Esplendor de la petanca entre el turismo y la naturaleza
Antonio Moya habilita 25 pistas en el alojamiento turístico de El Espinar, paraje de Valdepeñas donde se ha disputado un torneo mixto de dupletas con jugadores de Jaén, Granada y Córdoba
El letrero blanco con la leyenda Vivienda Rural El Espinar avisa del carril que conduce hacia el cortijo perteneciente a Valdepeñas. Algo más arriba del letrero hay otro con una flecha y la palabra 'Petanca'. El final del carril supone llegar al alojamiento de Antonio Moya, vecino de la zona, quien ha habilitado hasta 25 pistas en un enclave natural que apela al turismo.
Es domingo 21 de julio, y en las pistas juegan 60 personas, 30 hombres y 30 mujeres procedentes de clubes de Jaén, Granada y Córdoba.
—Es un campeonato mixto —dice Antonio Moya a este diario, y reconoce que no es sencillo reunir a dupletas de hombre/mujer para un torneo.
Los jugadores que lucen polos naranja pertenecen al club de Los Rosales, pedanía de Frailes. Las instalaciones habituales están en el Centro Social velado por la asociación El Paraíso. Hoy es un día diferente, de convivencia, y por eso hay cerca de 80 personas —entre quienes juegan y quienes sólo miran— en la propiedad de Antonio Moya. Han compartido un arroz antes de competir. La tarde es calurosa.
En torno a las pistas hay fresnos muy altos, álamos y cerezos. El silencio sólo se rompe por el sonido cíclico de las bolas cayendo a la pista, que, como en el tenis, puede ser de diferente superficie: arena, albero y de una tierra trufada de piedras que los jugadores locales llaman 'arrocillo'. Hay capacidad para que coincidan al mismo tiempo cien jugadores.
—Qué coraje me da —lamenta una mujer de Granada que ha debutado en El Espinar. El lanzamiento no le ha salido cómo esperaba.
—No lo he dado —lamenta otro jugador en otra pista ubicada más abajo.
—Mira lo que me ha hecho —dice un joven al comprobar el extraño de la bola al llegar a tierra.
"LO MEJOR ES LA CONVIVENCIA"
Moya cuenta que la afición a la petanca no deja de crecer en Andalucía. Lo dice alguien que lleva jugando más de una década y que ha competido incluso en torneos internacionales. Apunta también que es un mito eso de que sólo sea para personas mayores; también juegan adultos treintañeros y jóvenes.
Las pistas de El Espinar son consecuencia de la pasión del propietario, quien incluso ha instalado focos por si cae la luz diurna y aún sigue la competición. Buena parte de los jugadores que están en la zona compiten en el marco de los circuitos no federados con el respaldo de la Aspenofe.
—Lo mejor es la convivencia: aquí no escucharás un grito de nadie. Vamos a otros pueblos, conocemos gente y al mismo tiempo hacemos un deporte sano —valora.
En la dupletas mixtas no siempre coinciden marido y mujer. Es común que haya alternancia entre matrimonios. Reglas de la petanca, en auge y capaz de conciliar el deporte con el turismo y con la naturaleza.
Fotos: Fran Cano
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