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BENDITO PISCINÓN

Por Esperanza Calzado - Julio 26, 2017
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José Fernández Ríos, Óscar Quesada, Emilio de la Cruz, Jennifer Pareja. Las aguas de Orcera, que beben del río homónimo, deben esconder algún componente especial para dar tanto talento junto. Para convertir a este pequeño municipio enclavado en el corazón del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas en el epicentro de la noticia gracias al raudal de talento de sus tantos hijos célebres. Puede que se deba al gélido bien líquido que fluye por un valle enclavado entre los montes de Picorzo y Peñalta. O quizá sea consecuencia del carácter alegre, acogedor y humilde de los poco más de 1.800 habitantes de un bello paraje de la Sierra de Segura.

Entre sus personales ilustres, el humorista y presentador David Broncano. Gallego de nacimiento, orcereño de adopción, ha logrado colar el nombre de Orcera en miles de hogares españoles. Porque a estas alturas del verano, pocos son los que no hayan escuchado hablar alguna vez de la piscina de Amurjo. Minutos y minutos de risas ha dado la 'medisió' en uno de los mejores late night del panorama televisivo actual. El cómico de Late Motiv, junto a Andreu Buenafuente, lanzó el reto de medir una infraestructura acuática que no tiene parangón. 85,52 metros de largo por 19 de ancho; 1.531 metros cuadrados. O lo que es lo mismo, 190 orcereños con los brazos extendidos. Moisés no tuvo "cojones" de abrir las aguas de Amurjo bromearon los tuiteros; pero Zahara, que durante cuatro años vivió allí, sí demostró ovarios para llevar sus mensajes a una canción. Siguiendo al Mesías de Jaén, Lacontradejaén y PyC Producciones nos adentramos en el hit del verano y nos vamos a Orcera a comprobar si para Steven Spielberg fue suficiente con una esquinita para rodar Tiburón.

EL RODAJE

No es Misión Imposible pero sí ardua tarea condensar en los 2 minutos y 51 segundos que dura el hit la esencia de todo un pueblo. No pueden faltar ellos, los padres de la criatura, perfectamente equipados con la camiseta de Música en Segura. Su primo Dani Aguilera lleva la coreografía y sus tíos se dejan llevar mientras recuerdan cómo David y Zahara se bañaban en la piscina cuando empezaron a ser amigos. La tranquilidad del Paraje del Convento de fondo, y la melodía entonada por el coro parroquial de la iglesia de la Asunción les hace bailar al mismo ritmo en que Oliver y Benji corren para atravesar el interminable campo de fútbol de los dibujos animados.

Los usuarios de la residencia de mayores de la Fundación Peñalta se han centrado en el estribillo. Han tenido pocos días para ensayar, pero los suficientes para tener una coreografía y un atrezzo listo que nada tiene que envidiar al rodaje de lo Lo imposible, de Juan Antonio Bayona.

—Este tipo de actividades les motivan mucho, aunque lo hemos preparado en muy poco tiempo.

Mari Ángeles González es terapeuta ocupacional y los dirige detrás de la cámara, para que no pierdan compás. Mientras, Yolanda Muñoz, la directora del centro, los observa encantada. Minutos después acompañan a Ángel Zorrilla, que está a punto de cumplir los 82 años, hasta un banco al mismo tiempo que recuerdan viejos tiempos. El hombre pregunta todos los días de verano si hay mucha gente en la piscina. Su vida ha discurrido paralela a la transformación de Amurjo, desde aquel día que era más grande que ahora, antes de que le quitaran una parte para colocar el césped. Empezó siendo de barro, cuando ni tan siquiera se trataba el agua, tenía un peñón desde el que se tiraban los más pequeños, y al fondo se podían ver algunas algas.

—Cuando éramos chicos bajaba un río de agua grande, no como ahora, y nos bajábamos los chiquillos a hacer pozas con romero y allí nos bañábamos. Después hicieron el muro un poco bajo, porque no había dinero. Y cuando hubo presupuesto ya la fueron modificando.

Cada año sufría una pequeñas transformación. Entre risas, Ángel Zorrilla responde a la pregunta con un sí. Confiesa que el agua está fría.

—Es de la que bebemos y es natural. Tarda dos o tres días en llenarse y sí, está fría.

LLEGAMOS A LA PISCINA

No es descabellado decir que todos los vecinos de Orcera han aprendido a nadar en Amurjo. Lo pueden haber hecho a la vez porque Broncano no exageró. Es, simplemente, impresionante. Ya no por sus dimensiones, las que hacen que te sientas diminuta nadando en 2,30 metros de profundidad, sino por el paisaje que la rodea. Pistas deportivas, merenderos y un espectacular paisaje verde que poco a poco ha ido ganando terreno hasta fusionarse con las instalaciones. Nos esperan los monitores de la escuela de verano y del campus multideporte. Ellos también han querido aportar su grano de arena a un vídeo que condensa el orgullo orcereño, lo mismo que las alumnas del Acuaeróbic y los socorristas de la instalación. A lo lejos Vanessa Asensio y Pedro Ruiz observan un tanto atónitos. Son de Murcia y van camino de Cazorla.

—Nos hemos parado aquí por Broncano. Se lo había dicho varias veces a los amigos y ahora les he mandado un selfie porque hasta que no hemos venido a ver la piscina más larga de España no hemos parado.

La opinión de Pedro es el reflejo del impacto turístico que han supuesto las palabras del humorista, al que acusan de no decir toda la verdad.

—La piscina es larga y está fría, muy fría. Eso no lo dijo.

Además, luce tan limpia y cristalina gracias a la incansable labor de Felipe y Pedro Lucha, que son los que encargan de su mantenimiento y limpieza, mientras que la empresa Corima, suministra los materiales de pintura, además de gestionar el mantenimiento del agua para que los usuarios puedan disfrutar, durante todo el verano, de una instalación única en Andalucía y en el mundo.

IGLESIA DE LA ASUNCIÓN

Orcera es mucho más que su piscina. Es un laberinto de calles empinadas, de paredes enlacadas, de bellas esquinas repletas de macetas con flores y de vecinos que saludan al turista como si fuera uno más. La portada-retablo de la iglesia de la Asunción se levanta imponente junto al Ayuntamiento, cuyos trabajadores desafían el calor de las horas centrales del día para cantarle al mundo el Bendito Piscinón. Lo mismo que el coro parroquial. Hace unos 40 años que cantan en las misas y en las bodas, una costumbre que pasa de generación en generación. Gema Collado empezó con ocho años, lo mismo que muchas de sus compañeras. Ensayan una vez a la semana, aunque para poner la banda sonora del vídeo han intensificado el trabajo.

—El agua y el aire de la sierra.

Esos son, para ellas, los secretos de Orcera.

Para la que suscribe estas líneas, el misterio se desvela pronto. Radica en su gente serrana. Desprendida, cercana y afable. Si tiene oportunidad, vayan. Que el bendito piscinón de Amurjo es solo la gota que colma el vaso en el que bebe Orcera.

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