Javier Sirvent: "Dos cambios tecnológicos marcarán el futuro del sector del aceite"
Lo han bautizado como el Technology Evangelist. Javier Sirvent es una de las mentes más privilegiadas en España dentro del mundo de la tecnología y tiene las ideas muy claras. Hay que aprender a desaprender y a adaptarse a unos cambios exponenciales que marcan los cambios en la vida. El próximo lunes estará en Jaén para impartir la conferencia "Transformación digital. Susto o muerte". Será en la entrega de los premios Andalucía Emprende. Lacontradejaén repasa con él cómo estos avances exponenciales pueden afectar al mundo laboral, del aceite o de los medios de comunicación.
—Revolución tecnológica. ¿Susto o muerte?
—Realmente, hay gente que se dedica a asustar y tampoco está mal, porque somos especie humana y hemos sobrevivido gracias a una cosa que se llama amígdala, que es la que nos da la percepción del miedo. Pero es verdad que más que miedo hay que ser conscientes de la transformación digital, que es exponencial. Lo que provoca que todo estos cambios vayan tan rápido son tecnologías exponenciales como la inteligencia artificial, la genética, la nanotecnología o la robótica. Todas estas tecnologías evolucionan de forman exponencial y, basándose en la famosa ley de Moore, cada 18 meses se duplica cualquier cosa relacionada con la capacidad tecnológica. Es decir, cada 18 meses un producto será el doble de potente y, probablemente, la mitad de barato. Así que hay que adaptarse a esa velocidad a la que está cambiando todo.
—¿Cómo?
—Ya no es el problema de incorporar solo tecnología, sino que lo que hay que hacer es formarse. La clave de todo es poder trabajar lo suficientemente rápido, incluso desaprender para cambiar la forma en que se hacían las cosas y hacerlo rápidamente. Ya no sirve que un proyecto tengas que gestionarlo de una forma, no. Hay que ser mucho más rápido y eficiente. Para eso hay metodologías que usan los americanos, como el lean startup o la metodología agile. Lo que enseñan es a trabajar de una forma diferente. Por eso creo que no hay que tener miedo, sino que hay que formarse. Debemos aprovechar esta ocasión porque la gente que no se forme sí que es para tener miedo, van a morir y van a desaparecer sus empleos. Si no tienes esa formación no vas a ser capaz, ni siquiera, de saber por qué está pasando.
—Entonces, ya no hay que aprender cada día, sino prácticamente cada hora.
—Ahora, la gestión de cualquier proyecto, desde que lo piensas hasta que se lanza al mercado, como máximo tienen que pasar nueve meses. Eso significa que se tienen que gestionar las reuniones de una forma diferente, lo mismo que el business plan. Todo tienes que cambiarlo. Lo que ocurre es que la gente se piensa que esto es solo tecnología pero no, y es verdad que a algunas personas les cuesta aprender porque es muy complejo. Sin embargo, la metodología es muy rápida de asimilar, es decir, hay gente que se podía reciclar ya en empresas. No hay que tener miedo a la tecnología porque siendo bueno en metodología se es capaz de realizar un cambio lo suficientemente rápido. Voy a poner un ejemplo: salió WhastApp y todos estábamos contentos pero a Telefónica le hizo perder el primer año 400 millones de facturación. ¿Cómo puedo estar preparado para que cuando llegue una nueva empresa pueda sobrevivir? Evidentemente, diversificar. Si Telefónica solo hubiera vivido de los SMS estaría muerta. Por eso, estas grandes compañías hacen cambios a nivel de formación. Están preparando a la gente y cambiándolo todo para que cuando lleguen los cambios sean capaces de adaptarse rápidamente.
ACEITE
—¿Cómo tendría que dar ese giro el sector del aceite, por ejemplo?
