MATEO RUIZ VILCHES, EL HOMBRE DE JUAN MARCH EN JAÉN

Representante de grandes firmas, diputado provincial, presidente de la Cámara Agrícola, del Colegio de Agentes Comerciales y filántropo volcado en la atención educativa a la infancia, el jabalquinteño fue también uno de los legendarios contertulios del mítico Portalillo
Cualquier foto de grupo de las muchas que generó la actividad de la tertulia jaenera 4x6=24=6x4 (el legendario Portalillo de la Plaza de Santa María) invita a adentrarse en cada uno de los personajes que aparecen en ellas.
Unos más conocidos que otros, en ellas suelen asomar los rostros más o menos familiares de Manuel Ruiz Córdoba, Mariano Velasco, Alberto Cancio-Uribe, Ramón Espantaleón, José Gómez Soriano, Lucas Espinosa, Antonio María Sánchez y otros muchos, pero también las de ilustres de Jaén cuya memoria se pierde en las galerías del olvido. Uno de ellos, precisamente, llega hoy a estas páginas digitales.
Mateo Ruiz Vilches, un hijo de Jabalquinto fallecido hace ahora setenta y cinco años, en 1950, y según los datos de su esquela mortuoria, nacido en 1877 en el noble municipio de la comarca de Sierra Morena: "Siempre me han hablado cosas buenas de él, hizo muchas cosas por mucha gente, he oído, de donar dinero y cosas. Una persona fabulosa", comenta su nieta Coral Ruiz Fernández, orgullosa de su antepasado y generosamente dispuesta a evocarlo, con vistas a su reivindicación.
Este primer sábado de noviembre, muy pocos días después de ese 26 de octubre que cada año, en la intimidad de los suyos, conmemora la fecha exacta de su pérdida, Lacontradejaén se acerca a la aventura vital del hombre del célebre y controvertido banquero Juan March en Jaén.

HIJO DEL DECANO DE LOS ALCALDES DE ESPAÑA
Abrió los ojos por vez primera en el seno de una familia acomodada, cuya cabeza (Joaquín Ruiz Álvarez) se mantuvo la friolera de cuarenta años al frente del Ayuntamiento de Jabalquinto: como al "decano de los alcaldes de España" se referían a él en más de una publicación de la época, entre ellas la revista de Cazabán, Don Lope de Sosa.
Un regidor de récord, a quien su pueblo distinguió con el título de hijo predilecto allá por 1920 (ocho años antes de su muerte) y con la rotulación de una calle a su nombre. Honor que, andando el tiempo, gozaría también su descendencia con la denominación de una avenida de Mateo Ruiz.
Y de la tierra de los sabrosos guiñapos a la capital del Santo Reino, donde Ruiz Vilches se construiría un prestigio profesional y social indudable.
Diputado provincial, presidente de la Cámara Agrícola y del Colegio de Agentes Comerciales de aquí (además de vocal de los de toda España como delegado de la zona séptima, o sea, Andalucía oriental), según se desprende de ls citas halladas en el periódico jiennense Patria), vivió siempre en un viejo caserón de la calle Obispo González, el número 11 (poseedor del cubo de la muralla que todavía puede verse coronado por una airosa y privilegiada terraza), en cuya puerta campeó mucho tiempo "una plaza en la que ponía Azucarera S. A.", en palabras de Coral Ruiz.
En esta casa conservó don Mateo (gran aficionado taurino) la cabeza del toro que mató a Manuel Fuentes, 'Bocanegra', en la plaza de Baeza, en 1899.

Solo una de las muchas actividades empresariales o de representación de don Mateo, cuyo rastro en la hemeroteca también lo sitúa como agente en Jaén "de la gran fábrica de cervezas El Águila" (según la publicidad del momento, la más puntera de entonces).
Representó igualmente, en el mar de olivos, a la afamada casa malagueña de muebles Prados hermanos, propiedad de la familia del poeta de la Generación del 27 Emilio Prados y responsable del ajuar de muchas de las casas más pudientes de la ciudad.
Pero, sin duda, uno de sus más singulares apoderamientos fue el que lo vinculó con el controvertido banquero y coetáneo suyo Juan March Ordinas (1880-1962): "Iba mucho a Túnez y a todos esos sitios", aclara Coral Ruiz Fernández en alusión a las actividades comerciales del financiero en Orán, preferentemente relacionadas con el comercio de tabaco, negocio que, al 50%, adquirió a su socio Vicente Jorro, con quien aparece en la fotografía que abre este reportaje, en la que también se distingue al propio Ruiz Vilches y a la esposa de Jorro.
En una vieja crónica de la prensa provincial del año 1948 se da noticia, precisamente, de la inauguración de la fábrica de aceite La Laguna, en Baeza; molino tradicionalmente vinculado a los marqueses de Viana que, finalmente, llegó a manos de March, ausente de dicho acto pero representado en él por Mateo Ruiz Vilches.

