El rastrillo benéfico de El Rocío vuelve a Jaén por Navidad
La hermandad jiennense mantiene abierto su mercadillo solidario en el centro de la ciudad hasta finales de diciembre, con un gran surtido de artículos para estas fiestas
A los rocieros de Jaén el coronavirus podrá haberles quitado el camino de 2020 (¡casi nada!), un montón de actividades en torno a su esperada romería y hasta eso de abrazarse y exteriorizar el vínculo fraterno que los une, vaya que sí...
Pero lo que es la solidaridad, la caridad, las ganas de ayudar al prójimo no hay pandemia que se las trastoque. "Llevadera es la labor cuando muchos comparten la fatiga", pensaba Homero, que además de un gran poeta era ciego y sabía de lo que hablaba cuando aludía a las penalidades.
Ahí está el rastrillo benéfico que la hermandad jiennense mantiene abierto, hasta finales de este mes de diciembre, en pleno centro de la capital de la provincia. Un gran escaparate de artículos y productos que ni pintados para regalar en estas fiestas y, de paso, arrimar el hombro para socorrer a quienes más lo necesitan. "Para ser buen rociero / primero hay que ser cristiano", dice el clásico de los Amigos de Gines. Pues eso.
Y es que este mercadillo rociero destila filantropía a espuertas, tanta que por la calle Navas de Tolosa (donde se ubica el establecimiento y cuyo local les cede la familia García) corre un río de espíritu navideño que invita a mojarse, pero a mojarse de verdad.
Tras la bendición del establecimiento a cargo del sacerdote Francisco de la Torre, desde el pasado día 7 de diciembre la tienda ofrece de todo y para todos, gracias a la generosidad de comercios y particulares: artículos de decoración, juguetes, hogar, arte, menaje... "Tenemos una gran variedad de artículos, y con todas las garantías de seguridad", aclara María Dolores Galán, presidenta de la hermandad.
En un año como este, con la amenaza constante del contagio encima, el colectivo rociero lleva a rajatabla los protocolos anti Covid, de manera que colaborar con su causa ofrezca de todo menos el más mínimo de los riesgos:
"Tenemos limitado el aforo a ocho personas, los cofrades que atienden cumplen todas las normas en cuanto a desinfección, higiene, mascarillas... Cada hora desinfectamos, quienes vengan pueden estar seguros de que vienen a un lugar seguro", explica Galán.
Abierto de lunes a domingo de diez de la mañana a dos de la tarde, los beneficios de esta iniciativa sumarán a la labor caritativa que, a lo largo de los doce meses, desarrolla la cofradía. Un trabajo discreto, silencioso, que no resta alegría, jaleo incluso (cuando se puede) para animar las compras:
"Saldremos a la calle y cantaremos villancicos. Eso sí, con las mascarillas puestas y guardando las distancias de seguridad", apostilla la presidenta, plena de optimismo, de esperanza rociera pese a las ausencias que el coronavirus (y lo que no es el coronavirus) le ha procurado a la hermandad este 2020, más largo que un día sin pan.
En esta línea, María Dolores Galán anima a los jiennenses a visitar el rastrillo: "Tenemos de todo, muchos artículos que merecen la pena, pero sobre tenemos todo mucho cariño, mucho corazón; la esencia de la Navidad no se puede perder por muchas pandemias que vengan, hay que tener esperanza en que esto va a pasar y pronto, seguir nuestra normalidad respetando las normas pero haciendo nuestra vida". A comprar, pues.
Únete a nuestro boletín