DESMITIFICANDO LOS ESTEREOTIPOS DEL PUEBLO GITANO
Juanjo es pescadero y pronto se casará con su chico; Noemí cursa Educación Social en la UJA; Dina es una madre que trabaja y estudia, y Manuel estrena andadura como informático; todos son o fueron apoyados por la Fundación Secretariado Gitano de Jaén
Que si el mercadillo ambulante.
Que si el cante y el baile.
Que si las bodas que abarcan días.
Todos los estereotipos sobre la cultura gitana se echan a un lado con historias de carne y hueso, como las que están ligadas a la Fundación Secretariado Gitano de Jaén, en activo desde el año 2005, centrada principalmente en combatir el abandono escolar y en dar opciones de empleo.
Lacontradejaén visita la nueve sede del colectivo, en El Arrabalejo, para conocer su labor y contar cuatro testimonios de la población calé con motivo del Día Internacional del Pueblo Gitano.
"SOY QUIEN SOY Y MI GENTE ME APOYA"
Juanjo Lendínez Escobedo (Jaén, 1991) es dependiente de la sección de pescadería de una conocida marca de supermercados en la calle Virgen de la Capilla de la capital. Cursó la prácticas hace como siete años y desde entonces logró hacerse un hueco en un trabajo que le encanta. "Hice un contrato de formación de tres años y automáticamente me renovaron como indefinido", recuerda en conversación telefónica con este periódico. La experiencia fue posible gracias a la Fundación Secretariado Gitano, que canalizó aquellas prácticas. "El trabajo me abrió todas las puertas y yo entré con muchas ganas. Me aceptaron muy bien y aquí sigo", añade.
Lendínez, afincado en La Guardia, supo de la fundación a partir de Curro Camacho, uno de los trabajadores. El hoy dependiente estaba entonces en paro, como sus dos hermanos, y el concurso del organismo independiente resultó vital para formarse. "Nos abren las puertas a las personas de mi etnia. Todavía hay muchísima discriminación y reinan las etiquetas", dice.
Juanjo Lendínez es una voz autorizada para hablar de minorías. Él, que pasará por el altar con su novio el próximo 24 de junio, se lo toma con humor. "A mí me ha tocado todo: gitano y gay", reivindica. Por suerte, su familia lo apoyó en todo momento, cuando a los 25 años —ahora tiene 31— hizo pública su orientación sexual. "Yo respeto incluso a las personas gitanas que me han criticado. Mi familia y yo lo hemos hablado: quien quiera venir a la boda, que venga. El que no, pues nada", resuelve.
"AYUDARÉ A LAS MINORÍAS Y LAS ACOMPAÑARÉ"
Noemí Reyes Batista (Jaén, 2004) cursa Educación Social en la UJA desde el año pasado. Cuenta que eligió la carrera por las motivaciones sociales que tiene y por un sentimiento de deuda con la Fundación Secretariado Gitano. "Me marcó el trabajo que hacen muchos de los componentes y en especial me inspiró la orientadora educativa Guadalupe Quesada. Su entrega y apoyo me hicieron decidirme: quiero ayudar a las minorías, como los gitanos y los migrantes", expresa.
Reyes lamenta que abunden los prejuicios sobre su cultura en la televisión con dos extremos: la venta ambulante como expresión de precariedad y el lujo personificado en colgantes y anillos de oro de familias extravagantes. "Antes de Semana Santa me tomé una cerveza con compañeras de clase y una me preguntó: '¿Es verdad que las bodas gitanas duran tres días días'?. Más que interés por mi cultura, sobresale la curiosidad por la anécdota más burda", razona. "Me preguntan por eso y por la prueba del pañuelo y no por si tengo un dialecto propio o ciertos gustos musicales", añade.
La joven, que sabe que es percibida como "gitana blanquita y universitaria", nota que hay todavía hay rechazo hacia las colectivos minoritarios. "Voy a trabajar con personas en riesgo de exclusión y en el acompañamiento familiar. Ése es mi reto", concluye.
"QUIERO QUE MIS HIJOS ESTUDIEN Y COMBATAN EL RACISMO"
Dina Heredia Contreras (Jaén, 1987) es madre de dos menores de 11 y 16 años, trabaja en la sección de panadería de una gran superficie y estudia para acceder al Grado Superior de Integración Social. "A mis niños les va bien con los estudios y quiero que sigan. La educación es una herramienta más combatir situaciones adversas que enfrenten ahora o en el futuro, como el racismo", subraya en declaraciones a este periódico.
El mayor de los hijos ya está asesorado por la Fundación Secretariado Gitano a través de un programa. Sigue el camino que recorrió la madre, quien entró en contacto con el colectivo allá por 2004, cuando estaba cerca de cumplir la mayoría de edad. "Empecé como limpiadora en la sede y estuve un año. Luego abrí una tienda de ropa como autónoma y duré otro año y medio", recuerda.
