LA IRA DE LAS LLAMAS CINCO AÑOS DESPUÉS
Se cumplen cinco años de la 'tormenta perfecta' que hizo que la provincia de Jaén viviera una de las peores pesadillas de su historia. El incendio forestal de Quesada fue uno de los de mayor superficie quemada de España y el más grave en la provincia en el último siglo. La pesadilla se revive
—Ya es el tercer incendio que he pasado. Este ya lo tenemos prácticamente superado. Ahora me preocupan los próximos. Ojalá no hubiera otro.
Manuel Vallejo es alcalde de Quesada desde hace 23 años. Bajo su mandato ha vivido tres de las experiencias más complicadas a las que se puede enfrentar un regidor enamorado de uno de los pulmones verdes de la provincia. Comprometido con el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas ha observado, hasta en tres ocasiones, cómo las llamas amenazaban una de las joyas jiennenses. Porque la riqueza del mar de olivos no sólo radica en su oro líquido, sino en su paraíso interior, en su tierra, en sus parajes protegidos que son tesoros medioambientales y fuentes de riqueza turística tan necesarias en tiempos de post Covid-19.
Con la mente más tranquila y sabiendo que las llamas ya están prácticamente controladas, evoca el año 2000 cuando ardía un paraje muy próximo al paraje del Cerro del Caballo, justo donde ahora el Infoca se afana por controlar el incendio desatado el pasado miércoles. En aquella ocasión ardieron unas 450 hectáreas. Hoy, mira con esperanza esa zona próxima donde se calcula que el fuego ha afectado a unas 15o hectáreas.
Pero, sin duda, su mente está en lo que ocurrió justo ahora hace cinco años.
—Aquello fue diez mil veces peor. Se juntó todo, una tormenta seca, el viento, el intenso calor... El incendio de 2015 en la zona de la dehesa de Quesada, Huesa y Cabra del Santo Cristo no lo olvidaremos nunca.
Porque como Vallejo, muchos vecinos de la zona, gran parte de los jiennenses e, incluso, el propio Infoca no pudieron evitar recordar la catástrofe que comenzó un 5 de julio y que no terminó hasta pasados 25 días. El miércoles, cuando comenzó el fuego en el Cerro del Caballo, las similitudes eran muchas. Los dos incendios fueron provocados por una tormenta seca, en ambos se dieron condiciones extremas de calor y en los dos el viento ponía resistencia. Incluso los tiempos de inicio han sido similares. Uno se declaró a la seis menos cuarto de la tarde y el de esta semana fue a las cinco y cuarto. Media hora de diferencia, cinco años de por medio y la ira del fuego tiene un desenlace bien diferente.
QUESADA 2015
En 2015, una de las zonas más frágiles de Andalucía, las sierras orientales de Jaén, fue pasto de las llamas. El fuego afectó a una gran superficie. Miles de hectáreas de pinar y matorral fueron asoladas en Quesada y Huesa en una zona cuyas condiciones naturales son muy limitantes: escasa pluviometría, gran insolación, elevadas pendientes y, de manera particular, suelos de margas y yesos.
El 5 de julio, a las seis menos cuarto de la tarde, prendieron las llamas como consecuencia de una tormenta seca con una veintena de rayos en el paraje La Cruz del Muchacho de Collares, en el término municipal de Quesada, cerca del parque natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. Era domingo. Al día siguiente, sobre las tres de la tarde, el Infoca lo dio por estabilizado. Las primeras estimaciones hablaban de una superficie afectada de entre 400 y 500 hectáreas.
La evolución seguía siendo favorable y el martes, 7 de julio de 2015, se declara el fuego controlado. Eran las ocho menos cuarto de la mañana. Por la tarde, una nueva tormenta seca desató la furia de las llamas. El incendio se reactivó y el miércoles ya estaba descontrolado. Tres días después de su activación ya se hablaba de 1.800 hectáreas afectadas.
