"Que los cofrades se queden en casa, lean boletines, vean vídeos y recen"
Se llama Francisco José de la Inmaculada Concepción de la Virgen de la Capilla según el Registro Civil de Jaén, pero para el común de los mortales es Francisco Latorre (Jaén, 1958). Presidente de la Agrupación de Cofradías y Hermandades de la Ciudad de Jaén, vive sus últimos meses en el cargo en medio de la crisis del coronavirus, una situación "impensable" que ha deshuesado la Cuaresma y ha desbaratado finalmente también la Pasión. Cofrade y mariano hasta la médula, pide sosiego y deja clara su postura: "Ya habrá tiempo de pensar en algo para el Corpus, por ejemplo, si todo ha pasado para entonces".
—¿Marca mucho eso de nacer un día tan señalado como el de la Purísima?
—Sí marca, soy muy mariano, incluso más que "cristiano", le tengo mucha devoción a la Virgen.
—La actualidad manda, presidente. ¿Se planteó alguna vez que podría vivir una crisis como esta al frente de la Agrupación de Cofradías?
—Tengo sesenta y un años, estoy en las cofradías desde que tenía cinco y, desde que yo recuerdo, es la primera vez. Se han suspendido procesiones porque ha llovido, por el mal tiempo; una vez (me acuerdo perfectamente, porque yo vivía en la calle Ancha), al salir el Señor Resucitado se le rompió el brazo, he visto al Cristo de la Expiración descolgársele un brazo... Pero las circunstancias que estos días estamos viviendo yo creo que no se han vivido en más de cien años.
—¿En ningún momento se dieron cuenta, usted y su equipo, de la dimensión que podía llegar a tomar este asunto?
—Bueno, sinceramente, más que yo, el vicepresidente de la Agrupación de Cofradías, Diego Montiel, que aparte de ser hermano mayor de la Cofradía del Silencio es médico. Siempre nos ha aconsejado, y así sigue. Tenemos también a Ricardo Cobo, que además de hermano mayor de Nuestro Padre Jesús, es médico también. Me baso un poco en ellos, tenemos la suerte de tenerlos como consejeros y ellos son más realistas que nosotros, que nos puede a veces más el corazón que la mente. Pero era impensable: suspender la novena de Jesús, triduos, actos... y la propia Semana Santa. Porque el pregón puede ser, pero esas imágenes con tanta devoción...
—Un pregón intermitente que, desde 1974, no ha dejado de celebrarse.
—Sí, es la primera vez que se suspende el pregón de la Semana Santa, pero creo que es lo mejor que hemos podido hacer. Aparte, si se han cerrado los espacios escénicos... Yo siempre voy a velar por la salud de las personas.
—Ante lo ocurrido, ¿el pregonero de este año pasa automáticamente a pregonar la Semana Santa de 2021?
—Este año se ha suspendido, así que tendremos una reunión con los hermanos mayores de Pasión al respecto, pero es que coincide que en el mes de junio, si no pasa nada, habrá elecciones en la Agrupación. Yo creo que lo lógico, lo normal y lo justo es que el pregón de la Semana Santa de don José Ibáñez lo dé el año que viene.
—¿Pero existe una norma al respecto?
—No, no, es que nunca ha ocurrido esto. Igual pienso yo que ocurrirá con la suspensión de los pregones de las hermandades. El año pasado, por ejemplo, se suspendió el pregón del Santo Sepulcro porque la madre del pregonero, don Blas Pegalajar, se puso mala. Lo iba a dar este año, pero tampoco puede ser. Lo lógico y normal es que lo dé el año que viene la misma persona.
—Siglos atrás, según las crónicas y la tradición, las epidemias formaban parte de la vida de la gente y afectaban, como es lógico, a la celebración de la Semana Santa, pero en la actualidad esta situación es inédita. ¿Cómo la está viviendo el presidente de la Agrupación de Cofradías de Jaén?
—Mal, porque tengo muchos frentes abiertos. Aparte de ser el presidente de la Agrupación de Cofradías soy maestro, y lo he vivido en mi colegio, con los niños, que ya mañana no van a ir al cole; eso, quieras o no quieras, te afecta. Luego, en lo muy personal, tenemos miedo porque a mi mujer la operaron, no hace ni un año, de un cáncer de mama, de hecho todavía le quedan tres o cuatro vacunas. No sabemos si está baja de defensas o no. Por desgracia, lo estoy viviendo por todos los frentes.
