Líder o jefe: una cuestión importante

A lo largo de mi actividad profesional, tanto en mi etapa por cuenta ajena como en la de empresario, asesorando a muchas empresas, me he encontrado con distintos tipos de dirección de empresas.

En la gran mayoría, especialmente en las PYMES, predominaba, con una gran diferencia, la posición de JEFE sobre la de LÍDER. Es cierto que, a los empresarios de las PYMES no se les había enseñado esas técnicas y lo hacían, como también lo siguen haciendo actualmente, como podían.

En mi labor con emprendedores, como mentor de SECOT, procuro, e insisto mucho en ello, en que estos futuros empresarios, se mentalicen, entre otras cosas, de la importancia del trabajo en equipo, formando unos eficientes y potentes, equipos de trabajo, y en ser los líderes de sus equipos, dándoles las oportunidades para que expongan y pongan en práctica sus ideas.

Para ello, hay que empezar a definir en qué consiste el liderazgo para poder dirigir el equipo de una forma eficiente, y la primera pregunta que hay que hacerse es ¿qué queremos ser, líder es o gerentes?  ¿Son incompatibles o complementarios?
No hay que confundir liderar con dirigir. Dirigir es mover cosas. Liderar es inspirar a personas. El liderazgo no es una posición o un título, es acción y ejemplo.

Liderazgo y gestión suelen ir de la mano, pero son habilidades muy distintas.
Conocer las diferencias te permite crecer en ambas áreas.

Liderar es enfocarse en las personas:
Crear una visión, inspirar y motivar, construir relaciones sólidas, guiar y acompañar. Gestionar es enfocarse en los procesos:
Organizar, planificar y asegurar que las tareas se completen, hacer que todo funcione de forma eficiente.

Un líder puede tener grandes habilidades de gestión.
Un gerente también puede mostrar un liderazgo excepcional.
Para que un equipo destaque, se necesitan ambos perfiles.
¿Cómo se va formando un líder? Como todo, tiene un proceso de aprendizaje, combinado con la experiencia. Algunas sugerencias para conseguirlo: 

Escuchar activamente, conectar con las necesidades e ideas de tu equipo, compartir tu visión y que ésta sea clara, inspiradora y compartida.

Empoderar a tu equipo, confiando y delegando, tareas con propósito, reconociendo el esfuerzo realizado, y agradeciendo y celebrando los logros del equipo.

Para fortalecer tu gestión:
Define objetivos claros, para que todos sepan qué se espera de ellos, organizando bien las funciones del equipo y planificando, priorizando y ejecutando con orden todo el proceso.

Para ello, puede ser interesante este método que yo he intentado aplicar, cuando he podido, en mis relaciones con mi equipo:

Las 6 palabras más importantes: admito que he cometido un error
Las 5 palabras más importantes: has hecho un buen trabajo
Las 4 palabras más importantes: ¿cuál es tu opinión?
Las 3 palabras más importantes: hazme el favor
Las 2 palabras más importantes: muchas gracias
La palabra menos importante: yo

La palabra gerente, se asocia con la de gestión, y así debe ser, pero la realidad nos muestra que, muchas veces, no es así y se identifica, más bien, con la de jefe. 

Y aquí volvemos a la cuestión que se planteaba al principio. ¿Qué queremos ser ¿líder o jefe? Por ello, creo que hay que definir lo que diferencia a un líder de un jefe. Una muestra de ello, podía ser la siguiente:

Lo que se pretende, y eso es bueno, es que los trabajadores se sientan que forman parte de la empresa, permitiéndoles aportar todos sus conocimientos, para su propia satisfacción y el beneficio de la empresa.

Trabajar bajo un jefe que no lidera puede generar frustración y desmotivación. Cuando no hay escucha, ni reconocimiento ni propósito compartido, eso provoca rutina y el talento se apaga.

No siempre se consigue, lo que produce desencuentros entre la parte empresarial y los trabajadores, que, al final, repercuten negativamente en toda la organización. Por eso creo que es fundamental, que nosotros, como 
mentores de Secot, procuremos formar a los emprendedores en las técnicas necesarias para que se conviertan de emprendedores en empresarios.