Juanillo, un 'muchacho' de 70 años siempre junto al Abuelo
El monaguillo limosnero del camarín de Jesús acompaña a la imagen más venerada de Jaén desde su segunda estancia en el Sagrario de la Catedral
Si tiene nombre e historia propia, ¿cómo no va a ser posible rastrear sus orígenes en el correspondiente 'registro' (como un humano más) y saber cuándo y de dónde llegó a los pies del Abuelo de Jaén?
Responde (o respondería, si es que pudiera hablar) a un diminutivo, o así al menos es conocido entre muchos de quienes pasan por el camarín para cumplimentar a Jesús con el entrañable y viejo rito de la visita diaria. Pero, ¿quién y por qué lo bautizó como 'Juanillo'?
Según Prudencio Villar, ex hermano mayor y actual consejero de la cofradía, le llaman así "porque a finales de los años 80, cuando Jesús estaba en la Catedral, un miembro de la junta de gobierno, Juan Moreno Pérez (1950-2015), se encargó de restaurarlo y cuidarlo, se hizo cargo de él, y la gente lo bautizó con su nombre".
Interventor delegado en el mandato de Juan Castillo Gutiérrez (hermano mayor entre 1996 y 1999 fallecido en 2008), Moreno también dejó este mundo hace algunos años, seguramente sin imaginarse que su recuerdo permanecería unido para los restos al monaguillo limosnero de Nuestro Padre Jesús.
Por su parte, José María Mariscal (también ex hermano mayor y ahora consejero) remite a décadas atrás para encontrar el origen del apelativo, concretamente a "los años 50 más o menos, la época de Antonio Delgado" (el legendario fabricano perpetuo cuya intervención resultó clave para salvar la imagen del Abuelo de la quema en el 36).
Apuntado el posible motivo de tan simpática y entrañable denominación, la presencia del 'muchacho' en la vieja iglesia de San José de carmelitas descalzos da para mucho más, y eso no admite interpretaciones, está en los papeles viejos. ¿Que no? Lean, lean...
UN MONAGO FIEL
¿Cuánto tiempo lleva al lado del Nazareno este inmóvil zagal de sotana roja y roquete blanco? ¿Qué acento tendría si parlara?
Se trata de un jovencísimo acólito de 130 centímetros de altura y gran realismo, nacido en los talleres de arte cristiano de Olot, como evidencia el sello comercial grabado en la parte inferior del dorso de la imagen.
Una industria imaginera que se convirtió en santo y seña de este municipio gerundense a partir de finales del XIX y de la que salió un buen número de 'santos y santas' para las procesiones españolas, especialmente aquellas cuyo patrimonio se había visto reducido a la nada durante la Guerra Civil. De hecho, aún es posible asistir a cortejos penitenciales presididos por crucificados, borriquillas o resucitados oriundos del catálogo de Olot.
Realizado (como el resto de la producción oloteña) en pasta de cartón madera, no obstante la cofradía no se desplazó hasta esa ciudad para hacerse con él, sino a cuatro pasos de la madrileña Puerta del Sol, en Alsina (imágenes, orfebrería, ornamentos y artículos religiosos).
Un histórico comercio que, tras 134 años de actividad, tuvo que echar la persiana en 2020, en plena pandemia, víctima económica del coronavirus.
O sea, que si en 'Juanillo' se produjera el milagro de la oralidad, tendría un lejano acento catalán entreverado con un prudente, recatado y umbraleño cheli abandonado a las puertas de Despeñaperros desde noviembre de 1953, cuando la hermandad de la madrugada del Viernes Santo lo compró y lo hizo jiennense adoptivo.
Una paciente consulta al rico archivo de la cofradía que preside Rosa Garrido Cancio aclara el dato. Según consta en el recibo correspondiente conservado en los libros de cuentas, la 'criatura' costó 1.350 pesetas, más 60 de la caja embalaje y 30 de portes: 1.440 calas, que diría un castizo.
Ya en Jaén, cabe resaltar que su venida coincidió temporalmente con el segundo traslado de Nuestro Padre Jesús al Sagrario, en 1953, y que su 'efectividad' alivió, en parte, la pena de tener que dejar el templo mercedario: ¡vamos, que llegó con un pan bajo el brazo! si se atiende a la primera mención que se hace de él en las actas de la cofradía, concretamente en la número 74, del 18 de diciembre de aquel año. Literalmente (o sea, incluyendo faltas de ortografía) dice así:
"Hace uso de la palabra el Sr. Depositario de esta Cofradía D. Juan Domingo Aguilar en las que expone la recaudación obtenida que para los cultos, depositan los devotos en la hucha monago que esta cofradía tiene instalada en dicha Parroquia [del Sagrario], la que una véz abierta, ha dado una recaudación bastante estimable con arreglo a la que se obtenia en la Iglesia Conventual de la Merced".
Un nuevo desplazamiento en la historia de la venerada talla, esta vez a causa del peligro de ruina que amenazaba al viejo convento, que lo mantuvo en la parroquia catedralicia hasta 1961, cuando regresó a la Merced.
Para entonces, 'Juanillo' había permanecido ya junto al Abuelo 8 años en el Sagrario; en su altar mercedario estuvo otros 9, y no le dolieron prendas cuando tuvo que hacer su mínimo petate y seguir al de los Descalzos camino de la Catedral, en 1970.
Muchos lo recordarán a día de hoy en su ubicación de la capilla de San Fernando, junto a la negra reja cuajada de exvotos, demandando silenciosamente una limosna para la obra social de la cofradía.
Y en 2009, cuando el camarín se recuperó de casi dos siglos de exilio nazareno, 'Juanillo' siguió los pasos de su Maestro. ¡De allí no lo mueve ni el viento de Jaén, que dicen que arrancó de cuajo incluso el quiosco de Petrolo!
No es el único monaguillo limosnero de la capital, antes bien se hace presente en monasterios, conventos y parroquias de aquí, pero a ver quién le discute la supremacía de llevar siete décadas de nada viendo cómo llegan y cesan juntas de gobierno mientras él, con fidelidad pinochiana, se sabe cuasi eterno a la vera del Rey.
'Juanillo'... Don Juan, si fuese cuestión de méritos.
Únete a nuestro boletín