Su carrera laboral también incluyó limpiar casas en Ciudad Jardín mientras hacía cursos formativos centrados en tiendas de comercio. También tuvo un empleo en una marca de ropa en pleno centro de Jaén. "Conseguí sacarme la ESO, que es lo mínimo. Sin el apoyo formativo de la fundación no hubiese conseguido trabajar. Ha sido y es muy importante", manifiesta.
¿Vivió situaciones de racismo cuando buscaba trabajo? "En mi caso no, pero sí he vivido algún episodio incómodo, como que entre una mujer con chanclas en una tienda y haya un comentario de 'ésa es gitana', cuando no es así", ejemplifica.
"ME ENCANTA LA INFORMÁTICA Y AHORA ES MI TRABAJO"
Manuel Cortés Cortés (Jaén, 2002) está cumpliendo un sueño en la Fundación Secretariado Gitano. Ahora es el encargado de sistemas y del mantenimiento de los equipos en la sede. "La informática siempre me ha llamado la atención desde que terminé la Secundaria. Después profundicé más y ahora trabajo de lo que me gusta", comenta en alusión a grados.
Cortés, que atiende a este periódico desde su puesto de trabajo, dice que el colectivo del que ahora es empleado lo apoyó desde que era un niño, con orientación tanto en el entorno familiar como en el laboral.
"Tenemos que seguir trabajando en términos de divulgación para evitar los prejuicios. Tengo compañeras gitanas con grados y titulaciones, mujeres totalmente independientes, ajenas a los estereotipos", apunta.
"Antes de ser gitano o payo, soy persona. Ése es el mensaje que hay que trasladarle a la sociedad", insiste y da su opinión acerca del significado del 8 de abril: "Yo creo que es my importante. Se reconoce nuestra lucha por integrarnos en la sociedad y por derribar prejuicios".
COBERTURA A MÁS DE 40 FAMILIAS
Guadalupe Revueltas es la coordinadora de la Fundación Secretariado Gitano de Jaén desde 2006. El equipo está integrado por doce personas; la mitad de etnia gitana. Aparte de la coordinadora, son Curro Camacho (orientador laboral), José Antonio Reyes (prospector de empleo), Guadalupe Queda (orientadora educativa), Miguel Reyes (agentes intercultural), Inmaculada Pancorbo (orientadora laboral), Ángela Valcárcel (becaria en Integración Social) y Manuel Cortés (técnico de sistemas).
En la visita de este periódico a la sede en Núñez de Balboa, Revueltas explica que la cobertura actual alcanza a 40 familias con dos grandes caballos de batalla: combatir el abandono escolar —con el programa Promociona— e incentivar la formación para el empleo.
El arco de edad de los atendidos es muy amplio y comprende desde los 16 años hasta adultos, éstos con un programa 'ad hoc' para que no sean olvidados por el mercado laboral. Además, la fundación tiene un servicio para atender a las víctimas de racismo. "Son casos como que alguien tenga problemas para alquilar un piso que está libre o que sea perseguido en una tienda desde que pasa la puerta", expone la coordinadora.
La ambición del colectivo, financiado con fondos europeos y con el apoyo de los contribuyentes que marcan 'fines sociales' en la renta, es ampliar el ratio de cobertura a poblaciones como Cambil, Huelma, Torredonjimeno y Andújar. De acuerdo con estudios de vivienda desarrollados por la fundación, la población gitana en la capital ronda las 2.000 personas.
"Hablamos de una cultura que se ha buscado la vida en el empleo por cuenta propia, fruto del rechazo de la sociedad en dar a empleo a personas gitanas", explica y añade que no es un hándicap ser la referente del organismo no siendo gitana: "Yo he aprendido a conocer esta cultura. La fundación es un laboratorio de integración. Y colaboro en la medida en que una persona sin discapacidad ayuda a quienes tienen movilidad reducida".
Después de casi 20 años de trabajo en Jaén, Guadalupe Revueltas cree que la discriminación ha menguado, aunque queda trabajo por hacer. "Que haya un Día Internacional del Pueblo Gitano ayuda por la repercusión en los medios. Los gitanos son el colectivo que más rechazo sufre en España, por encima de los migrantes", asegura.
Felizmente hay empresas que han roto "prejucios y bandera" y contratan sin mirar la etnia, algo impensable décadas atrás. "Ocurre algo curioso: los gitanos que se salen del estereotipo no son percibidos como tal y se vuelven invisibles. Cuando lo que queremos es lo contrario: que sean la referencia", concluye Guadalupe Revueltas.
Fotos: Fran Cano.
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