Luces, cámara y manifestación
Cubrir una protesta en la calle implica elegir: qué planos salen y en qué orden, a quién le doy voz y cuál será el enfoque
Hoy abundarán los totales en televisión de la protesta en Madrid de la España Vaciada apoyada por colectivos de Jaén. Una manifestación es casi un género periodístico, porque se repiten una serie de actores: movimiento, la calle como escenario, el ruido y el control de las Fuerzas de Seguridad.
Los jiennenses pondremos empeño en distinguir a algunos de los nuestros, y ahí, espectador crítico, hay que estar alerta. El montaje en audiovisual lo es todo. Habrá que distinguir cómo cuentan los medios esa cita tan anunciada: cuál es el orden de los planos, a quiénes le dan voz en el montaje final y, sobre todo, desde qué prisma se muestra. Es decir, determinar si será contado como una protesta más de tantas que se convocan o la mirada dará relieve al asunto central: la incapacidad de las administraciones con la España vacía o vaciada.
Las preguntas de antes se las debe hacer el periodista más allá del medio para el que trabaje. No es fácil, incluso cuando ya llevas un puñado a las espaldas. El tumulto, las voces y los altavoces pueden distraer. En televisión todo pasa muy rápido: la narración, salvo en géneros como el documental, no tiene tiempo para detenerse.
Fuera de lo formal, la cita tiene importancia. El empuje de Jaén se ha hecho notar en la provincia, y ahora la incertidumbre es si lo de hoy tendrá trascendencia. Veremos.
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