FILÁNTROPO
Casó con María Luisa Passas Fortó, hija del francés Jean Baptite Passas y de Emilia Fortó (con calle a su nombre en Espeluy), del matrimonio nacería un solo hijo, en el muy literario año de 1927: Mateo Emilio Joaquín Ruiz Passas: "Mi padre era como mi abuelo, igual de desprendido y generoso", apostilla la hija y nieta de los Ruiz.
Hombre de muy buena posición económica, ocupó también (así aparece en Patria) el cargo de presidente accidental del Tribunal Tutelar de Niños; una preocupación esta que evidenció, principalmente, su vena más filantrópica: "El nombramiento del señor Ruiz Vilches ha sido un acierto.Su gran obra a favor de la infancia con las escuelas por él fundadas en la Estación de Mengíbar, sus celosos trabajos como visitador del Hospicio de Hombres y su continua labor a los pequeños desvalidos justifican esa designación. Nuestra enhorabuena", celebran desde las páginas del antañón diario.
Un texto en el que destaca esa labor suya representada en las "escuelas por él fundadas en la Estación de Mengíbar", que no eran otras que las del Ave María, siguiendo la estela de aquel venerable educador que fue don Andrés Manjón. Para dicho centro escolar, Ruiz Vilches cedió unas propiedades suyas, aledañas a las instalaciones de la empresa de electricidad Mengemor (activa hasta mediados del XX y fundadas por el mengibareño Manuel de la Chica).
En aquellos parajes se levanta la finca los Higuerones, casa de campo de la familia que ha llegado hasta la actualidad en manos de sus descendientes, en la zona de Las Palomeras, cerca de la antigua estación férrea.
Patria (otra vez) da cuenta de la sabrosa reunión que tuvo lugar en el cortijo, copado de ilustres en homenaje al alcalde de Jaén y presidente de la Diputación Alfonso Monge Avellaneda, y de su homólogo Juan Pancorbo Ortuño. Era 1929.

"En parage (sic) donde la Naturaleza deposita sus galas más preciosas, haciendo del campo una Inmensa esmeralda, se levanta un 'chalet' moderno y confortador, (propiedad de don Mateo Ruiz Vilches,) cercano a la Estación de Mengíbar la Vieja. En este sitio lindo y coquelón fuimos acogidos y allí en instantes de espera para preparar un suculento almuerzo pudimos mostrar a los agasajados, rodo el afecto que le profesamos desde nuestra niñez y todas las esperanzas que ponemos en su futura gestion (...)".
Continúa la crónica: "Y dio comienzo, ante el temor de una lluvia inesperada, puesto que la comida había de darse en un altozano, anfiteatro de mil maravillas naturales y obra de| hombre, como el panorama que ofrecía el caudaloso cauce del Guadalquivir; los verdales sujeslivos de la prometedora campiña;la suntuosa Central de«Mengemor»,enlas naves que para Escuelas del «Ave María» tiene dispuestas el señor Ruiz Vilches, en el mencionado lugar. (...)
A la mesa se sentaron los señores siguientes: D. Alfonso Monge Avellaneda, D. Juan Pancorbo Ortuño, D. José Gómez Soriano, D. León Mortínez Poyatos, Don Manuel Ruiz Córdoba, D. Rafael Vadillos Vilches, D. Antonio Ruiz Serrano. D. Mateo Ruiz Vilches, D. Manuel Suca Escalona, D. Ignacio Ambel Cárdenas, D. Antonio Ramirez Pérez, D. Luis Fernández Ramos, D León Carlos Alvárez, D. Antonio de Gregorio Campos, Don Candido Medina Armenteros, D. Luis Berges Martínez, D. Primitivo Martínez, D. Salvador Escribano Gay, D, Manuel Suca Queiruga, D. Francisco Rodríguez López, D. Rafael Orliz Noguera, D. Arturo Carazo Granados, D. Juan Cary y D. Juan Gutierrez Fernández.".
Y concluye: "Terminado el almuerzo, los asistentes al mismo pasaron a admirar diferentes puntos de aquellos magicos lugares, entre ellos las obras de obtención de aguas que realiza el señor Ruiz Vilches y la magnifica Central eléctrica de «Mengemor» una de las más valientes empresas de la ingeniería española, quedando todos sorprendidos de tanta grandeza. El agasajo organizado por el señor Gómez Soriano y compartido en su actuación por el señor Ruiz Vilches, siendo servido por D. Francisco Fraile, dueño del Restorán de Espeluy-Estación, fué cosa en la se veían manos expertas y acostumbradas a lucirse en las grandes solemnidades. Los concurrentes pasaron al llegar y después del almuerzo a la elegante morada de los Sres. de Ruiz Vilches, moderna y refinada en gusto y confort, saludando a la distinguida señora y demás familia de este, que dispensaron a lodos las atenciones en ella proverbiales".
Una casa histórica, decorada con recios muebles de época y recuerdos de un tiempo que pasó pero que a Lacontradejaén le encanta desenterrar cada semana.

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