CON LA MIRADA EN EL CIELO
—¿Por qué hace este tiempo?
El mundo se vuelve del revés. Europa se congela mientras que el Ártico sufre temperaturas de récord. Los inviernos son calurosos y las entradas de primavera llegan con un carrusel de borrascas que dejan a más de uno descolocado.
—Se está volviendo loco. Nos estamos cargando el planeta.
Agustín López es agricultor en Andújar. Su mirada está siempre pendiente del cielo, porque el agua es la vida de su negocio, del campo. Su día a día está asociado a un parte meteorológico cada vez más difícil de augurar. No hay periodos fijos para las lluvias, ni unas causas claras que lo justifiquen. Es verdad que se habló mucho de ciclos de once años. En Jaén hay quienes hacen referencia al de tres. Pero lo cierto es que estamos en un proceso de muda. El clima no es una foto fija -en realidad nunca lo ha sido- y además ahora está cambiando por la mano del hombre.
—¿Por qué hace este tiempo?
—La causa más cercana es porque se ha instalado un anticiclón en latitudes superiores que obligan a las borrascas a transitar más al sur. La causa más lejana... El porqué del cambio de posiciones de borrascas y anticiclones habría que buscarlo en la ruptura del vórtice polar que está asociado con las condiciones de la tropopausa.
Luis Fernando López Cotín es delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología en Andalucía, Ceuta y Melilla. Como Agustín, vive con un ojo en el cielo y con otro en el ordenador, donde cada dato se convierte en clave para analizar la transformación que sufre el globo motivada por la acción humana.
No se aventura a predecir si el carrusel de borrascas instalado en la provincia desde febrero durará más o menos.
—Ya sabes que las predicciones meteorológicas tienen un alcance limitado. Para el viernes, y hasta el domingo, se esperan nuevas borrascas y precipitaciones asociadas. Más adelante se estabilizará la atmósfera y subirán las temperaturas.
Es sábado. Han pasado cuatro días desde que hizo el pronóstico y, de momento, ha acertado. Hoy, la provincia está inmersa en la enésima borrasca que la pone en alerta, tanto por viento como por nieve.
DE LA NADA AL TODO
El mar de olivos está acostumbrado a pasar del todo a la nada o viceversa. Solo hay que echar un vistazo a la hemeroteca de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. El año hidrológico 2016-2017 resultó más seco de lo normal, con una precipitación media registrada de 499 litros por metro cuadrado en Andalucía, un 14% inferior a la media anual de los últimos 25 años, situada en 583. En Jaén se contabilizaron 442.
—La mayor desviación respecto a su media histórica corresponde a los embalses de la provincia de Jaén, que experimentaron un 27% menos de aportaciones.
Ante este dato de la Confederación, precedido de otros dos años hidrológicos (2015/16 y 2014/15) "más secos de lo normal", no es de extrañar que la provincia afrontara la temporada con un 25,94% de reservas de agua (porcentaje a 1 de octubre de 2017).
¿Qué ha pasado desde entonces? Los embalses han duplicado, en el sentido más literal de la expresión, sus recursos. A día de hoy se sitúan al 54,59 y con la paradoja de que algunos tienen que soltar el bien líquido porque no pueden más. Aguascebas, Dañador o La Bolera se ven en esta tesitura. Marzo se augura un mes histórico de lluvias en Jaén capital, con 254 litros por metro cuadrado a falta de la última semana. La media para esta fecha del calendario suele ser de unos 50.
—Algunos de los pantanos de Jaén empiezan a desembalsar tras las últimas precipitaciones. Lo que hace un mes parecía imposible, ha sido posible gracias a unas importantes lluvias que ya han llenado algunos embalses como el Dañador o el Aguascebas.
Lo recuerda Asaja Jaén, que hace especial referencia a La Bolera, en Pozo Alcón. El embalse, que estaba casi vacío a finales de febrero, se encuentra ya al 86,02% de su capacidad.
Por no hablar de lo que va de año hidrológico, 853,4 litros por metro cuadrado en El Tranco; 846,3, en el Aguascebas, o 915,8, en el Quiebrajano. No en todos los rincones del mar de olivos llueve por igual, ni mucho menos. La media está en 499 litros por metro cuadrado. Y aunque el tiempo no sea una foto fija, como recuerdan desde la Aemet, mirar la hemeroteca nos lleva al ciclo de los tres años.
El año hidrológico 2012-2013 fue excepcionalmente lluvioso, con una lluvia media registrada de 902 litros por metro cuadrado. Representó un exceso del 55%. En Jaén, la precipitación acumulada ese año fue de 1.117 litros por metro cuadrado. Superó en un 92% a su media anual (582). El 2010-2011 también fue especialmente lluvioso, con un superávit hídrico del 43%. En Jaén se alcanzaron los 832 litros por metro cuadrado.
EL CAMPO
—Aunque el agua viene muy bien, no podemos lanzar las campanas al vuelo ni decir que se ha acabado la sequía. Hemos pasado años muy malos, que han mostrado mucho las carencias que tenemos en infraestructuras.
Cristóbal Cano es licenciado en Ciencias Ambientales y secretario general de UPA Jaén. Señala dos carencias fundamentales que, a su entender, ayudarían a Jaén a estar menos a merced del tiempo. Son la balsa del Cadimo y la presa de Siles.
—Tenemos infraestructuras hídricas que no están en uso, sobre todo la presa de Siles, que ya está hasta inaugurada.
Fue en julio del año pasado cuando se anunció que la balsa del Cadimo se encontraba al 95 por ciento de ejecución y su finalización se prevé para este 2018. Sin embargo, poco o nada se sabe de ella, más allá de que no tiene agua. Es una infraestructura hidráulica con una capacidad de almacenamiento de hasta 19,75 hectómetros cúbicos. Su objetivo es, por un lado, afianzar la superficie de olivar en regadío, en hasta 15.000 hectáreas, y por otro, regular y mejorar el caudal ecológico del río Guadalbullón.
A la presa de Siles le pasa tres cuartos de lo mismo. Hoy cuenta con un llenado del 61%, un agua que no se puede aprovechar sin conducciones. La ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, inauguró, hace más de dos años, esta infraestructura. Por entonces, explicó que el objetivo era administrar reservas de agua en épocas de sequía, garantía de crecimiento y desarrollo. El embalse tiene 30,5 hectómetros cúbicos de capacidad. Así, permite satisfacer las necesidades de municipios deficitarios, como Beas de Segura, Benatae, Génave, Puente de Génave, Segura de la Sierra, Torres de Albánchez y Villarrodrigo. Abarca una población aproximada de 13.000 habitantes.
—Se ha producido un cambio drástrico ya que hemos pasado de la noche al día en prácticamente 20 días, hasta el punto de que los pantanos empiezan a estar a un nivel que nos puede permitir regar con una dotación normal en la próxima campaña de riego.
Lo reconocía su secretario general en Jaén, Juan Luis Ávila, hace unos días. Lanza una advertencia: tanta agua no garantiza una cosecha "especialmente buena". A su entender, ha llegado muy tarde al cultivo y el frío también se ha retrasado, lo que deja poco margen de reacción.
—Nos lo vamos a jugar todo a una carta en el mes de abril.
Y en esa mano está Jaén. Con un ojo en el cielo y otro en el campo, una de sus principales, por no decir la mayor, fuente de subsistencia. Un pozo de riqueza que está a merced de un tiempo que no puede controlar. Un tiempo que, ironías de la vida, está "controlado" por la mano del hombre, que está provocando su drástica transformación.
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