LO QUE HAY DETRÁS DEL PAISAJE DEL OLIVAR
Mucho se ha hablado y se hablará de la fallida candidatura del olivar a ser patrimonio mundial, una idea que empezó a fraguarse en 1998. Lacontra hace una pausa en la vorágine de titulares para analizar las vertientes de un expediente que hasta octubre se puede recuperar
El Día Mundial del Olivo fue proclamado en la 40 reunión de la Conferencia General de la Unesco en 2019. Se celebra el 26 de noviembre de cada año. La rama de olivo ha simbolizado, desde la antigüedad, la paz, la sabiduría y la armonía y, como tal, es importante no sólo para los países en los que crecen estos nobles árboles, sino también para las personas y comunidades del mundo entero. Así lo entiende, al menos, la organización en su exposición de motivos.
"Es, pues, un árbol universal, que acompaña a la humanidad desde hace milenios y que encarna también sus aspiraciones, ya que, con su legendaria longevidad y su capacidad para renacer de sus cenizas, escapa a la miopía del instante: plantar un olivo, comer su fruto, nos hace formar parte de una cadena de humanidad", defendió, por aquel entonces, Audrey Azoulay, directora general de la Unesco.
Esa cadena de la humanidad que bien podría haberse prolongado con la declaración del conjunto de millones de olivos de Jaén, Córdoba, Sevilla, Cádiz, Málaga y Granada se ha roto por las dudas de 8.500 propietarios del cáliz del oro líquido. Mucho se ha escrito en las últimas semanas de la retirada de la candidatura del 'Paisajes del Olivar en Andalucía. Historia milenaria de un mar de olivos' a ser declarado patrimonio mundial sin llegar a profundizar cuánto trabajo hay detrás y qué representa la decisión.
Fue el ministro de Agricultura, Luis Planas, en su reciente visita a Jaén, el que dejó caer que otros países podrían copiar la opción. Y, de hecho, no es la primera vez que la Unesco oye hablar del olivar. No en las dimensiones que pretende Andalucía y el expediente impulsado desde Jaén pero sí da una idea de lo factible que era lograr el reconocimiento.
EL CASO DE PALESTINA
El Comité del Patrimonio Mundial comenzó en 2014 el examen de 36 sitios candidatos este año a la Lista del Patrimonio Mundial. Uno de ellos fue "Palestina: tierra de olivares y viñas – Paisaje cultural del sur de Jerusalén, Battir", presentado por Palestina con carácter de emergencia. Situado a unos pocos kilómetros al sudoeste de Jerusalén, en las tierras altas que se extienden desde Naplusa hasta Hebrón, el paisaje del pueblo de Battir, asentado en este paisaje cultural, comprende una serie de valles (widian) con cultivos en terrazas escalonadas.
En los bancales de secano crecen olivos y viñas, mientras que en los de regadío se cultivan frutas y hortalizas. La producción agrícola de estos bancales, situados en terreno muy montañoso, se sustenta gracias a una red de acequias alimentada por aguas de fuentes subterráneas. La distribución del agua captada por esa red se efectúa con arreglo a un sistema consuetudinario de reparto establecido entre las familias del pueblo de Battir.
Lo consiguió.
LOS ORÍGENES
¿Cuándo se empezó a hablar en Jaén de la posibilidad de tener un mar de olivos patrimonial? El trabajo viene de muy atrás, más del que se pueda uno pensar. La Fundación Jun Ramón Guillén respaldo desde sus inicios este proyecto. Explica que la iniciativa da sus primeros pasos en 2012 e implica al paisaje continuo de olivar de las provincias de Cádiz, Córdoba, Granada, Jaén, Málaga y Sevilla. Nace con el fin de dar visibilidad al sector olivarero de Andalucía a nivel internacional, poniendo en valor la calidad de sus productos y fomentando el consumo de aceite de oliva y el desarrollo del oleoturismo.
