“Mi sueño es atraer más artistas al sur de Jaén”
Nigel Greene (Surry, Reino Unido, 1953) es un pintor británico que llegó a Frailes en 2004. Al poco de afincarse, aceptó como una bendición que los vecinos del pueblo lo rebautizasen como Nico, nombre mucho más fácil de pronunciar, quizá menos serio. Artista trotamundos, llegó a la pequeña villa de la Sierra Sur a partir de una ficción. La vida de Greene, quien ha vivido también en Holanda y en Zimbabue, cambió tras leer La fábrica de la luz, de Michael Jacobs. Hay paralelismos razonables entre las historias de ambos.
La entrevista es el miércoles 29 de julio en la casa de Nigel Greene. En la primera planta tiene el estudio. Desde el hogar evoca el verano de 2013, cuando impulsó la primera y hasta la fecha única edición del Festival de Frailes, Arte y Cultura (FAC), un mosaico de conciertos, talleres y expresiones artísticas de artistas locales y extranjeros. El sueño de Greene es lograr una segunda edición del festival. El romanticismo con la idea es evidente. Reconoce que está en ello y que si todo sale bien, FAC será una realidad el año que viene.
—Vivió el confinamiento en Inglaterra. ¿Cómo fue?
—Tenía un billete para volver a España el 2 de abril, pero en Inglaterra el confinamiento empezó el 25 de marzo. Yo vivía en un barco al lado del río Támesis, y en el barco los servicios son comunes. Cuando llegó el virus todo el mundo estaba con miedo. Pensé que era peligroso usar un servicio común dado el contexto. Tengo una amiga con una casa y un jardín grandes, y me dijo que fuera con ella durante el confinamiento. A sus hijos y a mis hijas les pareció que era la mejor idea.
—Ha vuelto a Frailes hace un par de semanas. ¿Tenía ganas de volver?
—Oh Dios, sí. Estar aquí es mi sueño. Besé la tierra cuando llegué al aeropuerto de Málaga.
—¿Por qué eligió la Sierra Sur para vivir?
—Leí el libro de Michael Jacobs, La fábrica de la luz, y me gustó mucho el duende y la gente del pueblo. Pienso que los fraileros aceptaron a Michael, un hombre que, como yo, era un artista. Pensé que estaba ante una buena ocasión para que también me aceptaran a mí. Hasta ahora he tenido muy buena experiencia con mis vecinos, porque son muy generosos. Tengo más amigos íntimos de Frailes que del resto del mundo donde viví.
—¿La villa es un buen lugar para crear?
—Para mí es perfecto. Tengo espacio, paz y mi vida es simple y sencilla, que es lo que yo quería. Supongo que para Michael Jacobs resultó igual de cómodo.
La primera vez que estuve aquí mi sueño era atraer a más gente creativa de cualquier disciplina, como ceramistas, fotógrafos, escritores y músicos. Hay pocas oportunidades de trabajo en la zona más allá del campo, la obra y la restauración. Me pareció una idea interesante.
“MI FILOSOFÍA ES QUE CUALQUIER PERSONA TIENE CREATIVIDAD”
—Usted impulsó en 2013 el Festival Frailes Arte y Cultura. ¿Qué recuerda de aquella experiencia?
—Mi recuerdo es muy bueno en general. Fue un éxito que superó mis expectativas. Todo el mundo tenía interés en hacer cosas. El trabajo del artista local Juan Pedro Linares, que participó con una muestra en la Plaza Rector de Frailes, fue estupendo. Además participaron en torno a 60 menores en la cita de arte hecha exclusivamente para ellos. Hubo participantes en los talleres de música y de arte, y también asistentes a las proyecciones en el Cinema España. Fue una experiencia fantástica. Nadie me dijo una mala palabra del festival.
—La filosofía de aquel festival era compartir talento tanto de artistas con trayectoria como de vecinos con inquietudes artísticas.
—Mi filosofía es que todo el mundo tiene creatividad. En el confinamiento mucha gente en Frailes derrochó talento. Si podemos hacer FAC de nuevo será una oportunidad para mostrar lo que hicimos. Me sorprendió el nivel de los artistas locales. Hay gente mayor y no tan mayor con muchas cualidades, que además se han formado.
—Según me ha contado, hay opciones reales de que la segunda edición llegue ocho años después, en 2021.
—Sí, el Ayuntamiento de Frailes está dispuesto a ayudar con la financiación y con la logística. De hecho estamos trabajando en la posibilidad de que este verano, quizá en septiembre, haya un concierto con diferentes artistas que sirva de impulso para el año que viene.
—En la provincia y en el resto de España se ha subrayado la idea de que la cultura ha sido vital durante el confinamiento. ¿Está de acuerdo?
—Absolutamente. Es fundamental. El asunto creativo es una válvula que permite liberar las frustraciones. El confinamiento fue horrible para mí. Me refugié en la pintura y en leer libros. Pero no tener conexiones con mi familia y con mis amigos fue terrible. En Londres resultó un caos. Creo que en España se hizo mejor.
“ME GUSTA EL ESPÍRITU LIBRE DEL ANDALUZ”
—¿Cuándo decidió que quería ganarse la vida como pintor?
—Con ocho años. Gané un certamen de arte en la escuela. Mi madre me dijo: “Algún día serás un artista”.
—¿Ha tenido maestros o ha aprendido bajo su propia experiencia?
—Honestamente, para ser un artista tienes que tener la mente abierta y absorber todo lo que puedas, desde la naturaleza hasta el aprendizaje de profesores y estudiar el trabajo de otros artistas.
—¿Cuál es el mejor consejo que puede darle a un joven artista?
—Tienes que ser verdadero contigo mismo. Cuando tienes este sueño, tienes que ir a por él. Es probable que seas pobre toda tu vida, pero tendrás una vida creativa honesta.
—Sus dos hijas, Keira y Matilde, han seguido sus pasos desde otras ramas del arte. ¿Qué piensa de ellas como creadoras?
—Keira trabaja en el cine, más concretamente en los documentales, y es profesora de arte. Matilde vive en Amsterdam y se dedica a la escultura. Son muy parecidas, ambas han trabajado muchos años y querían de verdad ser artistas. También han tenido otras ocupaciones para ganarse la vida, como en la hostelería.
—Puede acabar la entrevista como quiera.
—Lo único que quiero es dar las gracias a España y a Frailes por esta oportunidad de realizar mi sueño, vivir en Andalucía. Me gusta el espíritu libre del andaluz.
Fotografías: Fran Cano.
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