La sequía lleva a Fuensanta, Larva y Chilluévar a aplicar restricciones

Las reservas de agua embalsada son del 36,4%, a lo que hay que sumar la sequía en el subsuelo, lo que obliga a tomar medidas que afectan a la población

No es la primera vez que pasa, y seguramente no será la última. Un verano más, hay ayuntamientos de la provincia que se ven obligados a aplicar restricciones de agua como consecuencia de la sequía. En esta ocasión, son los de Fuensanta, como el año pasado, y Chilluévar. Pero el primero que impuso las restricciones fue Larva, a mediados de julio.

En el primero de los casos, el anuncio a la población se hizo la semana pasada. La decisión se toma, según se explica en el bando municipal, por la "persistencia de la sequía y previendo que la situación pueda empeorar durante el período estival". Así, se prohíbe la limpieza (mediante riego con mangueras y similares) de las aceras y portales exteriores de las viviendas, siendo extensivo a patios, terrazas y balcones.

Entre otras medidas, tampoco se puede proceder al lavado de vehículos particulares en la vía pública, ni al uso de agua de la red de abastecimiento para el llenado o reposición de piscinas privadas. Además, se reforzarán e intensificarán las campañas de búsqueda y reducción de fugas en la red de abastecimiento, así como detecciones de fraudes y usos indebidos de agua potable.

El caso de Chilluévar es similar solo que se comenzaron antes. Concretamente, a finales de julio. Las restricciones son prácticamente las mismas que las de Fuensanta y se suma la reducción del uso de agua en las fuentes públicas.