El estudio realizado por Marcelino Sánchez Ruiz, consultor independiente en patrimonio cultural, y Ana Coronado Sánchez, del Departamento de Historia, Teoría y Composición Arquitectónica de la Universidad de Sevilla se remontan a muchos años atrás. Marcan en 1998 en momento en el que la Diputación de Jaén empezó a liderar el embrión del expediente. Los dos expertos emitieron el informe "Los paisajes del olivar en Andalucía. Expediente para su declaración como Patrimonio Mundial por la Unesco", que defiende que los antecedentes hay que buscarlos en el pleno de la Diputación de Jaén en el que se acuerda por unanimidad trabajar junto con las entidades agrarias y las instituciones para componer una candidatura que obtenga el reconocimiento de Patrimonio Mundial.
Ese mismo año se comienza a trabajar la idea en el Simposio científico-técnico de Expoliva, la feria más importante del olivar y el aceite de oliva del mundo. Según su cronología, en 2005 se celebró el I Congreso de cultura del olivo en Jaén y en 2007 se puso en marcha Knoleum, un programa euromediterráneo Paisajes del olivo mediterráneo: una visión integral.
Ya en 2009 se empezó la redacción de la Ley del olivar de Andalucía y el Plan director del olivar de Andalucía. Se aprobaron en 2015. Y en ese intervalo de tiempo está el momento clave del expediente y la candidatura. En 2014 tuvo lugar la creación de la comisión con todas las partes que defienden la idea. Y de ahí que se diga que la candidatura acumula diez años de trabajo.
¿QUEDAN POSIBILIDADES?
En los últimos días, todas las esperanzas están depositadas en la Junta, y más concretamente en su presidente, Juanma Moreno. A ellos se dirigen las voces que piden que retomen la iniciativa. De hecho, esta semana mantuvieron un encuentro con algunas de las partes y el Ministerio de Cultura. Al respecto, el delegado del Gobierno autonómico en Jaén, Jesús Estrella, se reafirma en la que Diputación es la única que puede hacerlo.
"Junto con el Ministerio, queríamos escuchar de primera mano a los representantes de los agricultores a través de las organizaciones agrarias", defendió el jueves. Entiende que lo que se debería hacer es ofrecer toda la información necesaria para lograr el respaldo de esos 8.500 agricultores de la zona 14, la de la Campiña y, a partir de ahí, retomar el expediente.
Hay tiempo para llegar a un entendimiento. De hecho, el margen con el que cuenta la comisión es hasta el próximo mes de octubre. Como recuerda el vicesecretario general de Organización de UPA-Jaén, Elio Sánchez. En ese momento, se dará por retirada de forma definitiva.
LA ZONA 14, CAMPIÑAS DE JAÉN
El expediente de los 'Paisajes del Olivar en Andalucía. Historia milenaria de un mar de olivos' a Patrimonio Mundial fue impulsado con la implicación de las diputaciones de Córdoba, Granada, Sevilla y Málaga; las universidades de estas provincias, la Junta de Andalucía, organizaciones agrarias, cooperativas y fundaciones como Savia o Juan Ramón Guillén. Se remitió en enero a la Unesco y estaba previsto que su inclusión en la Lista de Patrimonio Mundial se debatiera en la asamblea de 2025.
Pone el foco en un paisaje cultural, agrario, evolutivo y vivo, cuyos valores a conservar tienen que ver precisamente con la continuidad de su productividad y su sostenibilidad económica, ambiental y social. Incluye un conjunto de zonas representativas, muestras de los espacios y elementos patrimoniales excepcionales vinculados a la agricultura tradicional del olivo, a su historia, cultura y evolución, así como a su valioso tejido social. Todas ellas forman un relato complementario, un paisaje cultural único formado por atributos comunes y el sólido tejido social de la relación entre sus habitantes y este patrimonio cultural.
