La Biblioteca de Valdepeñas de Jaén es un regalo
Hay joyas cotidianas que pasan inadvertidas. Hasta que te plantas delante de ellas.
Me pasó el viernes con la Biblioteca Municipal de Valdepeñas de Jaén con motivo del VII Encuentro Comarcal por la Lectura, impulsado por la Asociación para el Desarrollo de la Sierra Sur. Sólo la fachada del edificio impone: un mural, obra de Israel Serrano, echa a volar la imaginación. El mural te invita a entrar.
Un pueblo que mira por su biblioteca como Juan Amate cuida a la de Valdepeñas de Jaén tiene terreno ganado para sumar lectores. Si el exterior seduce, el interior es aún más espectacular: todo está en armonía, clasificado, sin perder de vista el criterio estético que vertebra la instalación.
La biblioteca está pensada no para llegar, coger un libro y salir; el lugar te pide que pases horas leyendo. Hay hasta periódicos de papel.
El Encuentro Comarcal por la Lectura permitió que más un centenar de personas conociesen la biblioteca después de una estupenda ruta teatraliza por las calles del pueblo, autoría de Ticana.
Vecinos de la Sierra Sur convocados al encuentro por el placer de la lectura descubrieron —si no lo sabían— que hay espacios genuinos, imprescindibles para extender la cultura sin que parezca algo reservado para las élites.
Me quito el sombrero. Será que la envidia 'sana' —buen oxímoron— es mostrar respeto y admiración hacia algo notablemente mejor que lo propio. Esa biblioteca hay que exportarla, porque es un regalo.
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