'Candil' alumbra nuevas páginas dedicadas a la cultura flamenca
El número 163 de la revista de la Peña jiennense invita a la lectura con información y reportajes entre los que destacan el dedicado al desaparecido bailarín Antonio Gades
Llegar al número 163 y acumular cuarenta y dos inviernos encima no es cosa baladí si se trata de una revista, así que puede decirse que Candil alcanza su última edición con toda su luz intacta (mejor dicho la penúltima, con palabras cabales).
Sí, la publicación periódica de la Peña Flamenca de Jaén en torno a la cultura jonda acaba de alumbrar nuevas páginas que, de la mano de la propia entidad que preside Alfonso Ibáñez y de la Diputación Provincial (sostén económico de la revista), acercan a aficionados y amantes de la buena música lo sabido y lo por saber del universo del cante, el toque y el baile.
Desde su portada, obra de Francisco Carrillo (tan clásico en la pintura de aquí como el Niño Ricardo en la sonanta de todos los tiempos y geografías), Candil no deja de aportar información, conocimiento histórico, curiosidades, biografías... manteniendo intocable, eso sí, la calidad de las firmas que la conforman.
"Una entrega que encara con firmeza este 2020 haciendo suyos esos versos de Federico García Lorca, de su Poema del cante jondo, donde un primer plano del silencio dejaba temblando entre sus sombras una claridad primitiva, un arrebato de la conciencia más jonda: "¡Oh, qué grave medita / la llama del candil!", explican desde la redacción de la revista, de cuya dirección se encarga el profesor Juan Manuel Molina Damiani.
CONTENIDOS
Por vez primera en color en su totalidad (celebran), apetece abrir las páginas de Candil una tarde de frío como la de hoy y entregarse a la lectura.
Justifican esta recomendación unas firmas de primer nivel y unos textos más que enriquecedores; para muestra, estos botones:
El musicólogo gallego Faustino Núñez, que hace justo un año pasó por la tierra del ronquío y dejó un titular como este: "Jaén ha dado gloria al flamenco", ahonda en la figura del gran bailarín Antonio Gades y pone en valor su repertorio de sentencias; frases que traducen cabalmente el pensamiento del mito alicantino: "La elegancia del flamenco, esta sequedad del hombre de pueblo, esa sobriedad
casi ascética que lo caracteriza, eso es lo que yo pretendo reflejar a través de la danza". Ahí queda eso.
Interesante aportación la del arjonero Juan Eslava, que se confiesa "lego" para, liberado de la responsabilidad del erudito, compartir con los lectores sus recuerdos flamencos.
Luis Soler Guevara trata sobre el 'mairenismo' a partir de su conocimiento de la obra de don Antonio a la par que reflexiona sobre el presente y el futuro de la expresión jonda. Todo un azote contra el pesimismo con vistas al porvenir del flamenco.
Reproduce Candil también el pregón de la Navidad 2019 que pronunció el catedrático Pedro Galera, con el arte en general y el universo jondo en particular como protagonista, y especial detenimiento en la relación entre la mujer y el flamenco a través de la expresión artístic
El reputado flamencólogo Manuel Martín es el entrevistado de esta edición, y deja perlas como esta cuando María Isabel Rodríguez le pregunta qué es lo que más daño le hace al flamenco: "Más que daño, yo diría que le es perjudicial, en su veracidad y credibilidad, la falta de vivencias, el error a que arrastra la inexperiencia, y, por supuesto, los aficionados al artista y no al hecho artístico". Para pensar, sí señor.
Una biografía humana y artística de Porrina de Badajoz, firmada por Francisco Zambrano, acerca la figura de este cantaor sui géneris antes de que, a cuatro días de la Navidad, José María Castaño repase la trascendencia de la Zambomba Flamenca jerezana como "milagro cultural" inmarcesible.
Cierra el número 163 (no podía ser de otra forma) con una emotiva remembranza del fallecido Paco Cañada a cargo de Juan Antonio Ibáñez. El mejor de los epílogos, el de más pena negra, el más jondo.
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