Carta abierta del rector de la UJA a la ciudadanía
Destinar dinero a la universidad pública es invertir en el presente y en el futuro de las personas y de nuestro país. Esta afirmación no es una frase hecha, simplemente para que suene bien. Las instituciones académicas de educación superior devuelven a la sociedad mucho más de lo que reciben, con un impacto sobre la economía del país del 2,2 por ciento en el Producto Interior Bruto. Por lo tanto, financiar la educación superior no es un gasto, sino una inversión estratégica que beneficia tanto a la ciudadanía como al tejido social y productivo de una tierra que lo necesita. En una provincia como Jaén, la Universidad es fundamental, como motor de desarrollo y transformación, para formar y atraer talento, generar conocimiento, impulsar el progreso económico, fomentar la innovación científica y tecnológica y crear riqueza. La cita de Benjamin Franklin resume estos argumentos con claridad: “Una inversión en conocimiento paga al mejor interés”.
No obstante, estamos afrontando tiempos difíciles. Desde hace meses, vengo informando y, también advirtiendo, de la insuficiencia presupuestaria derivada del incumplimiento reiterado, por parte de la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación, de la propia legislación andaluza y de los acuerdos firmados con los rectores y los representantes de los trabajadores de las diez Universidades Públicas de Andalucía. A pocos días de que termine el año, todavía no han llegado a las instituciones de educación superior los 50 millones de euros de la financiación adicional comprometida y firmada por el consejero José Carlos Gómez Villamandos para este ejercicio 2024.
Como me habrán escuchado repetir últimamente, la falta de recursos económicos dibuja un escenario de incertidumbre, en el que se vislumbran riesgos y amenazas especialmente graves para la UJA. Los efectos pueden ser marcadamente devastadores para nuestra institución académica, que ya fue castigada en el año 2022, como consecuencia del conocido como “modelo Velasco”, fallido en su concepción y en su ejecución. Si la Junta no cumple con su propia legislación y con los acuerdos suscritos, transfiriendo los 50 millones de euros adicionales acordados y firmados, las secuelas del “modelo Velasco”, no solo no se corregirán, sino que se consolidarán y se agrandarán. ¿Es lo que queremos los jiennenses para nuestra Universidad?
Además, si la situación es preocupante en 2024, se agrava y adquiere tintes críticos con la financiación consignada para las Universidades Públicas de Andalucía en el Proyecto de Presupuestos de la Comunidad autónoma para 2025. En ese documento ya aprobado por el Parlamento Andaluz, se recoge una pírrica subida del 2,4 por ciento para las universidades públicas andaluzas, cuando el incremento presupuestario global de la Junta de Andalucía es del 4,4 por ciento. Unos fondos que vuelven a ser, a todas luces, insuficientes para atender los gastos mínimos indispensables de nuestra universidad, es decir, lo que cuesta el funcionamiento diario y cotidiano de esta institución y, por tanto, para que podamos prestar con garantías el servicio público que tenemos encomendado.
Las Universidades Públicas de Andalucía volvemos a estar expuestas a una situación de infrafinanciación, motivada por el incumplimiento, una vez más, de la cláusula de salvaguarda del modelo de financiación. De hecho, esos recortes de financiación ya comienzan a tener consecuencias, pues restringen de forma notable nuestra capacidad de maniobra para hacer política universitaria y para que nuestra institución mantenga su rol de principal motor de cambio y transformación de la provincia de Jaén. Dicho esto, me vuelvo a preguntar en voz alta: ¿Es la Universidad pública una prioridad estratégica para la Consejería de Universidad?
Ante las insistentes reclamaciones de los rectores y la rectora de las Universidades Públicas de Andalucía, y de las organizaciones sindicales, por el incumplimiento reiterado (2024 y 2025) del modelo de financiación, la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación ofreció el 5 de diciembre un principio de solución que, como explicaré ahora, no satisface nuestras legítimas reivindicaciones. La Consejería propuso un pago puntual, no consolidable, de 21 millones de euros para las Universidades Públicas de Andalucía, de los que 2,4 millones de euros serían para la UJA.
No podemos aceptar esa proposición. Primero, porque es una cantidad claramente insuficiente (no llega a los 50 millones de euros acordados, comprometidos y firmados por el consejero Villamandos). Y, segundo, porque los fondos adicionales que ofrece la Consejería en 2024 no son consolidables en 2025 y años sucesivos, por lo que no sirven para cumplir con la “cláusula de salvaguarda” del modelo de financiación, ni con los acuerdos firmados. Es un parche que nos conduce al refranero popular: “Pan para hoy, hambre para mañana”. Las Universidades públicas representan un bien común, que debe ser protegido y apoyado por la clase política y la sociedad a la que sirven. Su excelencia en investigación y docencia no se logra de forma improvisada, sino mediante una inversión constante y años de dedicación y esfuerzo por parte de la comunidad universitaria.
Por ello, no me voy a callar ante una situación que debe generarnos absoluto rechazo y máxima preocupación. Seguiré reivindicando y exigiendo lo que corresponde y pertenece a las Universidades Públicas de Andalucía, a la Universidad de Jaén, que es lo mismo que decir lo que corresponde y pertenece a la ciudadanía de esta tierra. En el último mes, he dado cuenta de la grave coyuntura al Claustro, al Consejo de Gobierno y al Consejo Social de nuestra querida Universidad de Jaén. He informado a la opinión pública, a través de varias comparecencias ante los medios de comunicación de la gravedad de la coyuntura actual y de las consecuencias. Y también he tenido que aclarar determinadas manifestaciones que estaban malinformando, aportando datos erróneos o verdades a medias, que solo generaban confusión y ruido. En esta carta, vuelvo a pedirle a todos los representantes políticos, sean del color que sean, que se pongan al lado de la Universidad de Jaén para que nuestras reivindicaciones, justas y entendibles, sean atendidas: Solo queremos que se cumpla la propia ley de la Junta de Andalucía y los acuerdos firmados por el consejero de Universidad. Ni más ni menos.
Por ello, continuaré alzando la voz, si la Junta persevera en el incumplimiento, porque nos estará condenando a sufrir un recorte injusto, ineficiente, injustificado e irracional, que tendrá graves consecuencias para nuestras cuentas, para nuestras plantillas, para nuestras políticas universitarias y para nuestra forma de contribuir al desarrollo territorial.
Como rector de la Universidad de Jaén, seguiré representando a nuestra comunidad universitaria, nuestro principal activo, y no cejaré en la defensa del papel protagonista de la UJA en el desarrollo, la transformación y la vertebración de la provincia de Jaén. Termino solicitando el apoyo de la sociedad jiennense para garantizar el futuro de nuestra institución y de nuestra tierra, con la máxima cohesión, con una inquebrantable unidad de acción y con una determinación vital.
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