'El diablo a todas horas', thriller rural contra el fanatismo
La cinta de Antonio Campos es un misil contra el fundamentalismo a partir de una historia que combina violencia, fe y redención
Un apunte: si en la era de las redes y de las mil distracciones a cada rato acabas con placer una película de más de dos horas, esa película es (al menos para ti) buena. Me ha ocurrido esta semana con El diablo a todas horas (Antonio Campos, 2020). Se trata de un thriller ambientado en el mundo rural de Norteamérica que brinca dos décadas en la narración de la historia para conectar fe, violencia y redención.
Arvin (Tomas Holland) es un niño de Knockemstiff (Ohio) que en muy poco tiempo entra en contacto con la muerte: primer pierde a su perro fusilado por el padre, después muere la madre de cáncer y el padre, obstinado en rezar y rezar, acabada quitándose de en medio como última prueba de amor hacia la esposa. Dos sacrificios por ella, el de un animal y el de él mismo.
El nuevo escenario para Arvin es la vida con su tío en un pequeño pueblo donde la figura del predicador, interpretado por Robert Pattinson, remueve episodios turbios. Arvin va a misa y hay algo que no le cierra sobre el apuesto predicador, que exhibe un concepto posmoderno de la tentación. Al chico no le queda otra que, como nos enseña Magnolia, aceptar que el pasado siempre vuelve, de modo que Arvin viaja de nuevo a ese lugar de las tres muertes.
La película tiene ritmo, pero sobre todo una atmósfera que siempre está a favor de la narración: aislamiento, carretera, bosques y crímenes a quemarropa. Halland y Pattinson cuajan interpretaciones notables en una historia que mantiene las dudas sobre la existencia de Dios, no así sobre la del demonio, que está en todas partes.
FICHA TÉCNICA
Título original: The Devil All the Time
Año: 2020
Duración: 138 minutos
Director: Antonio Campos
Nota en FilmAffinity: 6,5
Nota en IMDB: 7,2
La película está disponible en Netflix
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