Francisco Mendoza, el begijense que sabe estirar el tiempo
Trabajador en activo, va al gimnasio, practica su afición fotográfica, prepara oposiciones, es inquieto cofrade, pregonero y durante dos legislaturas concejal en su pueblo
De todas las actividades que copan o han copado su agenda particular hasta ahora, Francisco Mendoza (Begíjar, 1986) tiene clarísimo cuán no volvería a ejercer: "No volvería a la política", asegura. Y eso que puede presumir de haber sido, durante dos legislaturas, uno de los concejales más jóvenes de España, a cuya cartera de Fiestas y Turismo añadía el cargo de teniente de alcalde, y de (en sus propias palabras) haberse sentido muy querido y arropado por la gente del municipio.
De sus demás querencias no solo no reniega, sino que saca tiempo de Dios sabe dónde para dedicarle a cada una de ellas el espacio necesario como para sentirse a gusto consigo mismo: la fotografía, que practica como afición; el gimnasio, las oposiciones que quiere superar para poder ejercer de lo que estudió (Magisterio); el trabajo, que actualmente desarrolla en un centro comercial de la capital de la provincia, y el mundo cofrade (es secretario de la nueva hermandad de la Virgen de la Cabeza y más que conocida por los suyos es su devoción al patrón).
"Mi madre me dice que no sabe de dónde saco el tiempo", asegura. Su madre, y todos los lectores que hoy detengan sus ojos en esta página digital y se interesen por Francisco Mendoza, que a todo eso añade su inquieta y activa filiación cofrade y hasta el honor de pregonar las fiestas del pregón de su pueblo, el Cristo de la Vera Cruz, hace cuatro días, como aquel que dice:
"Yo no me consideraba con ese mérito, digno de ese honor, pero también acepté ser pregonero como un reto; no me creía merecedor, otros años lo han hecho personalidades con trayectorias más largas que la, y eso me abrumó". Un paseo por los comentarios que generó su discurso entre sus paisanos evidencia que gustó, y mucho.
"Fue una experiencia buenísima, no me esperaba la reacción de la gente del pueblo. Fue un pregón sencillo y no muy largo, contando mis vivencias y sentimientos hacia el Cristo".
Begijense de toda la vida, hijo de un camionero al que perdió demasiado pronto y de una ama de casa ambos también de honda raíz en el pueblo, no hay duda de que cuando Séneca escribió aquello de que solo es loable la ambición por no perder el tiempo, pensó en Mendoza con unos cuantos siglos de adelanto.
Tres años lleva avecindado en Jaén capital, donde dice sentirse la mar de bien aunque, eso sí, sin olvidar ni un solo día su patria chica: "En Begíjar encuentro todo lo que necesito, mi pueblo es mi pueblo aunque también pueda estar bien en cualquier otra parte".
Y es que se adapta al medio sin problemas. De hecho, fue arribar a Jaén y conquistar espacios, de forma que hasta ocupa puestos de cierta responsabilidad en la vocalía de Manifestaciones Públicas de El Abuelo, por destacar solo uno de sus vínculos con la ciudad del Lagarto. Es de lo que allá donde van, se 'nacionalizan' pronto.
Como también ha tenido tiempo de hacerse técnico superior en Información turística, si se le pregunta por las cosas que tiene su tierra se le pulsa un 'play' pleno de sentimiento y destila datos y presume de pueblo en cada sílaba que pronuncia:
Que se trata de hablar de la historia de Begíjar, historia al canto: "En su epoca tuvo bastante importancia, tuvo palacio episcopal, porque los obispos tenían Begíjar como zona de residencia veraniega cuando la sede estaba en Baeza".
Que hay que poner en valor su tesoro artístico... "Tenemos un patrimonio muy importante y bastante desconocido, una iglesia que es una joya del Renacimiento, un camarín barroco casi de los únicos de la provincia, que además es un gran desconocido yestá recién restaurado; cuando la gente entra y lo ve, se queda alucinada. Tenemos el torreón del castillo, un museo de artes y costumbres, que se va a volver a poner en marcha, y una ruta de fuentes muy bonita, hay bastantes fuentes y pilares". Mendoza apunta: "Y nuestra gastronomía, que merece la pena conocerla".
En cuanto al paisanaje, se le llena la boca: "Begíjar es un pueblo muy abierto, que acoge a la gente con alegría y simpatía, un pueblo muy hospitalario, los de Begíjar somos luchadores y trabajadores, defendemos nuestro pueblo a capa y espada". ¿Alguien lo duda, leyendo sus palabras?
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