Los murales de Fuentes del Olmo en el Paseo de la Estación
La obra del reconocido escultor iliturgitano añade gran valor artístico al antiguo edificio de Sindicatos de la capital, construido a mediados de los 60
Que el Paseo de la Estación de la capital jiennense ofrece al viandante un buen número de hitos para deleitarse mientras camina, a ver quién lo discute: ahí están el antiguo Banco de España de Moneo, el Museo Íbero, Cristo Rey, el Museo de Jaén (el Provincial de toda la vida) o la casa número 8, casi centenaria ya.
Pero que otras construcciones de la zona pueden presumir de un prácticamente inapreciable valor histórico entre el fragor cotidiano de una arteria tan viva y populosa como la que en un principio fue bautizada como avenida del marqués de Casa Loring, luego Paseo de Alfonso XII y avenida del Generalísimo en tiempos de Franco, tampoco admite dudas.
Sí, difícilmente brilla en el colosal inmueble número 28 (Sindicatos) una serie de murales de hormigón que, salidos del taller del afamado escultor Miguel Fuentes del Olmo (Andújar, 1940), suman valor artístico al ya de por sí singular edificio firmado por el arquitecto atarfeño José Jiménez Jimena (curiosa coincidencia de jotas) allá por 1965.
Piezas con las que, en palabras del escultor y arquitecto Juan Manuel Martínez Perea recogidas en Miguel Fuentes del Olmo. Obra mural y abstracción. 50 años del edificio sindical en Jaén (1970-2020) el iliturgitano rompe con la omnipresencia del arte figurativo en Andalucía, preponderante desde mediados del XX, para acometer una "introducción de la abstracción como elemento artístico y complementario" en la arquitectura regional.
Murales en los que el artista, precisamente, plasma una personalísima visión creativa hondamente vinculada a la propia esencia funcional del edificio, de forma que herramientas, andamios, aperos oleícolas, trebejos de fragua y hasta hoces y martillos de evidente adscripción política contraria al aparato institucional promotor del edificio conviven en los diferentes espacios rubricados por Fuentes ya en 1970.
"Magnífico escultor de Andújar" (dice de él el pintor, crítico de arte y académico de Nuestra Señora de las Angustias de Granada Miguel Viribay):
"La dominante creativa de Miguel Fuentes del Olmo tiene que ver con una vocación verdaderamente tenaz y sostenida a través de muchos años, cuya verdad ahonda en la búsqueda de la belleza interior de las formas", sentencia el profesor jiennense.
UN ARTISTA AMPLIAMENTE RECONOCIDO
Tras estudiar en la Escuela de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, sus primeras obras reseñables se vinculan con la escultura religiosa postconciliar, si bien, con el paso del tiempo, terminaría convertido en artista de referencia, también, en otros ámbitos.
Por citar solo dos de sus obras (repartida por buena parte del mundo), quienes visiten el santuario almonteño de la Virgen del Rocío tienen en los vitrales del templo un buen ejemplo de ella; así como aquellos que admiren, en Segura de la Sierra, el monumento al poeta Jorge Manrique, cuya calidad informa toda la producción de Fuentes del Olmo.
Profesor universitario en Granada y Sevilla, se sienta en los sillones de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría y en la ya citada granadina y de su cuello pende, desde el año 2010, el máximo reconocimiento de la comunidad autónoma: la medalla de Andalucía.
Su patria chica, la ciudad iliturgitana, le rinde tributo constante con un museo de escultura abstracta que lleva su nombre.
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