'This Country': el pueblo
La serie de los hermanos Daisy y Charlie May Cooper plasma la maravillosa paradoja de ser la obra más localista y a su vez la más universal
¿Qué es "ser de pueblo"? ¿Qué experiencias constituyen y modelan la personalidad de los habitantes de entornos rurales? Como oriundo de uno de estos enclaves, he tenido que responder las preguntas pretéritas en múltiples ocasiones, aunque cada vez de una forma distinta. Si bien es cierto que cada persona configura sus vivencias desde su subjetividad y que cada espacio tiene sus particularidades distintivas, hay elementos transversales que uniforman la existencia pueblerina. Northleach (donde esta ambientada la serie This Country) o Macharaviaya (pequeño pueblo de Málaga en el que resido) comparten una esencia independiente de singularidades idiosincráticas; un alma común(itaria) cuya base compartida es el ser humano. Esto es lo que plasma This Country: la maravillosa paradoja de ser la obra más localista y a su vez la más universal.
El serial se encuadra dentro del subgénero cómico del 'Mockumentrary' —falso documental en clave irónica—, siguiendo a los personajes protagónicos, Kerry y Kurtan, dos adolescentes estancados en una dinámica repetitiva e intrascendente. A lo largo de las tres temporadas, los jóvenes irán viviendo genuinas aventuras y paralelamente conociendo nuevas personas: a destacar el vicario, hilarante y tierna composición de Paul Chaihidi. Cada nuevo personaje que introduce la serie sintetiza a la perfección la extravagancia y el carácter único de aquellas personas cuyas relaciones y vivencias están circunscritas a un ínfimo territorio. Esta carencia de aprendizaje, motivación y relaciones sociales es lo que provoca un sinfín de situaciones esperpénticas a lo largo del metraje, donde la tragedia del hecho y la comedia de su gestión se funden para deleite del espectador.
Daisy May Cooper y su hermano, Charlie Cooper, a su vez intérpretes de los adolescentes y creadores de la serie, vuelcan su propia historia en la pantalla con tanta visceralidad como cariño. Donde hubiera sido fácil dibujar una caricatura, ellos apuestan por dotar a la trama de la complejidad realista de sus propias vidas, trazando un retrato que podría haber firmado el propio Berlanga: donde lo disparatado del relato se traza con pluma humanista.
Incluso en la forma, aunque limitada a la estructura documental, encontramos una belleza luminosa y pura en el propio paisaje. En cada capítulo el plano respira para estático, significar un lugar olvidado por el tiempo. Un lugar concreto que se transforma en personaje abstracto. También dentro de la naturalista recreación de la Inglaterra profunda, con sus dialectos, aficiones y problemáticas específicas, queda sitio para una poesía auténtica y esquiva.
Como única faceta mejorable, el guion presenta nuevas subtramas que no acaban de desarrollarse e incluso desaparecen por completo sin explicación alguna. Quizás no haga falta y forme parte de la misma condición absurda del relato. Tan absurdo como hacer de la búsqueda de un compañero de clase que abandonó la villa una odisea vibrante. O dicho de otra forma, intentar convertir el vacío en algo sustantivo para encontrar un propósito. Aunque el objetivo sea realizar el mejor espantapájaros con premio incluido. Todo importa y por eso mismo, en realidad nada lo hace.
Al final nos damos cuenta de que hemos contemplado más de seis intensas horas donde seres humanos intentan encontrar la salida en un estrecho laberinto sin conseguirlo. La nada en bucle. No es un pueblo, es el pueblo.
FICHA TÉCNICA
Título original: This Country
Año: 2017
Duración: 21 minutos
Creadores: Daisy May Cooper, Charlie May Cooper
Nota en IMDB: 8,5
Nota en FilmAffinity: 7,4
Nota del crítico: 4/5
La serie está disponible en Filmin.
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