Doce años de cárcel por 'escaldar' a su bebé
El vecino de la capital, que ahora tiene 25 años, ha sido declarado culpable de verter sobre su hijo agua a "altísimas temperaturas" que le causaron quemaduras en el 70% del cuerpo
A prisión. La sección Tercera de la Audiencia Provincial de Jaén ha condenado a Manuel M.C., de 25 años, a 12 años de cárcel por bañar a su bebé, de cinco meses, con agua hirviendo. Unos hechos que la sentencia ha considerado probados y que ocurrieron en la capital hace ahora cinco años, el 14 de agosto de 2012, cuando el condenado llenó un recipiente con agua hirviendo que volcó sobre el diminuto cuerpo de su hijo, que sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en el 70% de su cuerpo, a excepción de los pies, las manos, el cuello, la cabeza y la parte central de la espalda.
Manuel M. C., además, tendrá que hacer frente a una indemnización de 180.000 euros y la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de su hijo durante los 15 años posteriores a su estancia en prisión. Y es que, la sentencia no acepta las alegaciones que el padre y su defensa hicieron durante el juicio, cuando afirmaron que las lesiones en el cuerpo del bebé se produjeron accidentalmente después de que Manuel M.C. le diera "sin querer y con el codo" al grifo del agua caliente, por lo que ha sido condenado por un delito de lesiones por deformidad con el agravante de parentesco y alevosía.
"NO" FUE SIN QUERER
El 14 de agosto de 2012, Manuel C.M., vecino de Jaén de 26 años, acudió junto con su pareja y su bebé de cinco meses a casa de su hermana. La madre del bebé y su cuñada se marcharon del domicilio para comprar un kebab, sin pensar que dejar a Manuel C.M. a solas con su bebé iba a acabar en una tragedia terrible. El joven, según el escrito de la fiscalía, sumergió a su bebé en agua hirviendo, lo que provocó quemaduras en el 70% del cuerpo del menor, de tan solo cinco meses, y que necesitó 296 días y varias intervenciones quirúrgicas para poder salir del hospital. Eran las 21:30 horas aproximadamente cuando su pareja y su hermana salieron de casa.
Manuel, que estaba a solas con M., su bebé de cinco meses y 18 días decidió bañarlo y procedió a introducirlo en “la bañera o el lavabo” y volcó sobre él un recipiente que había sido llenado de agua a “altísimas temperaturas”. Fue en el cuarto de baño del domicilio, una habitación “sin ventilación o ventana al exterior” y donde los lloros del bebé quedaron atrapados.
Al volcar el recipiente colmado de agua hirviendo, se logró alcanzar la zona de los glúteos, genitales, cara anterolateral de tronco, los muslos y piernas salvo pies, manos, cuello, cabeza y parte central de la espalda, lo que provocó que el bebé comenzara inmediatamente a llorar, lo que no calmó al padre, que, según el escrito provisional de calificaciones, sujetó por la cabeza al menor, al que mantuvo en todo momento en contacto con el agua. Cuando él decidió, sacarlo al bebé y lo cubrió con una especie de trapo, que quedó plagada por los restos de piel que se desprendían del diminuto cuerpo del menor.
TERRIBLES CONSECUENCIAS
Fue en ese momento cuando llegaron su mujer y su hermana, que, rápidamente, se desplazaron con el menor hasta el Centro Hospitalario de Jaén, donde quedó ingresado en la UCI pediátrica con pronóstico grave por quemaduras de segundo y tercer grado generalizadas, que le afectaban al tronco, la espalda, los muslos, los glúteos y las piernas, el 70% de la superficie corporal. Asimismo, el 16 de agosto, M. fue trasladado al Hospital Infantil ‘Virgen del Rocío’ de Sevilla, a la Unidad de Quemados, y pasó, el día 18, a la UCI pedrátrica, dada la gravedad y magnitud de las heridas y el estado que presentaba el niño para su valoración y tratamiento.
Allí fue intervenido quirúrgicamente para colocarle varios injertos cutáneos. “No existiendo en la actualidad limitación funcional de las articulaciones afectadas si bien es posible que existan en un futuro y requieran tratamiento quirúrgico así como existencia futura de secuela psicológica-psiquiátricas”.
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