La pesadilla fue creciendo y los acontecimientos se sucedían conforme avanzaban las horas. El jueves, 9 de julio de 2015, a las cinco y media de la tarde, la Junta decretó el Nivel 1 de Emergencias cuando ya habían ardido 2.000 hectáreas. Al día siguiente, viernes, tuvieron que ser desalojadas veinte familias de Ceal, Chíllar y Cortijos Nuevos. Se desarrolló en dos frentes, el del suroeste se dirigía hacia Alicún de Ortega, en la provincia de Granada, mientras que el del sureste hacia el Guadiana Menor e Hinojares, donde se construyó un cortafuegos.
Ese fin de semana se consiguió estabilizar de nuevo el incendio, se desactivó el Nivel 1 de Emergencias y las familias regresaron a casa poco a poco. La superficie asolada ya iba por 8.000 y los trajes amarillos se fusionaban con los uniformes rojos de la Unidad Militar de Emergencia que acudió al terreno a ayudar en las labores.
Quedó extinguido el 29 de julio después de 25 días y pasó a ser considerado uno de los incendios forestales con mayor superficie quemada de España y el más grave en la provincia en el último siglo. Hasta ese momento, el gran incendio que se recordaba era el de agosto de 2005, que arrasó más de 5.000 hectáreas de la Sierra de Las Villas. En 2015 ardieron 9.761 hectáreas quemadas.
LA RECUPERACIÓN CINCO AÑOS DESPUÉS
—Aquello ha reaccionado bien. Se ha recuperado el monte bajo, con lentisco, partales... Ha llegado a nacer la vida en aquella zona donde todavía quedaba suelo. Ahí, incluso han nacido pinos. Pero en otras han desaparecido, porque no podemos olvidar que tras el incendio llegaron, demasiado pronto, las lluvias y la erosión. Se ha actuado sobre unas 600 hectáreas. Fueron 10.000 las afectadas.
El alcalde de Quesada relata cómo poco a poco la vida vuelve a florecer, con dificultades, allí donde las llamas mostraron su versión más cruel. Tras el incendio, se llevaron a cabo actuaciones urgentes para evitar, en la medida de lo posible, la erosión del suelo como consecuencia de la pérdida de cubierta vegetal. El ciudadano observó cómo los troncos se apilaban a modo de fajinas que se convirtieron en barrera de protección. También se instalaron estructuras de contención en los barrancos y se reafirmaron los caminos. Eran los primeros pasos de una labor que hoy todavía dura y a la que le restan años de esfuerzo. La inversión fue de 995.600 euros y se realizó de agosto a diciembre de 2015.
En 2017, la Junta anunció una partida de 499.300 euros para dar continuidad a los trabajos del Plan de Restauración de los terrenos afectados por el incendio. Desbroces de matorral, podas de saneamiento, corta, descopado y tronzado de pies de árboles, recogida de los residuos y eliminación, son algunos de los trabajos que se contemplaron. También el control de las plagas. A esta partida se le unieron otros 500.000 euros que el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente destinó a labores similares. En este caso, fue para el tratamiento de la madera quemada y la ejecución de medidas de corrección hidrológica y mejoras de caminos.
Sin embargo, la intervención es complicada. El año pasado ya se reconocía que sólo se había intervenido en la recuperación de 600 hectáreas de monte público. Y es que después de las intervenciones iniciales se llevaron a cabo diferentes estudios experimentales para estudiar la evolución del terreno afectado por el fuego. También se planteó un proyecto para acometer una segunda fase de trabajos de restauración en gran parte del resto de la superficie. Se redactó en 2016 y a fecha de hoy todavía no ha sido ejecutado. De hecho, se presentó en enero de 2018 con un presupuesto previsto de 613.168 euros, pero no se ha llevado a cabo.
Es verdad que por las condiciones del terreno no se puede actuar en mucho más de 3.000 hectáreas pero 600 son insuficientes y así lo reconoce el alcalde de Quesada, que ayer mismo, antes de hablar con Lacontradejaén, recibía buenas noticias de mano de la delegada de Medio Ambiente y Agricultura, Soledad Aranda.
—Hoy mismo (por ayer) me decía que lo están supervisando, que efectivamente ha habido un retraso y que a causa del Covid-19 se paralizó la licitación de las obras pero que ya se reanuda.
