EL ALIADO DE LOS VULNERABLES QUE VIVIÓ EN LA CALLE
Tarek Ez Zarrad trabaja en la ONG Poblado Mundo y ayuda a jóvenes que sobreviven sin recursos a la espera de una oportunidad
La vida de Tarek Ez Zarrad (Tetuán, Marruecos, 2001) dio un giro radical: pasó de buscarse la vida desamparado en Jaén a ser la esperanza hecha carne y hueso de jóvenes que malviven en las calles. Hoy él comparte su experiencia para despertar un compromiso de cambio en gente olvidada por el sistema. Lleva un año en el Programa de Acompañamiento de la ONG Poblado Mundo, y sus compañeros ya lo señalan con orgullo como una referencia de la migración en la provincia. Él quiere ser educador en un centro de menores.
—Todo es posible si te dan una segunda o incluso una tercera oportunidad —asegura, convencido.
Tarek —alto, camisa blanca, pantalón beis— visita la Redacción de Lacontradejaén, en Cuatro Gatos Coworking, para contar una historia de redención que empezó en 2017, cuando llegó a España, concretamente a la Línea de la Concepción (Cádiz).
Antes, viajó debajo de un camión que a su vez fue transportado en un barco comercial. Logró pasar la aduana. Recuerda que sintió miedo, porque no tenía idea de cuál sería el destino. Tal vez China. Quizá Japón. Por más que lo rememore con una sonrisa, sabe que se lo jugó todo; atrás dejó a su madre y a dos hermanos.
Después de varios años, consiguió a entrar a Ceuta sin pasaporte y posteriormente llegó a suelo gaditano.
—Los primeros años en España fueron muy complicados por el idioma, por la cultura y por la mentalidad. Tenía 15 ó 16 años —apunta.
'CARMEN DE MICHELENA', PROYECTO HOMBRE Y PISO TUTELADO
Le tocó crecer sin padre. Cuenta que apenas lo ha visto dos o tres veces en los últimos años. La adolescencia de Tarek tuvo complicaciones, algunas que sí pudo controlar. Ingresó en el Centro de Protección de Menores Carmen de Michelena, donde estuvo dos años y medio. Más tarde, los problemas con las adicciones lo llevaron a Proyecto Hombre, en Jerez de la Frontera, donde pasó un año.
—Luego regresé a Jaén y viví en el piso tutelado de Poblado Mundo. Conocía a David Moreno, el director de la ONG, y por eso entré.
Moreno es una de las personas más importantes para entender quién es hoy Tarek. Se conocieron en una conferencia que el jiennense dio en el 'Carmen de Michelena' cuando Tarek tenía 16 años. De ahí la posibilidad de pasar al piso tutelado, donde conviven migrante extranjeros, ayudados para encontrar trabajo y salir adelante.
Pero la cosa no fue bien.
—Yo quería vivir la vida loca. Acababa de salir de un sitio encerrado, como es un centro de menores. Y me equivoqué. Cometí errores —recuerda el joven marroquí.
"Le faltaron referencias. Pero para mí Tarek es un luchador. Vino a España para mejorar la vida de su familia. Y fue capaz de salir de la calle, donde siempre fue un tío honrado, incluso en las peores circunstancias. Nunca se aprovechó de nadie", tercia David Moreno en conversación telefónica con este periódico.
EL TRABAJO EN LA ONG: MÁS QUE UN INTÉRPRETE
Tras conseguir la documentación para residir en España y viajar a Marruecos para estar con su familia, Tarek volvió a Jaén y logró trabajo en Poblado Mundo. Se ha erigido en un activo imprescindible para conectar con jóvenes que sobreviven en el ferial, en naves y en casas abandonadas. Cuando tiene delante a un chico que ha pasado frío y que lleva días sin comer y sin dormir, no necesita forzar la empatía; él ya estuvo ahí.
—Intento que no caigan en la mierda en la que yo caí hace dos o tres años. Estuve igual que ellos, pero cogí otro camino. Les doy consejos a chavales de 18 ó 20 años. Sé que la vida no es como la pintan. Hay mucha droga fuera, y la culpa es de todos —dice en un castellano perfecto.
Tarek también habla árabe y francés. Ahora le toca acompañar a los adolescentes en situaciones como una entrevista de trabajo. También traduce para tender puentes con la familia afectada. Asegura con orgullo que en Jaén hay solidaridad, si bien lamenta la discriminación con los marroquíes en los contratos de alquiler. Él vive en San Ildefonso con su pareja.
Poblado Mundo cuenta con dos pisos tutelados —en las calles Doctor Luzón y Valencia— que refugian a nueve migrantes al tiempo que reciben recursos básicos y técnicas para conseguir un empleo.
—En mi caso, el trabajo no fue tan importante como encontrar a una persona que me acompañase. Yo tuve a David y a Arancha, además de a mi pareja. Ellos me dieron todas las oportunidades que necesité —remarca.
Como aspirante a tutor de menores, Tarek cree que falta educación y es más partidario de hacer pedagogía en los centros que de obsesionarse con la rigidez de las normas. Ahora está acabando la ESO, ha completado cursos de cocina y quiere acceder a la Universidad para cursar el grado en Educación Social.
Si se le pregunta por Poblado Mundo, dice que es como un 'Hermano Mayor' que (intenta) cambia(r) la vida de personas en contextos vulnerables. "Tarek es muy importante para nosotros. Sabe dónde están los chicos en la calle y logra convencerlos. Además, forma parte de la mesas de trato y trata con el Ayuntamiento y con la Junta de Andalucía", elogia David Moreno.
En el Centro de Día, ubicado en el Polígono de El Valle, Tarek aguarda para quedar con jóvenes a los que previamente ha encontrado para guiarlos. Quizá no lleguen a la hora acordada, pero acabarán llegando. Confían en él.
—Les daremos las oportunidades que hagan falta. Siempre hay esperanza —concluye.
Fotografías y audios: Fran Cano
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