Juan Fernández: "Soy lo menos malo que le puede pasar a Linares"
Juan Fernández lleva más de 18 años al mando del Ayuntamiento de Linares. Dice que mantiene la misma ilusión del primer día, pero el tiempo no pasa en balde. Su rostro está envejecido, por el lógico paso de los años, pero también por la enorme carga de responsabilidad que soporta de una ciudad condenada al ostracismo si nadie lo remedia. Nos espera en una céntrica cafetería de la capital. Es puntual. Llevamos varios meses detrás de él para repasar la situación de la ciudad y cuáles son las soluciones que plantea para sacarla del atolladero. No tiene prisa y viene con ganas de hablar, a pesar de que el móvil -modelo del pleistoceno- no para de sonar. Delante de un café, se muestra combativo, el Juan Fernández de toda la vida. No deja títere con cabeza y reparte estopa para los suyos (Susana Díaz y la Junta de Andalucía, especialmente) y para la oposición (la portavoz del PP, Ángeles Isac, es el centro de la diana). Por su cabeza no pasa marcharse, pero tampoco aclara si se presentará a las municipales por sexta vez. En definitiva, Juan Fernández, en su estado más puro.
—¿Duerme bien por las noches?
—A pierna suelta, después de un buen rato dándole vueltas a los problemas que tiene Linares para intentar solucionarlos, porque este alcalde está pendiente de su ciudad las 24 horas del día.
—¿No está cansado después de tantos años al frente del Ayuntamiento?
—No considero que esté cansado. Más bien todo lo contrario. Tengo la misma motivación que hace 20 años. Eso sí, con mucho más conocimiento y, por supuesto, con más experiencia. Esta me sirve para tener más criterio a la hora de afrontar los asuntos y, por ejemplo, a relativizar ciertas cosas. Pero no he perdido la ilusión, que no es otra que trabajar por mi ciudad. Solo puedo decirle que soy de los pocos alcaldes que se mantienen y que han rechazado ir en las listas para el Senado.
—¿En algún momento ha pensado en dimitir?
—No, por qué. En las últimas elecciones me pude marchar al Senado y decidí quedarme en mi ciudad porque me habían elegido mis vecinos y no iba a traicionar la confianza de un montón de linarenses que siguen apostando por el modelo de ciudad que defendemos. Si hubiera querido irme corriendo, lo tenía fácil: irme al Senado, donde hubiera ganado el triple, habría tenido menos problemas y no tendría una relación directa con el ciudadano. Pero entiendo que Linares tiene una situación en la que no puede estar cualquiera. Lo que sí sé seguro es que soy lo menos malo que le puede pasar a esta ciudad, lo digo con toda la humildad.
—¿Tan poco confía en lo que viene por detrás o en la oposición?
—No lo digo porque los que vienen detrás de mí, sino por el panorama político que veo. Este cargo implica un conocimiento y una experiencia. Dirigir un Ayuntamiento se ve muy fácil desde la barrera, pero hay que estar en el ruedo delante del toro y saber cómo hay torearlo para que salga la faena exitosa y conseguir los objetivos. En estos momentos, nadie tiene la experiencia y el equilibrio suficiente para sacar adelante una situación tan difícil como la que estamos pasando, que no es Linares solo, sino que es general. Es cierto que Linares tiene dos crisis: la suya propia por el proceso de desindustrialización que ha vivido tras el cierre de Santana, y luego está la general. La regeneración del tejido industrial no se hace de la noche a la mañana. Tenemos que trabajar mucho y tener los criterios muy claros a la hora de saber elegir el camino.
En estos momentos, no hay nadie en la oposición capaz de afrontar esto. Porque si la alternativa es el Partido Popular, no tienen ni idea de por dónde entrar. Solo saben de redes sociales.
—¿Cómo cree que está su índice de popularidad? ¿Siente qué vive las horas más bajas de todos sus mandatos?
—Ni mucho menos. Por qué. Son coyunturas. No soy culpable de todo lo que pasa en Linares. El problema es que hay opiniones interesadas en cargar todos los problemas sobre las espaldas del alcalde, que tiene las competencias que tiene. No olvide de que hay un Gobierno central y otro autonómico. Lo que nosotros hemos hecho como equipo de Gobierno es algo tangible y objetivable.
—¿Pero algo habrá hecho mal?