Así identifica 14 zonas de paisaje cultural, que se han delimitado en función también de la historia: Montoro y su entorno (Córdoba), Molino Ducal San Fernando (El Carpio, Córdoba), Haciendas de Tavera y La Buzona, (Carmona, Sevilla), Hacienda de San Ignacio de Torrequemada (Aljarafe, Sevilla), Haciendas de La Soledad y Guzmán (Los Alcores, Sevilla), Cortijo La Jara (Jerez de la Frontera, Cádiz), bancales de Nigüelas y almazara de La Erilla del Valle de Lecrín (Nigüelas, Granada), Olivares de Santa Catalina (Orcera, Jaén), El Ruedo (Almedinilla, Córdoba), Alfar de Écija (Écija, Sevilla), Cortijo Blanco (Periana, Málaga), Campiñas de Jaén (Porcuna y Lopera, Jaén), Hacienda La Laguna (Baeza, Jaén) y Zuheros (Sierras Subbéticas Córdoba).
Las zonas elegidas reflejaban valores excepcionales, que se concretan en una serie de expresiones materiales e inmateriales que van desde los tipos de parcelas y las variedades de olivar hasta las muestras arqueológicas y arquitectónicas, así como su patrimonio inmaterial, como puede ser la cultura campesina, las tradiciones o los espacios de interpretación, entre otros recursos.
El área en conflicto es la Campiña. Las 8.500 firmas recogidas en contra de la candidatura incluye los municipios de Porcuna, Lopera y Arjona. A sus voces se han sumado ayuntamientos y algunas cooperativas. Piden información sobre qué les va a suponer estar en propiedad de un terreno que es patrimonial, porque no lo tienen nada claro.
No solo se quejan en Jaén. En Córdoba suponían 80.000 hectáreas las que estarían protegidas en caso de haberse llevado a cabo la propuesta y hubiera sido la zona más afectada de la región andaluza. El término municipal de Montoro y su entorno era la que más hectáreas abarcaba junto a olivares de Almedinilla, Adamuz, Fuente-Tójar, Luque, Baena, Doña Mencía, Zuheros, Cabra, Lucena, Carcabuey y Priego de Córdoba. El presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, ha sido uno de los principales detractores.
Considera que, hoy en día, con las normativas de la PAC y las sectoriales, no son necesarias más figuras de protección ni más limitaciones, pues ya están todas ellas protegidas por las distintas leyes vigentes, "siendo muy bueno su estado de conservación y presentando magníficos parámetros de biodiversidad".
Y es que las 8.500 firmas en contra del expediente argumentan que la declaración ante la Unesco pone en peligro “el derecho a la propiedad” de sus explotaciones. "La condición para apoyar el expediente es que se establezca como línea roja el derecho a la propiedad, la decisión de los agricultores afectados y que no hubiera limitaciones a la capacidad productiva de las tierras afectadas por la catalogación como patrimonio mundial", indicaron en un comunicado conjunto Asaja, Coag y Cooperativas Agro-alimentarias de Jaén.
Se da la circunstancia que en las Campiñas de Jaén es donde mejor se puede percibir y sentir este paisaje, tal y como reconoce la propia comisión. Comprende el espacio entre sendas cuencas de arroyos que tributan al Guadalquivir, la autovía A-4 y la carretera A-306. Una vía diagonal, entre Andújar y Porcuna, que recorre transversalmente la zona propuesta. Abarca un territorio de campiña y paisaje rural muy antropizado con presencia de numerosos núcleos de población y continuo cultivo de olivar. Es un área paisajística de campiñas alomadas, acolinadas y sobre cerros; espacio que se extiende al sur del Guadalquivir y de Sierra Morena.
Las suaves ondulaciones y pequeñas lomas campiñesas sobre las que se sitúan los núcleos de población (Arjona, Arjonilla, Lopera y Porcuna), marcan un movimiento de corta longitud de onda, que enfatiza visualmente el juego de mallas olivareras, formadas por olivos centenarios de varios pies y frondosas copas de hojas verdes y plateadas, con amplios marcos de plantación en torno a los 10×10 metros. Las líneas paisajísticas se quiebran, los planos visuales se superponen y se van perfilando los diferentes rasgos que pueden ser percibidos. Así lo define el expediente.
Las mismas líneas que quienes no están de acuerdo las marcan como rojas. ¿Lograrán ponerse de acuerdo antes de octubre? Lo contaremos.
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