Lo que la sangre une, que no lo separe el coronavirus

Luis Delgado y sus hijos Fernando y Luis, desde distintos puntos de España, graban La oración del remanso de Fandermole, que comparten en redes durante el aislamiento

Los Delgado más conocidos de Jaén capital fueron, durante muchas décadas, aquellos hermanos herreros de la calle San Clemente que, cada Viernes Santo, guiaban el trono de Nuestro Padre Jesús por las calles de la ciudad con túnica pero sin caperuz, estampa típica que todavía emociona desde viejas fotografías nazarenas. Sí, los Delgado... Pero eso fue hasta que un clan artístico del mismo apellido empezó a sonar (nunca mejor dicho) a los jiennenses como algo propio.

Tiahuanaco, Charanda, Flamencubeando... Grupos de aquí que desde hace décadas sitúan a la ciudad en el mapa de la buena música y en los que otros Delgado aportan su calidad: son Luis Delgado Gregorio ("el patriarca", en palabras de uno de sus hijos), Fernando y Luis Delgado Gámez. La sombra del padre es alargada, como la del ciprés de Delibes, pero los vástagos se han hecho también un nombre en el panorama creativo y, al final, verlos juntos sobre el escenario es uno de esos acontecimientos que llenan aforos.

Distanciados unos de otros por motivos profesionales, conforman un triángulo que tiene sus vértices en la Barcelona donde reside Luis Jr., la Costa del Sol en la que vive Fernando y el Jaén de Luis, del que él mismo es ya elemento consustancial de su paisaje. Con tantos kilómetros de por medio pero unidos por el nudo irrompible de la sangre, el 'trío' se ha unido en pleno confinamiento para regalar a su legión de seguidores La oración del remanso, temazo de Fandermole con el que a piano, guitarra y quenacho emocionan hasta al más duro.

"Necesitamos, de alguna forma, hacer cosas juntos; había conciertos a la vista que se han medio chafado y, como nos echamos también mucho de menos, quisimos probar a ver qué eramos capaces de hacer a través de la tecnología. Esta musica, ahora, viene muy bien; aunque suene un poco triste, en este tiempo da aliento. Siempre nos ha gustado", dice Luis Jr. desde la capital catalana, donde desarrolla su trabajo en el mundo de la banca, aunque con la música en el mismo nivel de trascendencia que su profesión.

Fernando, pianista y percusionista, espera y desespera en la Cala de Mijas por volver cuanto antes a su trabajo como asesor de telecomunicaciones y coincide con su hermano en que "la canción es tristona"; sin embargo, reconoce en esa melancolía cierto poder evocador, cierta inspiración: "Esa tristeza nos toca la fibra, y más ahora. Estamos cada uno en una esquina y el patriarca en el centro casi, así que es la única forma que tenemos de echar un rato".

¡De echar un rato y de emocionar a la gente, que todo hay que decirlo! No hay más que pasearse por las redes, deleitarse con este o con otros vídeos (como el de Amarraditos, su último espectáculo junto a Curro Pérez y Miguel Ángel Ruiz) y leer comentarios para hacerse una idea de cuánto ayudan los Delgado con su música en este tiempo extraño de aislamiento, de mudez. "Agua del río viejo, llévate pronto este canto lejos", escribió Fandermole... Este canto silencioso de las calles.