—Por su puesto. Todo es mejorable. No digo que todo lo que hemos hecho hasta ahora es perfecto. Lo que sí le digo es que somos los menos malos. Esto quiere decir que somos lo más óptimo para Linares y los que mejor conocemos la realidad del Ayuntamiento. Los que hemos reducido la deuda municipal a la mitad, los que estamos a un mes de saldar el pago a proveedores, los que pagamos las nóminas puntualmente y los que hemos conseguido tener más patrimonio que deuda.
—Si por algunos fuera, lo 'quemarían' en la Plaza del Ayuntamiento.
—¿Cuántos? Esa sensación proviene de unos pocos, no de toda la ciudadanía. A lo mejor convocamos elecciones mañana y más de uno se lleva una sorpresa. Hay más gente con sentido común que sin él.
A lo mejor convocamos elecciones mañana y más de uno se lleva una sorpresa. Hay más gente con sentido común que sin él
—Sin embargo, lo que reina en Linares es el pesimismo más absoluto y la desesperanza.
—Lo que no se puede engañar a la gente. Quizá estamos así porque la clase política ha ofrecido promesas que no puede cumplir porque en las campañas electorales las alegrías de corazón son enormes. Gente que no sabe distinguir cuáles son las competencias de un alcalde o de un Ayuntamiento.
La portavoz del Partido Popular, Ángeles Isac, es la que más alimenta esa sensación. Eso se hace cuando no se tiene capacidad para plantear alternativas objetivas, reales y constructivas, con argumentos de peso y rigurosos, a los problemas de la gente. Es más fácil tirar al alcalde por los suelos. Tengo claro que esto es un complot. Esta gente cuestiona que lleve cinco mandatos de alcalde, pero se les olvida que estoy aquí por decisión popular y eso es sagrado. Por eso, tanto interés en atacarme y desprestigiarme, porque no me echan ni con lejía.
—¿Lo veo muy seguro de lo que habla?
—Estaría bueno, a estas alturas, que no estuviera seguro de lo que hablo. Conozco a la gente que se esconde detrás de una red social, con perfiles falsos, para hacerme daño. Toda la lista electoral del PP tiene un perfil falso y los conozco. Esos son las malas artes y la maldad que tienen. En lugar de ocupar el tiempo en aportar cosas, lo que hacen es deteriorar mi imagen personal y pública.
—Por el bien de la ciudad, ¿no deberían todos arrimar el hombro?
—Si el problema es que esos mismos luego tienen la actitud hipócrita y cínica de acompañarnos en las manifestaciones, mientras socavan por abajo. Cuando se emplea la maldad y la malicia y no se va de frente, ocurren estas cosas. Para Linares, sería un grave problema estar en manos del PP y de Ángeles Isac.
Ángeles Isac solo ofrece insulto y descrédito con el uso de las tácticas más bajas. Me da vergüenza ajena lo que hace esta señora
—¿Echa de menos a su anterior portavoz del PP, Antonio Martínez?
—Besado. Hablamos de una persona con mucho más conocimiento, talento, racionalidad y saber estar que la persona que, precisamente, lo echó con unos argumentos que no se aplicó para ella misma cuando se marchó al Congreso y ocupaba tres puestos. Si tanto quería a Linares porque se fue a Madrid y estaba, además, de diputada provincial y de concejal. Se estaba empleando mucho por Linares. Por cierto, tiene el récord de haber sido la diputada nacional a la que más rápido echan de la Cámara. Esa misma que decía que se iba a dedicar a su ciudad. El problema de ella y del PP no es el PSOE es Juan Fernández.
—Sin usted en la Alcaldía, ¿cree que algunos de los problemas de Linares se solucionarían?
—Eso lo tienen que valorar y cuestionarse los linarenses.
—Y si esa fuera la solución, ¿usted se iría?
—Por supuesto, pero esa no es la solución, porque nadie afronta los problemas de Linares como yo, incluso, contra los propios y a los hechos me remito. Siempre pongo por delante a mi ciudad que a mis siglas.
—Quizás hay gente que echa de menos su carácter combativo. No ven ya a ese Juan Fernández capaz de movilizar a las masas.
—Sigo siendo el mismo. Basta con mirar las declaraciones que hice el otro día en relación con el tema de Aeroepoxy. Y dónde están los problemas está Juan Fernández, no su Facebook. Me explico. He estado todas y cada una de las empresas que han tenido problemas y me han necesitado. Pregúntele a los trabajadores de esas empresas por las que he dado la cara. Ahora, si solo vemos lo que cuatro descerebrados, con muy poca falta de respeto y sin vergüenza, ponen detrás de un perfil falso -o a veces público-, pues que quiere que le diga. Lógicamente, contra eso no luchar. Yo hablo en los foros correspondientes, con las cámaras y los medios delante. Y debato con quien sea o quiera, pero no en las redes. Insisto, esto es un complot contra mí porque soy el enemigo a batir. Yo lo entiendo. Esa rabia, esa manera de incitar al odio y de desacreditarme personalmente, no son las más correctas en política.
