Tonucci señala el camino hacia los niños

El pedagogo italiano, muy esperado en su conferencia en Alcalá, anima a cumplir la Convención sobre los Derechos del Niño: escuchar a los menores antes de tomar decisiones que les afecten

Lo primero que hizo Francesco Tonucci (Fano, 1940), pedagogo y pensador, cuando tomó la palabra en el Teatro Martínez Montañés de Alcalá fue dirigirse a los niños: “Podéis dejar la sala si os abrumo con cosas de adultos”, dijo. El italiano le abrió la puerta a los menores para hablar con los adultos sobre la importancia de escuchar a los primeros. “Necesitamos a los niños para salvar a las ciudades”, añadió.

Había expectación por escuchar las palabras de un hombre que, junto a la docente y experta en inteligencia emocional Mar Romera, también presente en la ponencia, ha construido un vínculo con el Ayuntamiento de Alcalá materializado en el concepto tan propio y, poco a poco extendido, de La Ciudad de Los Niños y Las Niñas. En la de La Mota también hay un consejo protagonizado por los menores, de ahí que seis de ellos hiciesen una serie de afirmaciones reivindicativas en sintonía con el pensamiento de Tonucci. Fue justo antes de que este empezará a dirigirse al público. El teatro estaba casi lleno, y dominaban los docentes, que buscan inspiración en el discurso del prestigioso psicopedagogo, sustentado en dos pilares: la participación y la autonomía de los niños.

Afirma Francesco Tonucci que las ciudades corren peligro por culpa de los adultos. Hay cosas que él no entiende: que los coches tengan derecho a contaminar y ocupar el espacio público, dos licencias imposibles legalmente para las personas. “Y si un coche mata a alguien, hablamos de accidente en lugar de homicidio”, apuntó.

Tonucci lamenta que las generaciones venideras vayan a tener menos esperanza de vida que las actuales, que recibieron la herencia opuesta. En esa involución la responsabilidad de los adultos es total, según defiende. Es por ello que rescató la frase que escuchó una vez de una niña: “Hay que limitar el poder las personas mayores”, subrayó.

LA CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO

“Lo hemos hecho muy mal”, abundó. “Los maestros del siglo pasado nos enseñaron que los años más importantes en la vida de una persona son los primeros; es cuando se ponen las bases cognitivas, cuando se construyen los cimientos humanos”, dijo. 

El pensador explicó que la idea de consultar a los niños con interés genuino lleva años con respaldo jurídico. Recordó la existencia de la Convención sobre los Derechos del Niño, creada el 20 de noviembre de 1989 y asumida por el Estado español un ejercicio más tarde. De todos los artículos, Tonucci reivindicó el número doce: las decisiones que afectan a los menores deben ser consultadas con ellos. “El alcalde es el garante de que eso se cumpla en un municipio”, dijo, y acto después admitió que la vigencia del artículo brilla por su ausencia. Que es, en la realidad, una “mentira”.

Tonucci destacó que escuchar a los niños no es una tarea sencilla, pero que bien merece la pena contestar y valorar las preguntas que hagan. Si un menor propone algo sin sentido, el adulto debe razonar para que entienda la banalidad de la propuesta; si otro propone algo difícil de ejecutar, el adulto también debe explicar por qué es imposible. “Y algo de lo que propongan debe hacerse en poco tiempo, para que confíen en la democracia de su ciudad”, señaló, y puso como ejemplo la fuente que ya hay en Alcalá gracias a la participación de los niños. 

LA APUESTA EDUCATIVA

Carlos Hinojosa, alcalde del municipio, y Ana Belén Serrano, destacaron la apuesta del equipo de Gobierno en materia educativa, muy centrada en la ideología que promueve el protagonista de la ponencia de ayer. “Nos ha acompañado en la evolución de La Ciudad de los Niños y de las Niñas. Hoy por lo fin lo tenemos aquí”, celebró Hinojosa. “Es evidente que los niños necesitan ser escuchados”, abundó Serrano. A la cita, que incluyó un acto por la mañana, acudieron la consejera de Educación, Sonia Gaya, y la delegada del ramo, Yolanda Caballero.

Mar Romera, quien tomó la palabra al final de la ponencia, alabó la capacidad y el pragmatismo del pedagogo. “Cuando alguien no te escuche en la escuela —se dirigió en concreto a una profesora—, es genial volver a casa y recuperar las palabras de Tonucci”, señaló. “Sus canas blancas tienen respuestas para casi todo”, cerró.