La gratitud de El Batanejo hacia su "alcaldesa de barrio"
Yeyi Juárez recibe un sentido y cálido homenaje de su vecindario, por el que se desvive todos y cada uno de los días del año
En su Pequeño libro de instrucciones para la vida, el escritor estadounidense Harriet Jackson Brown dejó escrita una de esas frases que recorren el mundo y termina perteneciendo a todos: "El éxito consiste en conseguir lo que se desea, la felicidad en disfrutar de lo que se consigue".
Seguro que el autor de Posdata: te quiero, desde su Tennesse natal, nunca imaginó que sus palabras terminarían en una placa de homenaje dedicada a una mujer afincada a casi 4.500 kilómetros de distancia, a una mogonera de El Batanejo, barrio de Iznatoraf del que Yeyi Juárez (la homenajeada) es una verdadera patriota:
"Mi misión siempre ha sido ponerlo bonito, que la gente lo conozca y lo visite, este barrio es como una familia grande", proclama.
Una familia que la noche del pasado domingo quiso reconocer el esfuerzo constante de su querida vecina y le procuró momentos de esos que no se olvidan nunca: "No me lo esperaba, ¡menuda sorpresa me dieron!".
Fue dentro del marco de las actividades navideñas, que este año se salen de tanta convocatoria como están teniendo. Ella, Yeyi, estaba a lo suyo, a arrimar el hombro, a batirse el cobre por El Batanejo, en esta ocasión detrás de su móvil para, luego, cuajarse un montaje al que no le falte ni un detalle. Pero mejor que lo cuente ella:
"Era la entrega de regalos de Papá Noel y estaba grabando y tomando fotos, para hacer un vídeo después. Cuando acabaron de dar los regalos, llamaron a dos compañeras de manualidades y luego me llamaron a mí también, me pidieron el móvil para grabar y me dieron una maceta y una placa".
Una maceta y una placa que resumían toda la gratitud de su barrio: "No pude ni leerla, sentí mucha emoción, estaba muy contenta".
Y es que la gente de El Batanejo lo tiene claro no, lo siguiente: "Yeyi es nuestra alcaldesa de barrio". Un título inexistente por ahora que, sin embargo, le cae que ni pintado, como demuestran las palabras de Loli Rodero, una de las residentes y, además, de las principales promotoras del homenaje:
"Hace muchísimas cosas por el barrio, siempre intenta solucionar cualquier problema; se me ocurrió la idea de tener un detalle con ella, se lo comenté a las vecinas y nos pusimos a recolectar dinero, para que no fuera solo entregarle una maceta o un ramo de flores".
Ni un solo hogar de la zona se escaqueó: "Todo el mundo ha participado y a todos les pareció fantástica la idea", apostilla Rodero. ¿Por qué esa unanimidad? "Desde que ella se lo propuso, el cambio del barrio ha sido muy favorable, no deja de hacer cosas por él, lo mismo que el acerado que los árboles, se decora en Navidad, en la Cruz de Mayo o cuando tenemos que hacer algún papel".
Esa placa, ese regalo, le recuerda a Yeyi Juárez, para los restos, cuánto y cómo la quieren los suyos, esos que viven a cuatro pasos de su casa, los más próximos. ¡Si hasta la Biblia, en el Libro de los Proverbios, lo deja claro!: "Mejor el vecino cercano que el hermano lejos".
Y ella, a seguir haciendo patria se ha dicho: "Son mis vecinos, estoy siempre con ellos, yo vivo para ellos". Ni mil palabras más.
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