—¿Tiene pensado tomar algún tipo de acción legal contra esas personas que, según dice, incitan al odio?
—Claro, por supuesto. De hecho, las estoy tomando.
—¿Linares tiene solución?
—Lo que no puedo hacer son milagros, ni voy a prometer lo que no puedo cumplir. Si alguien piensa que un alcalde tiene la solución de todos los problemas, se equivoca. Esta pasa por un nuevo modelo de ciudad porque estamos muertos. Hay que empezar de cero. Por eso, lo primero que hicimos fue centrar todos los esfuerzos de la ciudad para tratar de cambiar el tejido industrial. Porque no hay un supermercado donde vayan los alcaldes a por empresas. No existe eso. Al contrario. Por desgracia, las empresas están emigrando a Oriente porque les sale más barato.
—Mi opinión personal es que todavía no somos conscientes de que ya no hay empresas con capacidad para generar 500 o 1.000 puestos de trabajos de golpe, que es, por desgracia, lo que necesita Linares.
—Cada vez que intervengo de manera pública, trato de trasladar esa idea. Hay gente que no se entera, ni quiere porque vive mejor refugiado en el insulto. En estos momentos, aquí en Andalucía o en España no hay nadie con esa capacidad de generar empleo. A lo mejor, en China o en otros países de la zona, pero no aquí. Por el coste de un trabajo en Linares, contratan a doce en otros lugares. Lo que le pasa a Linares, lo vive Ferrol, Fuenlabrada y otras muchas ciudades de otras muchas comunidades y países de la vieja Europa.
—¿Y cuál es ese nuevo modelo industrial que trata de imponer en Linares?
—Lo que buscamos es crear un ecosistema de iniciativas empresariales. Es decir, incubar empresas para su posterior desarrollo real en la ciudad. Esto a través de una red de viveros y centros de trabajo.
—Más de uno va a quedar decepcionado. Esperaba que anunciara otra cosa.
—Lo que no voy hacer es mentir, como hizo Ángeles Isac en las pasadas elecciones prometiendo miles de trabajos. Eso no lo voy hace porque eso es un fraude que es lo que ha hecho Ángeles Isac y el PP. ¿Dónde están? Si fuera tan fácil, yo le cedo el sitio, para ella la Alcaldía. Lo que no se puede ir diciéndoles mentiras a la gente, lo que quiere escuchar. Ese es el gran error de la clase política, sin más responsabilidad porque sabe que caerá en el olvido. Y yo, aún arriesgándome a parecer pesimista, digo lo que hay. Soy proactivo y me desvivo por lograr los objetivos, pero soy realista y lo que no voy es a engañar a la ciudadanía con falsas esperanzas. Quien no sea capaz de darse cuenta de esto, pues lo siento.
Lo que no escucho son alternativas, ni se le esperan. Su actividad política se limita al ataque y al desprestigio porque ese es el que impide al PP que gobierne en Linares porque la gente lo vota más a él. Y cómo no pueden demostrar ninguna conducta deshonrosa ni deshonesta, pues vamos a tirarlo por los suelos, vamos a desacreditarlo de todas las maneras posibles y a decir barbaridades en las redes. Que me digan en los foros de representación o delante de los medios de comunicación cuáles son sus capacidades, qué propuestas tiene y cómo se pueden llevar a cabo. Buenos deseos los tenemos todo, pero lo que quiere escuchar de ellos es una planificación estratégica y operativa por donde debe ir la ciudad. Llevo mucho tiempo peleando por ello y luchando contra las administraciones, que no me dejan.
—La presidenta de la Junta reconoció, hace unos días, que hay que ser más sensibles con Linares. ¿Cómo traduce eso?
—Fue una respuesta política para salir del paso. Le recuerdo a la presidenta que obras son amores y no buenas razones. ¿Por qué no nos deja que gestionemos Santana o Cástulo? Lo que dice la presidenta no es verdad, no tiene esa sensibilidad hacia Linares. Por ejemplo, el yacimiento de Cástulo no se va a desarrollar en manos de la Junta y, por eso, he pedido su gestión.
—¿Tan abandonado se siente por la Junta?