—¿Y en el puramente cofrade, si es que es posible separar esta condición de su vida personal?
—Tienes que estar con unos y con otros, el teléfono es un continuo llamar, y además tienes que intentar solucionar, aplacar un poco los nervios: vamos a dar tiempo al tiempo. Nos ha venido esto, que no nos lo esperábamos porque hemos ido confiando: "Queda tiempo, queda tiempo...", pero el reloj va marcando sus segundos, sus minutos, sus horas, sus días y ahí está. Será lo que tenga que ser. El Señor ha creído conveniente que esto ocurra, y el que peor lo está pasando es el que lo ha pillado, las personas que están enfermas, las que mueren y ya no van a poder estar con nosotros la próxima Semana Santa. La vida, para mí y supongo que para el resto de personas, es lo más importante, lo más preciado. Como dice nuestro obispo, es un don de Dios y no debemos jugar con esas cosas.
—¿Tiene información de que el virus haya infectado a algún miembro de las hermandades jiennenses, de que haya logrado entrar en alguna cofradía?
—No, que yo sepa ninguno, y he hablado prácticamente con todos los hermanos mayores estos días. También te digo que Diego Montiel, el vicepresidente, el viernes por la noche decía: "Seguro que lo tenemos". Hay gente a la que le sale y otra a la que no. El sábado 7 de marzo fue el pregón de La Estrella, allí nos abrazamos todos; y en misa, en los cultos, te das la paz, hablas, te juntas..., ¡y estamos en la calle! Pero ahora mismo, que yo sepa, de hermanos mayores no hay, ni nadie significativo.
—Las fichas de este dominó no han dejado de caer; pregones, citas de Cuaresma, actos, cultos y, al final, la suspensión definitiva de la Pasión según Jaén.
—Yo pensaba que si los ciudadanos hacíamos las cosas bien y nos estábamos quietecitos en la casa, no íbamos a tomarnos una cerveza y salíamos expresamente a lo que tenemos que hacer, podría ser que esto (yo no soy médico ni adivino), en lugar de subir, se mantuviera o incluso bajara. Entonces, la autoridad competente, como puede ser el presidente de la Junta o el del Gobierno, lo levantaría. Pero al final ha habido que suspender la Semana Santa. Las procesiones en la calle y claro, también los oficios, el Domingo de Ramos con las palmas, la misa crismal del martes, que viene muchísima gente a la Catedral; le hemos a darle tiempo al tiempo, hemos confiado en Dios pero sinceramente, a título muy particular, lo veía muy gris, muy oscuro.
—¿Auguraba en lo más íntimo que esto iba a pasar?
—Yo intuía que iban a seguir subiendo los casos, porque la gente ha seguido saliendo a la calle. Si hacemos caso a lo que nos están diciendo las autoridades sanitarias, con una poca suerte igual baja, pero yo dudaba que bajara tanto como para poder sacar las procesiones. Una vez suspendida, tampoco pasa nada, qué vamos a hacer. Yo no soy hermano mayor, pero tal como pintaba la cosa tenía claro que era mejor no hacer retranqueos, no llevar los pasos a las iglesias, porque estamos acostumbrados a ver a los Cristos y a las Vírgenes en sus capillas diariamente, vamos, los vemos, rezamos, pero a nosotros los cofrades, y a la gente en general, lo que nos gusta es verlos en lo alto de un paso, en un trono.
—Lo pensaba por evitar aglomeraciones en los templos, claro.
—Claro, si montas a Jesús en el paso, imagínate lo que supone en el Camarín, que es un sitio pequeño relativamente; lo que supone el Cristo de la Buena Muerte, Los Estudiantes, La Clemencia, los misterios... Iríamos a verlos, y si no nos abren vamos a poner verdes a los sacerdotes y a las juntas de gobierno.
—¿Ese es su mensaje para los cofrades de Jaén a día de hoy?
—Sí, un mensaje de tranquilidad, de sosiego, respetar a las juntas de gobierno, que están pasando unos días muy malos, igual que yo los paso como presidente muy muy mal. Porque si nosotros organizamos todo lo que es horarios e itinerarios, los hermanos mayores tienen detrás a muchos cofrades. Tranquilidad, sosiego y mente fría, como se suele decir; las personas que dirigen las cofradías son sensatas y saben lo que tienen entre manos. Los cofrades, que se queden en sus casas, que se entretengan en leer sus boletines, en ver vídeos de Semana Santa y en rezar.
—Lo malo es que si dedican a leer boletines y ver vídeos, se les van a poner los dientes largos...
