Federico de Mendizábal, un ilustre vecino de La Alcantarilla
El autor de la letra del Himno de Jaén vivió en la popular cuesta del barrio la mayoría de los años que residió en la capital jiennense
López de Rojas, Miguel Hernández, Lola Torres, Alcalá Venceslada, San Pedro Poveda... Son solo algunos de los nombres propios que escogieron como zona de residencia en su estancia en la capital de la provincia el barrio de la Alcantarilla (lo escogieron o fueron escogidos por él...).
Punto sureño de la ciudad, de increíbles desembocaduras, en cuyo rótulo campea ese Ejido de la Alcantarilla que lo bautiza desde hace la tira de tiempo pero que, de toda la vida, ha sido (y es) la cuesta de la Alcantarilla.
¿Cuesta...? ¡Cuestón de Jaén, Jaén! que otro ilustre hijo adoptivo de la ciudad prefirió como escenario cotidiano de su vida y la de los suyos: el poeta Federico de Mendizábal (Madrid, 1901-1988).
Casado con Leonor Allende y padre de Rafael y Blanca de Mendizábal Allende (ella fallecida en 2007, criaturas ambas del Santo Reino), precisamente de boca del mayor de los hijos del autor del Himno de Jaén supo este periódico del punto concreto en el que se desarrolló la vida diaria del escritor:
"Primero vivimos en la calle Salido, número 3, y luego en Egido de la Alcantarilla, en el actual número 7, bajando desde el arco de Noguera, en una casa que había a la izquierda, en una zona con unas escaleras de peldaños muy anchos", explicaba el magistrado del Tribunal Constitucional a Lacontradejaén para un reportaje anterior.
En ese inmueble tarareó cientos de veces Mendizábal los célebres versos "bella ciudad de luz..." antes de darle forma definitiva como canto oficial de aquí, con música del maestro Emilio Cebrián, y por la puerta de esa casa salía y entraba don Federico camino de la Delegación de Hacienda (en la que ejerció como secretario general desde su llegada en 1926 hasta que, ocho años después, regresaron a la villa y corte, donde pasaron la Guerra Civil.
"Mi padre siempre conservó el recuerdo de Jaén, tanto o más que yo; además colaboró continuamente en cuantas cosas le pedían, tanto desde el periódico como desde el Instituto de Estudios Giennenses; en mi casa siempre se respiró Jaén. A mi padre, hasta el día que murió, le servían el periódico", recordaba Rafael (Jaén, 1927), hijo del poeta. Y añadía:
"Volvimos muchas veces, una de ellas para inaugurar su calle, la antigua Mesones, en el 61 [la misma donde, cincuenta años antes, vio la luz primera el pintor Pedro Rodríguez de la Torre]. Luego [a finales de los 90] vine a recoger, en una ceremonia para mí inolvidable, el título de Hijo Predilecto de Jaén que le concedieron a mi padre, en un acto en el que estaba presente todo el Ayuntamiento".
Ninguna placa recuerda que allí, en ese bloque, habitó Federico de Mendizábal y García-Lavín.
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