El autor confeso del crimen en Alcalá la Real asegura que la muerte fue "por el juego de la asfixia"
La acusación recalca que hubo "asesinato con agresión sexual" mientras que la defensa pide cuatro años por "homicidio imprudente"
"¿Por qué han matado a mi hija? Siempre he dicho que fue una trampa"
Nazzaryn N. N., el autor confeso de la muerte de Khawla Zeroil, de 14 años, asegura que el fallecimiento se debió al "juego de la asfixia" que le practicó a la menor Khawla Elhaiba Zeroil en el cuello el día de la muerte, el 15 de febrero de 2022, en Alcalá la Real. El Ministerio Fiscal y la acusación particular piden prisión permanente revisable y sostienen que hubo asesinato con alevosía y agresión sexual. La defensa solicita cuatro años de cárcel por "homicidio imprudente" y por profanación del cadáver. Además, la acusasión cifra en 480.000 euros la indemnización a la familia por el crimen.
En el interrogatorio, Nazzaryn ha reconocido también que le metió "los dedos en la vagina" a la niña, pero ha negado que la penetrara y que se la quitara de encima con la manos. Y sí ha dicho que la desnudó antes de avisar a dos amigos.
De acuerdo con el informe forense, tal y como ha descrito la responsable del Ministerio Fiscal, la menor tenía arañazos con restos de ADN que coinciden con los del presunto asesino.
"Hicimos el juego de la asfixia, que era lo principal en el encuentro, pero también íbamos a pasar allí la tarde. Lo probamos con las tres", ha relatado Nazzaryn en alusión a dos amigas más que hoy también han aportado sus testimonios a través de videoconferencias. "Como con Khawla no funcionó con el pecho, lo hicimos en el cuello", ha narrado el joven de 25 años.
Nazzaryn ha señalado que conoció el juego de la asfixia cuando estuvo en un campamento y que había ganado experiencia con la técnica, consistente en llevar al oprimido hasta perder el conocimiento "unos segundos" en busca de una suerte de ensoñaciones o placer extraño.
EL DETONANTE DEL BESO NO CORRESPONDIDO
La fiscal narra, en el escrito de conclusiones provisionales, que el detonante del supuesto ataque fue la negativa de Khawla a un beso que intentó darle Nazzaryn. Entonces, según este relato, "el acusado se abalanzó súbitamente sobre ella y aprovechando su mayor envergadura y fuerza para impedir cualquier posibilidad de movimiento por parte de la menor, se colocó encima de ella a horcajadas apoyando las rodillas en el suelo mientras ella yacía boca arriba y una vez sobre ella inmovilizada, empezó a penetrarla vaginalmente con el pene, con fuerza suficiente para lesionar los tejidos profundo de la región genital".
El texto detalla que Nazzaryn estranguló a Khawla hasta provocarle la muerte por "asfixia mecánica por compresión extrínseca del cuello, manteniendo mientras el acusado la penetración incluso hasta después de la muerte de la menor". Además, indica que la dejó desnuda, sólo con los calcetines, y en posición con las piernas abiertas y semiflexionadas. Después le hizo las fotos y se las envió a un amigo.
LA LLEGADA A LA LA MOTA
Sobre la llegada a La Mota, el acusado ha comentado que el plan surgió "de forma natural" tras estar en casa de una amiga antes de un juego donde se recreaban personajes. Ha negado que tuviera interés sexual en Khawla y, cuando se le ha preguntado por el momento de los dedos en la vagina, ha dicho que no sabía por qué lo hacía y que estaba "en shock".
En el trayecto a la torre en ruinas donde ocurrieron los hechos, Nazzaryn señala que una de las amigas optó por abandonar el plan y ahí se quedó sola con Khawla en un lugar donde no podían estar de pie, de modo él que se sentó de rodillas cuando, presuntamente, le practicó el juego de la asfixia.
El acusado ha reconocido que llamó al 112 cuando supo que la chica estaba muerta y, cuestionado por los mensajes en los que admitía ser un psicópata, ha dicho que formaban parte "del humor macabro" con uno de los amigos a los que contactó tras la muerte de Khawla.
Nazzaryn también ha contado que cuando tuvo contacto con la Guardia Civil tras dar el aviso no acompañó a los agentes hasta el cuerpo. Igualmente decidió resetear el móvil antes de la llegada de los agentes. "A nadie le gusta que le miren el móvil", ha defendido durante el interrogatorio.
El juicio continuará mañana a las 10:00 horas en la Audiencia Provincial. Quedan los testimonios de los agentes de la Guardia Civil y de los forenses, entre otros.
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