Tres décadas recordando al gran Pepe Polluelas en el Arrabalejo

La placa de cerámica que evoca la presencia del bohemio cantaor jiennense en el barrio fue colocada en la fachada del pilar en 1995
Cinco años hacía que la voz de José Ruiz Pérez pertenecía al silencio cuando su barrio, el castizo Arrabalejo jaenés, decidió recordarlo para los restos sobre la fachada de su principal hito, el pilar.
Era 1995 y Pepe Polluelas (Jaén, 1924-1990) militaba ya en las filas de la mitología urbana de aquí a cuenta de una bohemia jonda que lo terminó redimiendo hacia una eternidad intocable, en la que sigue.
Firmada por I. Casanova, se trata de una sencilla pero entrañable placa de cerámica que, en mosaico, proclama a los cuatro vientos: "En memoria del recordado y querido Pepe Polluelas, tan vinculado al barrio del Arrabalejo".
"Era un cantaor ciertamente largo y conocedor de bastantes personalismos cantaores. Le gustaba iniciar sus fandangos recordando la creatividad de José Cepero con su granaína-malagueña, para seguidamente evocar a Palanca, Marchena, Antonio el de la Calzá, El Sevillano y a Pepe Pinto. Era, por otro lado, buen conocedor de los cantes mineros con matices marcheneros y singularidad propia, evocando muy asiduamente a Joaquín Vargas 'El Cojo de Málaga”, escribió de él otro añorado cabal, Rafael Valera, en las páginas de Candil.
Tres décadas cumple el homenaje de esta histórica collación jaenera a su cantaor, aquel que ni tiene estatua en los cantones de Jesús ni se le espera en el rótulo de calle alguna por más que su leyenda y su realidad lo sitúen en los pedestales más altos de la memoria.
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