El menú del Dornillo no tiene final
La cofradía entrega los premios de 2017 y revaloriza la tradición gastronómica de la Sierra Sur
Es mejor acudir a la entrega de premios del Dornillo en ayunas durante al menos un par de días. La cofradía gastronómica referencia del sur de Jaén tiene un menú que abarca justo eso, el tránsito de un día a otro. De la noche a la madrugada. Un festín. Ayer, el colectivo escogió el Hotel ACG de Los Villares para reconocer el talento de empresas de restauración y agroalimentarias.
La fiesta comenzó sobre las nueve de la noche, en la terraza del complejo. Aún era de día, y la temperatura parecía difícil de mejorar en una espacio semicubierto, con jardines y cubos con tercios de cerveza en cada esquina. Fue una media hora de saludos y encuentros. Acudieron algunos de los alcaldes de la comarca, también responsables de empresas destacadas. ‘El Dornillo’ tiene poder de convocatoria prácticamente desde que nació, hace 13 años.
LA RIQUEZA DE LAS COSTUMBRES
Ya en el comedor, Juan Infante, presidente de la asociación, señaló que el número de cofrades va por 60. Era la jornada 58. Infante agradeció la presencia del diputado de Agricultura, Pedro Bruno, y mencionó la ausencia de Juan Castillo, responsable del hotel, que no pudo acudir a la cita.
El presidente resaltó que la Sierra Sur cuenta con un patrimonio gastronómico inmune a las dificultades económicas de algunos de sus pueblos. “El asunto rural es uno de los factores que los unen”, dijo el maestro de profesión, con el delantal rojo característico del colectivo.
El alcalde de Los Villares, Francisco Palacios, agradeció que su tierra fuera el escenario de un nuevo encuentro gastronómico. En la línea de Infante, alabó las costumbres de la zona, propulsoras de la producción culinaria y agroalimentaria.
GRATITUD DE LOS PREMIADOS
Juanma Galán, chef del hotel anfitrión, agradeció el galardón al mejor restaurante. Dijo que era un trabajo de equipo y se acordó del ausente Juan Castillo.
Jesús Fuentes, presidente de la cooperativa Nuestra Señora de la Fuensanta de Fuensanta de Martos, mostró gratitud y lanzó un reto en el horizonte para la recién nombrada mejor empresa agroalimentaria: lograr que la gestión rural de la cooperativa avance a un modelo empresarial.
Por su parte, el concejal alcalaíno y secretario de UPA Jaén, Cristóbal Cano, prometió defender una agricultura familiar y sostenible en campo, “siempre en crisis”. Cano se llevó la distinción Luis Aceituno de Agricultura y Ganadería.
Manuela Díaz, de Casa Pepa, y José Melero, del restaurante Etrusco, simbolizaron el triunfo de lo más importante en la gastronomía, el trabajo en la cocina. Ambos ensalzaron a los trabajadores de sus restaurantes.
Brígida Jiménez, vencedora del ‘Michael Jacobs Embajadora del AOVE Picual’, recordó sus orígenes en Arjona, al tiempo que valoró el impacto de la variedad picual en Jaén.
El periodista Fran Cano sustituyó a su padre, convaleciente, para recoger el premio destinado para otro Francisco Cano, ‘mejor camarero’. Valoro los 25 años de trayectoria de Casa Paco el Charro, posibles gracias a la apuesta del galardonado y de su mujer, María del Carmen Aceituno: dejaron pasar una oferta hostelera importante en Baleares para montar su negocio en Frailes.
EL MENSAJE
José Manuel Garrido (Frailes), Laura Nieto (Valdepeñas) y Carlos Hinojosa (Alcalá) acompañaron a los premiados de sus municipios. Los tres alcaldes se mostraron orgullosos del potencial y el servicio que aún ofrecen sus paisanos.
Después de los galardones llegó la cena. Antes Pepe Oneto, presidente de la Fecoan, remarcó la labor del Dornillo: dignificar a profesionales de la gastronomía anónimos, pero fundamentales para el desarrollo de la comarca. Son los dueños de un menú que por suerte no termina.
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