Cerrar Buscador

Escuelas Niño Jesús de Praga

Por Agustín Garzón Martínez - Agosto 03, 2017
Escuelas Niño Jesús de Praga

Hacia 1917 se levantaron las Escuelas del Niño Jesús de Praga. Este edificio se ubicaba en la, hoy, calle Ejido de , esquina con calle Julio Ángel. El proyecto benéfico fue fundado por doña Catalina Mir y financiado por la familia Bonilla, actual propietaria del Palacio de los Covaleda-Nicuesa. Dicha familia dedicaba el beneficio íntegro de los alquileres de un edificio que tenían en propiedad dentro de la calle Cerón, al lado de la famosa cafetería-churrería “Montana”, hoy dicho edificio se encuentra en fase de rehabilitación donde se conservará su fachada, protegida por ser un ejemplar del siglo XIX. El dinero del arrendamiento de los pisos lo invertían en la escuela para la culturización de los niños del barrio de la Alcantarilla y San Ildefonso.

Las escuelas impartían clases desde la tarde hasta las 23:00 horas, dedicado en exclusiva para todos esos niños que se pasaban el día ayudando en las tareas del campo y las huertas y que no tenían tiempo a lo largo de la mañana.

Gracias a esta labor aprendían nociones básicas de lectura y escritura, a la par que también se les ofrecía un poco de conocimiento básico de otras materias que les ayudaban a salir de una situación de analfabetismo. Su último director fue don Jesús Ortega Lechuga.

Las escuelas formaron parte de la historia del, por entonces, amplio campillejo que presentaba una gran pendiente terriza que, cuando llovía, se llenaba de múltiples arroyos que lo convertían en un lodazal.

El edificio escolar contó con un diseño austero y con un cierto carácter regionalista que se podía constatar en su terminación en forma de espadaña, la cual se decorada con un mosaico de azulejos dedicado al Niño Jesús, coronado por un tejadillo de tejas y pináculos vidriados. Su interior contaba con varias aulas donde destacaban los enormes ventanales con cuarterones de vidrio por las que salían las voces de las explicaciones de los maestros, el puntear en las grandes y toscas pizarras y, cómo no, el murmullo de la chiquillería. Todos estos fueron los ruidos que en este campillejo acompañaban al trasiego de caballos y mulos provenientes de las cercanas huertas de los adarves. Esta sosegada pero transitada plazoleta se componía, a ambos lados, de casas discretas que no superaban las tres plantas de alturas, propiedad de familias labradoras y artesanas.

El campillejo se convirtió en calle y se fue revistiendo de edificaciones con cierta elevación que han roto la armoniosa y limpia imagen de la perspectiva catedralicia, cuya torre derecha asomaba perfectamente enmarcada en la calle Julio Ángel o Portillo. Una casi destartalada pero grata plazoletilla cambiaría su tosca imagen viaria a mediados del siglo XX, donde se implantan unos jardinillos a cada lado de la cuesta, acompañados de una nueva plantación de arboleda, setos y rosales. Su imagen cambiaría radicalmente a finales del siglo XX, donde sus casas bajas, de tan solo dos plantas, habitadas especialmente por familias labradoras, pasarían a albergar bloques de pisos que superan hoy las cinco alturas, también, las citadas escuelas, desaparecerían para albergar un bloque de viviendas. El ambiente sosegado y rural es otro aspecto que queda ya muy lejano, incluso, hoy en día, las líneas de autobuses son parte del tráfico en esta vía que quedó remodelada a principios del siglo XXI con una zona peatonal y con arboleda.

Este y muchísimos más edificios desaparecidos en la capital jiennense los podréis ver reflejados dentro de mis libros (Reconstruyendo el pasado arquitectónico de Jaén) parte 1ª y 2ª. Es una recopilación y reconstrucción de toda aquella arquitectura palaciega, civil, religiosa, privada o urbana que perdimos, y que podréis revivirlo de forma diferente, amena y explicativa, todo ello acompañado de planos, secciones, detalles y fotografías que os ayudaran a comprender con claridad cada edificio o rincón perdido de nuestra ciudad.

Las fotografías mostradas pertenecen al archivo del Instituto de Estudios Giennenses de Jaén. Fotografías de principios del siglo XX de Manuel Romero Ávila, y fotografías de mediados del siglo XX de Jaime Roseñó Cañada.

Atención: Agotados los últimos ejemplares de la primera parte del libro “Reconstruyendo el Pasado Arquitectónico de Jaén”.

A la venta la segunda parte del libro Reconstruyendo el Pasado Arquitectónico de Jaén enLibrería Metrópolis, calle Cerón; Librería Don Libro, C/ San Joaquín y Universidad; Librería Picasso, Avda Andalucía; Papelería Delfos, C/ Ejido Alcantarilla y Papelería Luipe, C/ Castilla y León.

He visto un error

Únete a nuestro boletín

COMENTARIOS


COMENTA CON FACEBOOK