"Muchos jiennenses emigrantes pueden verse retratados en este libro"
Dejó su Arbuniel natal cuando era solo un chiquillo emigrante en Cataluña de la mano de sus padres, y ahora Luis Cabrera (1954) vuelve a su patria chica con un libro bajo el brazo, La vida no regalada (Roca Editorial) y un bagaje cultural de esos que apabullan. Por el taller de este creador, músico, escritor, articulista y reconocido flamenco cabal han pasado grandes como Miguel Poveda, Auserón y la mismísima Rosalía: solo un hito más en la biografía de un toscareño sin fronteras que presume de su pueblo por donde va.
—Su primera novela, Luis, no es usted precisamente un autor precoz.
—Así es, tengo ya 66 años. Yo había hecho ya algunos ensayos, pero en novela sí es mi primera incursión.
—¿Qué es La vida no regalada, un ajuste de cuentas con su propia memoria, una autobiografía novelada...?
—Lo empecé a escribir en 2006, cuando murió mi padre. Yo tenía una serie de sapos en mi interior que tenía que sacar; no es un ajuste de cuentas, pero sí vivencias, emociones sobre la vida de Lorenzo Almendro. Tenía la duda de hacer la novela en primera persona o en tercera y, al final, me decidí por hacerlo en tercera y me monté ese alter ego, porque de esa manera tengo más distancia, más libertad. Hay más ficción de lo que parece, pero bueno...
—Viene usted a presentar su libro en Arbuniel el próximo jueves [ocho y media de la tarde, en el complejo Aguas de Arbuniel].
—Muy emocionante, yo quería que en el lugar donde nací, y al que siempre vengo, donde tengo casa incluso, se presentara el libro. Y quería que hubiera flamenco también.
—Llega usted bien acompañado a su tierra.
—Sí. Me acompañará la cantaora Vicky Romero, que aunque es de Jaén se hizo cantaora en Cataluña, allí la conocí yo, donde formó parte de grupos muy rompedores. Me hace mucha ilusión que ella, Juan Moreno y Álvaro García me acompañen en esta ocasión.
Luis Cabrera hace hincapié en el carácter gratuito de la presentación de su libro y del recital flamenco que incluye el cartel y destaca que, por el contrario, quienes deseen asistir a la cena organizada dentro del marco de esta actividad deben reservar por su cuenta.
—¿Qué presencia tiene su tierra en este libro?
—Mucha, mucha. Es una instropección en la memoria de un chiquillo que lo sacan de su pueblo con nueve años, junto con sus padres y su hermana. Yo tenía aquí ya mi sistema, mi manera y mis paisajes, que son los de Arbuniel, que es idílico, una tierra de calma con agua... Mis padres eran de extracción muy humilde y tuvimos que irnos.
—Es entonces, también, un relato sobre la inmigración, ¿no?
—Es que todo lo que se ha escrito sobre la inmigración se ha hecho como si fuera algo homogéneo, y en este caso es analizar el desarraigo que produce en un niño de nueve años: es como si arrancas de raíz un árbol de un sitio al que está acostumbrado y lo llevas a otro lugar, un barrio obrero, desestructurado, en el que hubo que luchar por todo (autobuses, sanidad, viviendas dignas...).
—De ahí el título, que recuerda tanto al verso de Fray Luis pero en sentido contrario...
—Claro, la vida no regalada porque ha sido construir todo a base de obstáculos, superándolos. Esto es tranversal en muchísima gente que nos hemos tenido que construir nuestra personalidad, inventarnos nuestros trabajos.
—Una pregunta que requiere una respuesta rotunda, como el remate de una soleá. ¿Por qué deben acompañarle sus paisanos la tarde del jueves, Luis?
—Creo que porque es un libro que parte de las vivencias de un niño que va creciendo y se hace adolescente y, después, un hombre adulto partiendo de esa instropección interna pero que evoca a los miles de casos de las personas que han hecho un trayecto igual o parecido, muchísimos de ellos de Jaén que siguen en Cataluña. Creo que pueden verse retratados en esas peripecias que cuenta el libro. Ah, y también porque habrá una actuación flamenca de categoría.
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