Efectivamente, el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía publicó, a mediados del mes pasado, la reactivación del proyecto "Actuaciones de Restauración del Incendio Forestal de Quesada y Huesa. Rambla de la Peguera del Monte Pública Baldíos, en Huesa". El presupuesto es de 606.115,51, IVA incluido.
LOS HÉROES DE AMARILLO
[Hay un denominador común en todas las tres catástrofes naturales vividas en Quesada como consecuencia de la voracidad del fuego. Un eje vertebrador del que todos se acuerdan en verano pero que trabajan de forma dura a lo largo del año. Ellos son los hombres de amarillo, el Infoca.
—Tenemos que agradecer que este incendio no haya ido a más gracias al despliegue tan eficaz de medios aéreos y terrestres. Han sido muy rápidos y desde primeras horas, lo que ha sido un factor clave. La verdad es que funcionan de 10 y se lo tenemos que agradecer.
Manuel Vallejo pronuncia, emocionado, estas palabras recordando el mes febrero de 2015. El Ayuntamiento de Quesada le dio un premio al operativo Infoca sin saber que meses después se iban a dejar la piel, en el sentido más literal de la expresión, para apagar un incendio que se convirtió en pesadilla.
Hoy Vallejo denuncia que la Junta mantiene cerrada la garita del Puerto de Tíscar para la vigilancia. En este sentido, alerta de que este puesto de vigilancia atiende nada menos que 10.000 hectáreas en el eje Cazorla-Quesada-Huesa, por lo que su funcionamiento “es básico” para prevenir y atajar fuegos. Es verdad que a pesar de la proximidad que tiene al incendio declarado esta semana, apenas veinte metros, no se hubiera podido divisar desde allí, pero eso no implica que no sea necesaria en otras ocasiones. Pero es más, alerta de que hay otra garita cerrada allí donde hace cinco años ardieron 10.000 hectáreas.
—Pido y exijo que se mejoren y y mantengan las pistas forestales, en general. Hemos tenido un invierno muy abundante en lluvias, con desprendimientos y en algunas directamente no se puede transitar. No puede ser que el personal de a pie tarde dos horas y media andando para llegar al fuego o que el helicóptero no tenga dónde aterrizar.
Sus palabras son una muestra más de las duras condiciones a las que se han enfrentado los profesionales del Infoca cada vez que han acudido a Quesada. Esta vez, como hace cinco años, lo abrupto del terreno ha puesto al límite a los "hombres de amarillo".
—Merecen nuestro aplauso porque se la están jugando en unas condiciones increíblemente duras.
Y esas condiciones la resumían ellos mismos, esta semana, a modo de tuit: "Al límite en #IFQuesada: con una azada sobre el fuego y con la otra mano, agarrado a unas raíces para trabajar en esas pendientes. Pocas palabras definen mejor el esfuerzo de los compañeros. Con el ocaso, los aéreos se retiran, pero no cesamos de trabajar sobre la zona".
Reconocimiento a su labor del propio presidente de la Junta, Juanma Moreno, y de la consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, Carmen Crespo. Destaca que el despliegue de medios del Plan Infoca para tratar de sofocar el incendio es el que ha impedido un avance significativo. Muestra su gratitud a la "entrega" del Plan Infoca, que, según ha incidido, cuenta este año con 2,6 millones de euros más, con autobombas nuevas y con unas posibilidades increíbles para poder apagar incendios, aunque "siempre es poco".
Siempre es poco para preservar el medio ambiente y uno de los pulmones verdes del planeta. Y siempre es poco los doce meses del año. Pero en verano todos los ojos están depositados en los incendios, de modo que la labor de prevención y de concienciación de la ciudadanía es tan o igual de importante. Para ello un trabajo coordinado, presupuesto y esfuerzo para que cuando lleguen las altas temperaturas y las alertas por calor, como hoy, no haya que lamentar desastres naturales. Mientras tanto, las miradas siguen en Quesada, esperando el control y extinción total del que seguro no será el último incendio que viva la comarca. Anoche, al cierre de este reportaje, seguía estabilizado sin llamas en su perímetro. Los puntos calientes se localizan dentro de la zona incendiada, por lo que las tareas de refresco son continuas.
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