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Araceli Martín Fuentes, embajadora de un "remanso de paz"

Por Javier Cano - Septiembre 15, 2024
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Araceli Martín Fuentes, embajadora de un "remanso de paz"
Araceli Martín pronuncia el pregón de las fiestas de su pueblo. Foto cedida por Juan Cano Pereira.

La docente y trabajadora social proclama las bondades de su pueblo, Bélmez de la Moraleda, cuyas fiestas ha tenido "el gran orgullo" de pronunciar este verano

"La sierra y la gente". Esos son los principales 'méritos' de Bélmez de la Moraleda para Araceli Martín Fuentes, ilustre hija del pueblo nacida en 1959 y que, este verano, ha tenido el honor de pronunciar el pregón de sus fiestas.

"La sierra es abrupta pero con unos paisajes muy bonitos, muy tranquilizadores cuando los paseas, con encinas centenarias, ricahcuelos, formaciones maravillosas..., ¡es un remanso de paz! No es muy conocida, y eso también tiene sus ventajas, porque puedes ir tranquilo por ella sin encontrarte a mucha gente", explica Marín mientras destila querencia hacia su patria chica.

Y otro tanto asegura de sus paisanos, a los que define como "muy buena gente, gente muy amable", habitantes de un pueblo "que al ser un sitio de frontera tiene rincones preciosos, de época medieval, con callejuelas estrechas". Tanto quiere a Bélmez que ni siquiera se ahorra una mínima, levísima crítica: "La arquitectura no se ha mantenido acorde con un pueblo de zona rural".

Dicho esto, lo de Araceli por su tierra es auténtica pasión, como expresó en su discurso agosteño: "Yo creía que no iba a tener nada que aportar, pero al final me sentí muy satisfecha, parecía que algo desde arriba me iba dictando el pregón", aclara, y detalla:

"Hablé de mi niñez jugando en las calles con las pandillas, ofrecí mi gratitud a mi familia, por los valores que me inculcaron y que todavía rigen mi vida; hice un recorrido por mi vida laboral y profesional y me paré en cuando estaba en protección de menores, porque eso me ha aportado. Incluso he llevado 'a mis niños' al pueblo, conocen a la gente, la sierra, vivir un espacio de vecinos, que en sus casas no los han tenido con sus familias; niños de Granada, africanos, marroquíes, filipinos...".

Y no solo eso, que hubo tiempo también para los proyectos: "Hablé de cómo sueño ver el pueblo en el futuro, la creación de un cine y de un tejido empresarial, así como de la formación de comunidades que recuperen oficios antiguos, de forma que se puedan combinar la tradición y la modernidad". 

UNA "NÓMADA" QUE SIEMPRE REGRESA A BÉLMEZ

Se define como una "nómada", cuyo periplo comenzó cuando tan solo contaba doce años de vida y se marchó a Jaén capital a estudiar en Santa María de los Apóstoles. De ahí a Úbeda, para hacerse maestra, y después a la Ciudad de la Alhambra, donde obtuvo el título de Pedagogía: "Pero siempre regresaba por Navidad, en Semana Santa, para recoger la aceituna... 

Afincada en Granada desde hace décadas, pasó antes por Algeciras (Cádiz) para ejercer su oficio docente, pero no hay kilómetros que puedan con el apego de Araceli Martín Fuentes a los paisajes belmoralenses: 

"Tengo la alegría de mantener ese vínculo con ese rincón de Mágina, me gusta perderme por la sierra, que es como mi refugio, es muy importante sentir eso; siempre he colaborado con el pueblo y estoy en una asociación de senderismo, A pie de Mágina, para conocer la sierra y para darla a conocer", añade. 

Viajera incansable, lo de conocer mundo es prioritario para ella, pero no tanto como para alejarla de su universo sentimental jiennense. Por eso no lo duda a la hora de afirmar, rotundamente: "Volveré, tengo mi casa allí y la estoy preparando para regresar. Me siento muy bien allí". Será, como escribió Gala, por aquello de que un hogar es ese sitio donde uno es esperado".

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