—Hay dos cambios principales que van a llegar al sector del aceite. Por un lado está la robotización, es decir, hay gente que está trabajando en hacer maquinaria para todos los procesos. En vez de pensar que va a quitar el trabajo, lo que se debe pensar es que va a haber una tecnología que va a permitir gestionar más hectáreas, más calidad. Hay que pensar en lo que puedes ganar con tecnología y no en lo que vas a perder. El segundo cambio es en el sector alimentario. Hay algo clave que ha pasado y es que Monsanto, que es una de las compañías más grandes del mundo en transgénicos, ha sido adquirida por Bayer. Eso significa que, probablemente, el alimento del futuro no tenga nada que ver con lo que es ahora. Donde en determinadas condiciones meteorológicas se podía plantar y tener un olivo de una calidad, esta manipulación genética va a permitir poner olivos en cualquier parte y tener una adaptación mucho mejor a cualquier terreno y climatología. Y esto está relacionado con un avance en genética que es exponencial y que se llama crispr. Puede cambiar la industria de la agricultura en cinco años.
—Cinco años es muy poco para el sector.
—Hay que ponerse las pilas. Ahora tienen la probabilidad de mecanizarse, transformarse y enfocar, probablemente, a productos de calidad y segmentar para ser más competitivo. Esto es lo que se debe hacer porque, de lo contrario, llegarán otros mercados que con tecnología y preparados podrán hacerlo no tan bueno pero sí sabrán venderlo mejor. Porque ya no es tener el mejor producto, sino saber venderlo.
TECNOLOGÍA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN
—¿Los medios de comunicación estamos adaptándonos bien a estos cambios?
—El papel está desapareciendo a una velocidad exponencial y de eso sois conscientes vosotros. Los periódicos son ya casi de culto. Quien se lo compra es porque está suscrito, se lo regala la compañía o te lo dan en el avión. Pero cada vez la gente compra menos información escrita porque tenemos el Ipad o el mismo móvil que lo transforma todo.
—¿Pero por dónde pasa el futuro?
—La clave es que cambia el modelo de negocio y hay que dejar de hacer lo mismo. Seguramente, sea invertir en medios multimedia, en los que se ven un despliegue de la información. Por ejemplo, hay que tener en cuenta a Facebook, que se está convirtiendo en un canal de información. Y es curioso porque va a ser el mayor canal de noticias y ellos no generan ni una sola. A lo mejor hay que aprovechar esa red de dos mil millones de usuarios y monetizar a partir de ahí. También es verdad que muchos medios de comunicación se están transformando en algo muy necesario que es en formación. La información sirve para formar personas.
FUTURO DE LOS JÓVENES
—En una provincia como Jaén, con una de las tasas de paro más alta de España, ¿qué le recomendarías a los jóvenes que estudiasen?
—Es la gran pregunta de mucha gente. El futuro es estudiar lo que te apasione. Es tan sencillo como esto. Se habla de que alguien que va a empezar en el mercado laboral ahora mismo, cambiará entre 15 y 16 veces de trabajo. El empleo para toda la vida se ha acabado. Hasta los funcionarios, probablemente, tendrán que desaparecer. El mejor consejo es que haya gente generalista, es decir, que sepa de todo un poco y que de lo que más sepa sea su pasión. Yo no recomendaría estudiar una carrera de siete años. Sino que se empiece por lo que a uno le apasione, que es lo más fácil, se utilice para empezar a monetizar y de ahí aprender de una forma rápida y eficiente. Eso es lo que significa este nuevo mundo. Son los famosos newman, gente que es capaz de cambiar de trabajo, de desaprender y aprender muy rápido y que está acostumbrada a tener dos o tres trabajos. En Estados Unidos ya funciona así.
—¿Cuál es el negocio de futuro?
—Lo que te apasione. Si tu hijo quiere tener una escuela de surf, perfecto, no le quites la idea. Hay escuelas de surf que ganan mucho dinero. Si eso es lo que te apasiona lo puedes hacer pero teniendo la capacidad de saber muchas cosas para promocionarlo.
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