viene salgan a faenar los barcos, lo cuál también nos pueda afectar. Tenemos dudas, de momento, para la semana que viene, pero ésta hemos estado al cien por cien.
—Una vez más se demuestra que el comercio local es garantía segura y no sufre los problemas de las grandes superficies.
—Efectivamente. En la provincia de Jaén y en Andalucía tenemos unos productos de gran calidad y no hace falta traerlos de fuera. Es cierto que hay productos de cierta marca que nos lo pide, pero en Jaén tenemos grandes productos. Apostar por lo local te ayuda.
—Muchas veces hemos escuchado la frase de que ir a esos grandes supermercados hace que la compra sea más barata. ¿Es así?
—Le voy a poner un ejemplo que le va a servir de respuesta. Hace unos minutos ha venido una pareja que va ha invitado amigos a casa. Me han pedido, con la confianza, un jamón y un queso con los que quedar bien. Hemos charlado e intercambiado recetas. Cuando uno va a una gran superficie, el silencio te come. Como no tengas un poco de idea te pierdes, coges el primer jamón ya sea que esté salado, blando... Vas a echando en el carro sin cálculo y la sorpresa te la llevas en la caja. No tienes el trato cercano con el comercial, al que pedir consejo.
Aquí somos humanos, que mucha falta nos hace. En cambio, en una gran superficie parecemos robots. Además, en el mercado tenemos una gran cantidad de productos, de gran calidad y con buenos precios. Pero la gente quiere ir con el coche al aparcamiento, llenar el carro y no cargarse.
—¿La subida de precios de la materia prima, de los carburantes y la guerra en Ucrania les afecta?
—Sí, los precios han subido sí. Lo han hecho en las fábricas y tenemos que repercutirlo. A veces, si el incremento no es mucho y los márgenes siguen siendo suficientes intentamos asumir el incremento nosotros; pero otras es imposible. Nos pasa a nosotros y le pasa a todas las empresas. El coste del transporte no nos afecta tanto, pero la energía, sí.
—¿Observan que esté el ciudadano más temeroso a la hora de gastar?
—El cliente del mercado se gasta el dinero gustosamente porque compra lo que necesita y sabe apreciar la calidad.
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