Matar de muchos golpes
Si eres de Jaén, por lo visto, eso dicen, ¿no lo has leído? eres un tío que no vas a gastar mucho el próximo viernes negro. Viernes negro. ¿Qué me dicen de la expresión? No se me ocurría nada para empezar este artículo, para escribir sobre la noticia esa de que en Jaén gastamos menos en el viernes negro que un zagal en libros de literatura. De verdad, no se me ocurría nada, pero quería hablar del próximo viernes, que por lo visto es negro y se llama Black, Black Friday. Así me encontraba cuando, por avivar el seso, me he puesto a buscar los anagramas de la palabra viernes y los anagramas de la palabra negro. Y durante unos minutos he estado entretenido y he podido escribir este artículo en un pispás.
Miren, con las letras de la palabra “viernes” pueden formarse otras palabras que también existen en castellano, aunque usted no tenga muy claro qué significan. Por ejemplo, “inerves”, que es la segunda persona del singular del presente del subjuntivo del verbo inervar, que significa, o eso dice el Diccionario de la Lengua Española “dicho de un nervio: Alcanzar un órgano o parte del cuerpo”. También pueden formar la palabra “envires”, que al igual que la anterior, es una forma conjugada del verbo envirar, que, como saben, significa clavar o unir con estacas de madera los corchos con que se forman las colmenas. Buscar anagramas es un pasatiempo pipero, muy ameno, pero sobre todo lúdico, y por eso continué buscando anagramas para completar todas las palabras que debía tener este artículo. Así, di con la palabra “ivernes”, que procedía del verbo ivernar, que es una forma que hoy se utiliza poco y en cambio, la que se ha puesto de moda es, y en esto los osos nos llevan ventaja, invernar, o pasar el invierno en un lugar. “Revenís” es otro anagrama de viernes; procede del verbo revenir que significa que una cosa retorna o vuelve a su estado propio, algo que encoge y se consume poco a poco, que se consume poco a poco, poco a poco, como Jaén. Hay algunos más como “revisen”, “vírense”, del verbo virar, cambiar de dirección en la marcha de un automóvil o cosa semejante y “venirse”, que me recuerda al muy famoso y vulgarísimo “Si me queréis, irse”, de Lola Flores.
Hay que ver lo que han dado de sí los anagramas de viernes, nene, como diríamos en Jaén. Un párrafo extenso y entretenido al menos. Con los de “negro” podría hacer lo mismo, pero voy a subrayar solo uno, que es el que más me ha llamado la atención, el que más me ha encandilado. Se trata de Rengo, así, con mayúscula. Tenía otros, como greno, persona de raza negra, groen (del verbo groar) y rengó, pero les cuento, les cuento.
Rengo fue el nombre de un guerrero indio de La Araucana, que es una obra del poeta español Alonso de Ercilla, que vivió entre 1533 y 1594. Sí, ha llovido. No quiero entretenerme ahora con él, ni en él, pero sí quiero ofrecer en bandeja la locución adverbial que se originó con su nombre: “dar a alguien con la de Rengo”, que quiere decir matar a alguien de un golpe. El diccionario aporta algunos significados más, como “causar grave daño o contrariedad”, pero hay uno que me fascina, y es el de “engañar adulando”, que es el que utilizo ahora para advertir que será la actitud de algunos comerciantes malos el próximo viernes negro, que aquí, por mímesis cateta y anglicista, hemos denominado Black Friday; bueno, Black Friday, Black Friday no, sino Black Pollas, que además de sonar mejor, para qué nos vamos a engañar, sirve para decir que adónde porras vas este viernes sin un duro.
Colocarle el punto final al artículo empieza a ser necesario, por artículo raro y estrambótico. Pero tengo que subrayar que los anagramas me van a servir para tal fin porque hay que decir que en Jaén, parece ser, poco nos van a engañar adulando el próximo viernes 29. Entre otros motivos porque nos tienen muy mataos a golpes de desilusión y de promesas que no se cumplen. Así que el negro que horizontea es el negro del agujero negro que empieza a configurarse en Jaén. Mientras, ellos, los veintisiete concejales aquí y los otros de allá, los que están en Sevilla por Jaén y los que están en Madrid por Jaén, de risitas y polvorones. Siempre es así. ¡Vírense!
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