"Es una gran satisfacción vender puzzles hasta en Australia"
En el corazón de la capital de las Nuevas Poblaciones, en la Plaza de las Delicias, está la Papelería y Librería Arte. Este mes de agosto cumple 33 años siendo un referente en el comercio local carolinense. Lo que pocos saben es que es la mayor tienda de Europa en stock de modelos de puzzles.
Solo le adelanta un establecimiento en Alemania, que juega con la ventaja de ser un almacén de venta al por mayor, que no es este el caso. Aunque viendo el ritmo que lleva esta familia de La Carolina que lleva por bandera a su pueblo, puede que no esté tan lejos este reto. Y es que lo que comenzó en pandemia como una apertura de una nueva línea de negocio se ha convertido en un gran reclamo en el sector, no sólo en un Europa, sino en todo el mundo. Al frente, Francisco González Teclemayer (La Carolina, 1960), que nos abre las puertas de este fascinante mundo con una camiseta que dice "yo compro en mi pueblo"; toda una declaración de intenciones.
—Tiene apellido de 'colonos'. Seguro que más de una vez le habrán preguntado por el apellido Teclemayer...
—Ahora menos, porque ya la gente se está acostumbrando a ver apellidos raros, pero hace unos años mi apellido era muy raro. Allí donde fueras te preguntaban de dónde venía. Los que conocen la historia de las Nuevas Poblaciones sí lo saben.
—Los que venimos o vivimos en La Carolina tenemos la sensación de que la Papelería y Librería Arte lleva toda la vida aquí, en Las Delicias. ¿Pero, cuándo empezaron?
—Justo este mes de agosto cumplimos 33 años.
—¿Cómo surgió la idea?
—Mi mujer era y es muy emprendedora y abrió el negocio. Yo estaba trabajando de camarero y cuando vimos que funcionaba me vine con ella.
—¿Empezaron con prensa?
—En realidad con de todo un poco pero tampoco podíamos tener muchas cosas ya que tuvimos que pedir un préstamo y en aquella época eran muy caros. Empezamos pagando un interés de un 16%. Los primeros años, todo lo que ganábamos era para pagar al banco e invertirlo en la tienda.
—Siempre en el mismo sitio...
—Sí, que además es un sitio privilegiado. Lo cierto es que nos sentimos muy orgullosos de nuestro negocio aunque nos da pena porque ya vemos que poco a poco está llegando nuestro retiro.
—Pero tienen relevo, ¿no?
—El deseo es que continúe uno de mis hijos, sí. Es informático, es el que ha hecho la página web y es el que tuvo la iniciativa de los puzzles. Nos hace mucha ilusión que siga porque nos daría mucha pena cerrar. Este pueblo se está quedando sin comercio.
—Aprovecho para preguntarle por eso. Nos recibe con una camiseta que reza "Yo compro en mi pueblo". ¿Cuál es la estrategia para luchar contra los precios más competitivos de internet o grandes superficies?
—Yo soy un defensor del pequeño comercio no solo de La Carolina sino de todos los municipios, porque esto es un problema que está pasando a nivel nacional. Cada vez vemos más locales vacíos. Aquí, en la calle Madrid, una de las principales del pueblo, he contado una docena cerradas.
Podemos competir con los precios de las grandes superficies porque, si te das cuenta, tienen algunos precios de gancho, pero el resto suelen tenerlo más caro que nosotros. Porque mantener esos establecimientos es caro. Por otro lado, nuestro plus es el trato directo con el público y que lo conocemos bien. Yo entiendo que es muy cómodo ir a un centro comercial con el coche y que lo tengas todo en el mismo sitio. Aquí tienes que ir de un sitio a otro. Pero nosotros ofrecemos un trato mucho más cercano.
—Pero en su caso ofrecen unas ventajas muy atractivas. En la tienda cuenta con unos 10.000 libros pero es que además yo doy fe de que si alguno que le pidan no lo tienen, se lo traen al día siguiente. Casi más rápido que Amazon. ¿Cómo lo hacen?