—La Junta lo tiene abandonado todo, no solo Linares. Como es natural, peleo por mi ciudad porque tiene más agravantes.
—¿Susana Díaz le ha decepcionado?
—No solo ella, sino toda la Junta de Andalucía. Lo único que le pido al Gobierno andaluz es que nos deje gestionar a nosotros cosas que son muy importantes para el desarrollo de la ciudad.
—Y del Gobierno central, ¿qué dice?
—Para ellos somos el olvido. Pero es un mal general, de toda España. Ahora, como linarenses, lo que tenemos que hacer es dar el máximo de nosotros mismos, pero esto no lo puede hacer el alcalde solo, porque no soy ningún mesías, ni salvador. Una persona sola no puede hacer nada en una situación que es global. Linares es una pequeña isla en medio de un gran océano. Las competencias del Ayuntamiento son las que son y las estamos desarrollando al máximo de nuestras posibilidades, con nuestros fallos, como es obvio. Le recuerdo que este Ayuntamiento sigue prestando los servicios sin necesidad de subir los impuestos. Es de libro, pero esto no le interesa a la oposición.
No solo me ha decepcionado Susana Díaz, sino toda la Junta de Andalucía. Lo único que les pido es que nos dejen gestionar a nosotros
—¿Quizás sea necesario transformar el pesimismo por esperanza?
—Por eso apostamos nosotros, por toda aquella gente que tiene ideas y quiere ponerlas en marcha en la ciudad. Mi objetivo es crear una fábrica de empresas, un centro para la creación de iniciativas empresariales. Queremos dar facilidades y apoyo a la vanguardia tecnológica que es, al fin y al cabo, el futuro. Pero, para ello, necesitamos estar capacitados y preparados, captando nuevos talentos. En este sentido, estamos facilitando el emprendimiento, y todo el que venga en esta línea tendrá todo nuestro respaldo y ayuda. Estamos haciendo lo que ningún otro Ayuntamiento y, además, unificando todos los esfuerzos. Esto no se hace de la noche a la mañana, ni puedo ir contra la globalización. El mundo está cambiando continuamente y lo que tratamos es adaptarnos a él.
El problema es que hay gente que no lo quiere ver y se dedica a otras cosas para quitarme a mí y poner a otra. Pero esa mujer no está capacitada para llevar esto, se lo aseguro. Confío, a pesar de las redes sociales, en que el sentido común impere y la racionalidad de los linarenses esté por encima de estas cosas, porque me conocen a mí y conocen a la que está alimentando e incitando al odio. Para mí, con una conducta delictiva desde la perspectiva de la humanidad. Es algo que nunca antes había ocurrido en el Ayuntamiento. La señora Isac está tan desesperada que busca estas artimañas. Me cabrea y me molesta, pero lo que nunca podrá es amargarme la vida. Y seguiré haciendo lo que tengo que hacer. Cree usted que la gente va a confiar más en una persona que se dedica a denigrar la imagen de su oponente político que de plantear argumentos de qué y cómo hay que hacerlo para que Linares salga de donde está. Solo ofrece insulto y descrédito, con el uso de las tácticas más bajas. Me da vergüenza ajena lo que está haciendo esta señora.
—¿Se siente todavía socialista?
—Por supuesto. Siempre he creído en la igualdad de oportunidades. Eso es lo que me tiene aquí. Se llamara como se llamara o tuviera las siglas que tuviera el partido, me mueve la igualdad de oportunidades. El futuro depende de la capacidad de esfuerzo, de sacrificio y de trabajo de las personas. Lo que quiero es que nunca le falte un médico o un maestro a un niño o a una niña. El PSOE sigue representando eso. Otra cosa son las distorsiones que puede haber en clave interna. Le puedo decir que estoy en total de acuerdo con la pugna interna que ha habido. No tenían derecho hacer lo que han hecho.
—¿Queda Juan Fernández para rato?
—Como dice Raphael: Moriré en el escenario. Claro que me queda cuerda para rato. Después de la experiencia acumulada y ahora que he aprendido hacer cosas, ¿quieren que me vaya? Lo que manifieste el pueblo. Que me presente a las próximas elecciones no depende solo de mí. Hay que hablarlo. Y me sometería a unas primarias si fuera necesario, ya que fui el primero en pasar por ese proceso. Es más, en estas últimas y en las anteriores, aún siendo el único candidato, les pedí que votaran en una asamblea. Lo hicieron de forma secreta e individual. Si quieren que me presente, me presentaré y no quiere, pues no lo haré. Lo que voy hacer, no lo sé todavía.
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