Mamá, quiero hacer alfajores

María del Carmen Navas, presidenta de 'Guadalquivir', transmite en un curso la tradición materna para hacer un dulce característico de la Navidad

Hay historias detrás de los dulces más típicos de la Navidad. Ayer los mantecados de Estepa dejaron 350.000 euros en el Hospital Ciudad de Jaén. A María del Carmen Navas, presidenta de 'Guadalquivir' los alfajores le han dejado otro tipo de patrimonio, el sentimental, la apelación a la infancia. La representante vecinal de Belén y San Roque ha trasladado en un curso las enseñanzas que recibió cuando era niña en su familia.

Su madre se llamaba Ámparo Sánchez Martínez. Era una valenciana que vivió en tierras andaluzas desde 1944 hasta el año 2000. Su hija, María del Carmen Navas Martínez, tenía una costumbre: acompañarla a los hornos de antaño para comprobar cómo se hacían los dulces. "Aprovechábamos los días que no había colegio", recuerda la jiennense. Así entendió que cada fecha del año iba en cierta manera ligada a un dulce: en Semana Santa había magdalenas, y en Navidad reinaban los mantecados.

De todos los dulces Navas cogió especial apego a uno: los alfajores. "Dicen que tiene raíces judías y árabes, como Andalucía", explica.

UNA FÁBRICA DE ALFAJORES EN LA SEDE DE 'GUADALQUIVIR'

Navas ha organizado e impartido por primera vez en Belén y San Roque un taller para que los vecinos del barrio aprenden a hacerlo. Ayer acudieron alumnas, todas mujeres salvo Francisco Molina, presidente de 'La Manseguilla'.

Basta con comprar un kilo de cidra, otro de almendras, uno de azúcar y empezar con el proceso. Hay otros ingredientes que terminan de completar el alfajor, como la cáscara de naranja, una ralladura de limón o un chorro de anís. "Cada cual le da su punto especial. Algunas elaboraciones cuentan con miel en lugar de anís. Tiene secreto", admite Navas.

La sede de 'Guadalquivir' estaba poblada por otros cursos, como el de pintura y de bolillos. Cultura y tradición en el umbral de las fiestas, de la época de los alfajores.