"Mi novela es bastante atípica, puede dar muchas sorpresas"
Marteño de cuna, Miguel Calvo Chamorro debuta ya granadito en el escaparate literario con Horror vacui, finalista del Concurso de Novela Negra Sed de mal, que presentó el pasado miércoles, en la Universidad Popular de Jaén, de la mano de su antiguo compañero de estudios y profesor universitario Antonio Bueno.
—Se ha puesto usted barroco, rococó incluso, para titular su primer libro édito, señor Calvo. Pero al margen de la historia del arte, ¿qué es Horror vacui?
—Aplicado a mi libro, la protagonista vive sumergida en ese horror vacui, rodeada de muchos objetos, y transfiere esa sensación a cualquier persona, a la ciudad incluso; hoy en día las ciudades están rodeadas de objetos, señales de tráfico, bancos, aceras llenas de mesas que no dejan pasar... Ella lo extrapola a cualquier cosa que ve en la ciudad y reflexiona sobre ese miedo: no queremos ver nada vacío, todo lleno, las tiendas, los escaparates...
—¿Esa ciudad en la que se desarrolla la novela, esa urbe copada de tropezones, es Jaén?
—No, la novela se ambienta en Madrid, sobre todo porque lo conozco bien, pero no un Madrid exactamente definido; la crítica que la protagonista hace sobre la sociedad permite generalizar, ampliarla a cualquier ciudad.
—¿Se ha hecho usted el remolón para publicar su primera obra? ¿Ha sido voluntaria esta demora?
—De forma voluntaria no, lo que pasa es que durante muchos años no podía dedicarle el tiempo que tenía que dedicarle; luego contacté con algunas editoriales pero no llegamos a ningún acuerdo. ¿Cómo lo consigo?
—¿Cómo, Miguel? Cuente, cuente.
—Concursando mucho, que es lo que he hecho en estos años; pero es muy difícil, muy complicado. En este caso, concursar y decirte "tu novela ha quedado finalista y queremos publicarla, estamos interesados...", eso, después de muchos años intentándolo, te da un subidón y piensas: "No he estado perdiendo el tiempo".
—Se le nota satisfecho, disfrutando del momento...
—Sí, sí.
—Su primera obra publicada pero, ¿también su primer premio?
—Bueno, una vez envié unos poemas para un homenaje a Benedetti y los clasificaron, para publicarlos en un libro.
—Ah, poeta también...
—Algunas cosillas tengo por ahí de poesía.
—Ser hijo de Miguel Calvo Morillo, el recordado poeta marteño, ¿ha pesado a la hora de inclinarlo hacia las letras?
—Influencia sí ha tenido; de ahí nace la afición por la literatura, sobre todo por la lectura, por los libros. Lo que pasa es que he escrito más narrativa que poesia.
—Lleva usted el nombre de su padre, ¿es el único de la casa que continúa pluma en mano?
—Mi hermana Raquel también está escribiendo, pero no ha llegado a publicar. Por ahora, yo solo, sí.
—Las ambiciones literarias, el horizonte que se le ofrece a un escritor que empieza a publicar pasados los 60 deben de ser muy distintos de los de un joven con todas las ganas de comerse el mundo... ¿O no?
—La verdad es que si hubiera ocurrido hace diez años, las cosas hubieran sido distintas, a lo mejor me habrían lanzado más. Ahora mismo, a ver cómo se desarrolla esta novela, si a la gente se interesa, aunque siendo un autor desconocido es complicado. Vamos a ver cómo empieza a andar, si la editorial se siente contenta con las ventas, que es de lo que depende todo. Y si están dispuestos a publicar otras, obra tengo, desde luego.
—El pasado miércoles, durante la presentación del libro, los asistentes tuvieron la oportunidad de conocer Horror vacui en boca de su propio autor, pero para los que no estuvieron: ¿Por qué deberían leer su novela?
—Es una novela de género negro, pero una novela bastante atípica, que puede dar muchas sorpresas. No se centra solamente en lo que suele ser la novela negra, en alguien que investiga la muerte o la desaparición de una persona, no. Es muy social, una crítica dura contra la sociedad actual donde el personaje creo que engancha bastante, una mujer totalmente liberal que intenta abrirse camino de forma poco ortodoxa. A los que la han leído les ha gustado, dicen que es dinámica, que se lee muy bien, que no se cae de las manos, que incita a continuar leyendo. Tiene crítica, sarcasmo, humor...
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