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Manuel Carrasco pone a Jaén a sus pies

Por Fran Cano - Junio 21, 2025
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Manuel Carrasco pone a Jaén a sus pies
Manuel Carrasco, en el concierto en el Nuevo Estadio Municipal de La Victoria. Foto: Fran Cano.

El cantautor onubense reúne a 19.000 personas en La Victoria y reafirma la fuerza de su directo con Tour Salvaje

Hincó la rodilla Manuel Carrasco en el escenario del Nuevo Estadio Municipal de La Victoria, rendida también Jaén a los pies del cantautor y de su Tour Salvaje. Cargado de energía, el de Isla Cristina logró el lleno y congregó a 19.000 personas. La noche fue suya en la primera de las cuatro propuestas del Vive Jaén Fest.

El calor obligó a retrasar el concierto. Eran antes de las once de la noche y aún había colas en el entorno del estadio. Personas de todas las edades —mayoría de público femenino— esperaban escuchar las letras y la voz de un hombre que cada vez escribe mejor y canta con más convencimiento de autor.

Las llamaradas y el juego de pantallas alertaron de la presencia del andaluz, un rayo sobre el escenario envuelto en una vestimenta genuinamente salvaje, el verde derramado por los costados. Llegó con El grito del niño, la guitarra colgada, y evidenció que tiene caudal, tanto de historias como de sonido. Aullaban las niñas en la primera fila y bailaban los mayores cuando Carrasco sacó más narrativa de su Pueblo Salvaje.

—¡Quiero veros, Jaén! —jaleó de un lado a otro del escenario.

Tras el brío inicial, el músico pidió a alguien del público que le diera la bufanda del Real Jaén y aupó a la parroquia blanca con vistas al duelo de mañana:

—Os deseo lo mejor y que consigamos el ascenso. ¡Seguro que pasamos! —dijo, y agradeció la comprensión al público, al tiempo que alabó el trabajo de su equipo para hacer posible el espectáculo.

Con Los sueños perdidos evocó sin nombrarlo a Juan Carlos Aragón ("que la vida se escapa y se va con el primero que encuentra") en Las Noches de bohemia ("y no la prestes jamás que se va con cualquiera"). Nunca renunció al sonido andaluz Carrasco, de alma comparsista, ni cuando empezó ni cuando los eruditos le afeaban la inclinación al cante del sur.

—Lo más importante es tener a alguien al lado para compartir los sueños —comentó con el público antes de ponerlo a bailar con Uno x Uno y saludar al verano, alcanzada la medianoche, con el verde repleto de espectadores.

El himno No dejes de soñar dejó una estampa preciosa de luces, luces de teléfonos móviles, en la noche de Jaén. Se le vio emocionado en el cierre del tema, para enganchar con Que nadie calle tu verdad.

Fue otra vez Manuel Carrasco él mismo en cualquier parte, en un campo que lo esperaba, en una ciudad que le pide que cante, orgullosa de que sea andaluz.

Fotos: Fran Cano.

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