LA ALEGRÍA DE VIVIR EN EL PUEBLO
Villarrodrigo y Génave impulsan programas para combatir la despoblación con la calidad de vida y las oportunidades de empleo como reclamo; una familia hace balance de su primer año en un pueblo de apenas 400 habitantes
Génave (576 habitantes) y Villarrodrigo (383) de Jaén suman fuerzas con Vianos (322) y Alcaraz (1.400) de Albacete para combatir la despoblación y crear nuevas oportunidades en pueblos cuyo reclamo es la tranquilidad y la calidad de vida. El proyecto Abrigo que une a Jaén y a Albacete está en marcha, recibe el nombre de 'AlbaJaén' y hay en torno a una decena de familias interesadas en cambiar de destino; la mitad quiere impulsar un nuevo ciclo en la provincia. Los ayuntamientos jiennenses trabajan para remarcar las bondades de núcleos rurales que necesitan habitantes para sumar recursos y servicios.
Nalluha Mohamed Abdelnebi (Ceuta, 1985) y Mohamed Mohkles 'Moi' (Marruecos, 1978) cumplirán un año en Villarrodrigo el próximo 27 de noviembre. Viven junto con sus hijos Aicha y Omar, de seis y tres años, respectivamente. "Vinimos aquí porque el alquiler era muy barato, de sólo 300 euros para disfrutar de una casa. Queríamos una vida tranquila para los niños", cuenta la mujer en declaraciones a este periódico.
La familia llegó bajo el programa Vente a vivir a un pueblo, pensado para atraer emprendedores a zonas con poca densidad de población. María Virtudes Ojeda, alcaldesa de Villarrodrigo, especifica a Lacontradejaén que ya hay dos familias, incluida la de Nalluha y Moi, que han nutrido el censo gracias a la iniciativa. "Hemos recibido interés de gente de otras provincias de España y de Iberoamérica", indica Ojeda.
Nalluha —Anaya en el pueblo de Jaén— y los suyos estaba inicialmente interesados en un pueblo de Málaga, pero las condiciones del transporte y del trabajo no resultaron halagüeñas. Ahora, en Villarrodrigo, ella se emplea en cuidar a mayores gracias a su formación como sociosanitaria mientras su pareja faena en la obra. "Mi marido tiene décadas de experiencia como mecánico en el sector industrial", señala.
Los números cuadran para el matrimonio: asumen gastos, tienen un colegio para los hijos, pagan el alquiler e incluso ahorran con vistas a una residencia propia. El gran reto que afrontan es abrir la primera tienda 24 horas de Villarrodrigo. "También pensamos en una cafetería. Ojalá que se dé", manifiesta Nalluha Mohamed.
LAS PROFESIONES QUE FALTAN Y LOS RECURSOS DISPONIBLES
Tanto la alcaldesa como la vecina migrante que ya se siente una más coinciden en los servicios que faltan en el pueblo: una segunda cafetería, un restaurante, una panadería y una línea de transporte público con Albacete más fluida. "Aunque sea un furgón", dice Mohamed más en serio que en broma.
"Tiendas tenemos. Sobre todos nos faltan negocios dedicados a la hostelería, porque solo hay uno de propiedad municipal; obreros dispuestos a trabajar en la construcción; porque tenemos dos cuadrillas de albañiles, y además hay un nicho estupendo en la dependencia", analiza la alcaldesa. "Tampoco contamos con un taller mecánico ni carpintería ni herreros. Y el turismo rural, estando en el entorno del Parque Natural de la Sierra de Segura, es otra gran oportunidad", añade.
Jaime Aguilera, alcalde de Génave, coincide igualmente en las opciones de trabajo que supone el cuidado de personas mayores. "A nosotros nos hacen falta camareros. Tenemos tres fiestas al año y hay momentos en los que los bares contratan a siete u ocho personas", precisa a este diario. Cuatro tiendas, una panadería, una farmacia, tres bares y dos cooperativas de aceite configuran el mapa de negocios de Génave. "Necesitamos gente que venga y pueda desempeñar profesiones como mecánico, electricista o fontanero", ejemplifica.
Los dos pueblos tienen recursos que ofrecer. Génave cuenta con activos monumentales como la Torre de Zarracotín en el paraje La Laguna, la Iglesia de la Asunción y la Torre de la Tercia. El equipo de Gobieron también mueve ficha en empleo y en las instalaciones municipales. "Estamos trabajando en un espacio coworking para facilitar el inicio de los autónomos. Y contamos con pista de pádel, campo de fútbol y la Plaza de Toros", enumera Aguilera.
Villarrodrigo, que ya luce de gala para recibir las fiestas de Nuestra Señora de Albanchez a partir de la semana que viene, tiene la Iglesia de San Bartolomé y el torreón medieval que perteneció a la Orden de Santiago. "Hemos abierto un gimnasio y pronto acabaremos un centro social polivalente para los mayores. La paradoja es que tenemos más servicios básicos que nunca, pero menos habitantes que nunca", razona la máxima responsable municipal.
VECINOS QUE EMIGRARON Y REGRESARON... PARA SER ALCALDES
María Virtudes Ojeda y Jaime Aguilera comparten más que el cargo. Ambos representan al autóctono que emigró para estudiar y que al final regresó a su tierra ya fuese por factores azarosos o meramente pragmáticos. "Yo soy de Villarrodrigo de toda la vida, hice el Bachillerato en Albacete y la carrera de Ciencias Políticas en Madrid. Estuve trabajando fuera y regresé hace ocho años por asuntos familiares", cuenta la alcaldesa.
El caso de Aguilera es casi idéntico. "Nací y crecí en Génave y me fui para estudiar primero Historia del Arte y luego Imagen y Sonido en Granada. Trabajé en Madrid en el sector de la alimentación y regresé a mi pueblo hace once años. Todo tiene su tiempo", resume.
Los alcaldes jiennenses que dan la batalla contra la despoblación están convencidos de que los pueblos pueden ganar habitantes. "Ofrecemos tranquilidad, hay oportunidades de trabajo, tenemos cerca el hospital de Puente Génave y una buena comunicación con Albacete y Ciudad Real", reflexiona Aguilera. "Ser alcaldesa me ha permitido conocer con profundidad los problemas de las personas. Tengo la suerte de que mis vecinos son gente implicada y colaboradora. Aquí nadie se siente extraño y el que llega de fuera es bien acogido. El factor humano es diferencial", tercia Ojeda.
"Nos han recibido con los brazos abiertos. La gente es muy buena y nos han ayudado mucho sobre todo al principio, cuando lo pasamos peor hasta que conseguimos trabajo", refrenda Nalluha, quien recomienda su viaje a quienes busquen una vida sin estrés. "Las personas son hospitalarias y pueblos como Villarrodrigo son también una ocasióni para invertir", concluye.
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