—Trabajamos con tres almacenes muy eficaces, que tienen un stock muy grande de títulos. Si ese libro está en el mercado y está aquí, en menos de 24 horas te lo traigo.
*La entrevista se detiene para poder ir atendiendo a los clientes que llegan.
LOS PUZZLES
—Me comentaba que han apostado por dos segmentos muy específicos...
—Sí. Son los libros y los puzzles.
—Lo de los puzzles me lo tiene que explicar porque tienen, que acabo de consultar en la web, más de 10.200 modelos en almacén. ¿Dónde? ¿Cómo tantos? ¿Cómo nació esta nueva línea de negocio?
—Siempre hemos tenido puzzles en la tienda, pero no al nivel de ahora. Cuando empezó la pandemia por Covid-19 se nos disparó la demanda de tal forma que nos quedamos sin existencias. Vimos que era un segmento que no tiene tanta competencia como en el libro. Solo por poner un ejemplo: por muy rápidos que seamos no podemos competir con la Casa del Libro o con Amazon, que tienen muchos más márgenes. De ahí que nos centráramos en los puzzles y dimos el salto cuando mi hijo hizo la página web.
—Ahí se expandió el negocio.
—Sí. Empezamos con poco y ya hemos ido ampliando. Ahora mismo podemos decir que en Europa no existe una tienda que tenga tal cantidad de puzzles en existencias. Solo hay una establecimiento en Alemania que cuenta con más pero es porque tiene un almacén también, y con eso no podemos competir. Pero en pequeño comercio, somos los que tenemos más modelos únicos de Europa. Ahora mismo, mandamos puzzles a cualquier parte del mundo. Es una gran satisfacción vender puzzles hasta en Australia, por ponerte un ejemplo. Ahora mismo, tengo ahí un paquete que va a los Países Bajos, pero hemos mandado también a Canadá, Estados Unidos...
—¿Dónde los tienen?
—En una cochera donde ya no podemos meter el coche porque lo hemos convertido en almacen. No descartamos, además, seguir ampliado, porque se nos ha quedado pequeño. Tenemos muchas marcas y una gran variedad. Lo bueno que tiene la web es que está abierta las 24 horas del día los 365 días al año y nos llegan pedidos a diario, hasta el 31 de diciembre a medianoche, que nos ha pasado. Pero no sólo eso. La web también nos ha permitido mandar un libro a la Universidad de Nueva Orleans porque estaba haciendo un estudio sobre los colonos.
—¿Vienen los clientes a ver la cochera?
—Sí, sí y se quedan sorprendidos. Alguna vez nos ha pasado que entran a la tienda y se creen que se han equivocado, porque aquí no se ven. Un día vino una mujer con su esposo y cuando vio lo que teníamos le dijo que se fuera al bar consciente del rato que iba a echar. En otra ocasión, vino una familia desde Ronda a caso hecho. Luego ya visitaron Úbeda y Baeza.
—Por si fuera poco. Ahora estáis preparando la segunda edición del Concurso de Puzzles, que será en octubre.
—Es una satisfacción porque viene mucha gente de fuera. No todo en la vida es ganar sino obtener esa satisfacción personal de ver que organizas algo y tiene éxito y promocionamos el pueblo. Es un orgullo que el nombre de mi pueblo salga fuera y que la gente nos conozca. El año pasado participaron unas 50 personas y este confiamos que sean más. Además, incluimos algunas novedades como invitar a desayunar churros con chocolate. Todo el que se quiera inscribir lo puede hacer a través de nuestra página web.
—Además, defienden el valor terapéutico del puzzle.
—Aquí en el pueblo cada vez hay más aficionados e intentamos que descubran sus beneficios y dejar a un lado el móvil. Es un terapia muy buena porque trabaja la mente y además permite concentrase en otra cosa. Yo no había hecho nunca un puzzle y el primero que hice me enganchó. Además, es un momento de pasar en familia.
—¿Qué parte de responsabilidad tiene su hijo en este éxito?
—Más de la mitad es cosa suya. Si mañana dijese de irse yo me vería limitado. La informática ha llegado muy tarde para mí. Y le estoy muy agradecido, además de sentirme muy orgulloso de él.
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