—Bueno, el año que viene cogeremos la Semana Santa con más fuerza, igual que cuando una hermandad no sale por la lluvia. El Santo Sepulcro, los pobres, me parece que llevan ya tres años sin poder salir a la calle, y este va a ser el cuarto. En Los Estudiantes también lo hemos pasado mal. Pero más vale ser sensatos.
—Algunas voces han preguntado desde las redes sociales, por ejemplo, por qué no se ha salido en rogativas, una costumbre muy extendida hasta el siglo XIX.
—Antes había bastante menos gente y lo que se hacía era llevar a la Virgen de la Capilla y a Nuestro Padre Jesús a los hospitales, pero ahora, si no dejan entrar a más de una persona en los hospitales, ¿cómo vamos a llevar a Jesús o a la patrona?, ¿quién va a llevarlos en hombros o a alumbrarles? A lo mejor, si esto se suspende, habrá que pensar algo, siempre que la autoridad eclesiástica lo crea conveniente.
—¿Pensar en algo tras la suspensión? ¿A qué se refiere? ¿Apunta usted a 'otra' Semana Santa?
—¿Quién me dice a mí que el día del Corpus no se puede hacer algo extraordinario? Espero que para esos días esté todo esto superterminado. Es cuestión de verlo, de consultarlo, de hablarlo, sobre todo con el obispo, que es el que tiene capacidad para decidirlo. Más que una procesión, se me ocurre a mí que en el Corpus podíamos sacar, por ejemplo, el Santo Rostro, más que una imagen. Es cuestión primero de que acabe esto y después, ya tendremos tiempo de pensar no por sacar una imagen, sino por dar gracias a Dios de que esto se haya solucionado. Vamos ahora con lo importante, que es lo que tenemos entre manos, y después Dios dirá. Vamos a ser cautos. Que los enfermos se curen, que no haya más muertos. Dios escribe derecho con reglones torcidos.
—Las elecciones en la Agrupación están, prácticamente, a la vuelta de la esquina.
—Sí, serán el 21 de junio. El 1 se abrirá el plazo de candidaturas.
—¿No puede volver a presentarse, verdad?
—No, yo cumplo ya seis años el 23 de junio. Habrá una candidatura, eso sí, por parte de la actual permanente.
—Una candidatura que ya está perfectamente definida.
—Si no pasa nada, será Diego Montiel nuestro candidato. Pero esto está abierto a todo el mundo, quien quiera puede presentarse.
—¿Con qué sabor de boca se va de la presidencia de la Agrupación?
—Me voy muy contento de haber sido presidente de la Agrupación, creo que lo que está ocurriendo estos días no empaña este tiempo, lo tengo que asumir y ya está, que sea lo que Dios quiera. Creo que vamos a pasar a la historia no por haber suspendido el pregón ni la Semana Santa, pero sí por unos cambios de tribunas nuevas, un nuevo reglamento de régimen interno, cuatro cofradías más en la calle... La vida está llena de cosas buenas, malas y regulares.
—Pero alguna espinita, algo pendiente se le quedará, ¿no?
—Me hubiera gustado ver pasar por Roldán y Marín todas las hermandades por el nuevo itinerario y las nuevas tribunas; yo las he visto pasar por allí, porque tampoco hace tanto tiempo que pasaban, pero me hubiera gustado verlas siendo yo presidente. No pasa nada, si sale Diego Montiel yo estaré en su equipo.
—A estas alturas de su mandato y de su vida cofrade, presidente: ¿cómo ve la Semana Santa de Jaén?
—Tiene sus cosas positivas y sus cosas negativas. Indudablemente, para mí es la mejor de toda Andalucía. Se ha evolucionado a mejor. Hemos menguado en hermanos de luz poco a poco, aunque ahora está pegando otra vez otro repunte. Imágenes nuevas que han venido muy buenas, pasos nuevos también muy buenos, una decoración genial, túnicas en condiciones (salvo algunas, que se escapan)... La veo muy bien, con un gran avance estético y muchísimos actos.
—Para algunos, demasiados actos.
—Antes había un cartel, ahora hay veinte, y un pregón, ahora hay veinte. Antes, la Agrupación hacía un boletín de una hoja, y ahora todas las cofradías tienen sus publicaciones. Pasión y Gloria, que se editó hace veintiséis años, ahí está, que es un libro de investigación: ahí queda, igual que la guía de horarios e itinerarios. Se están haciendo cosas muy importantes, pero esto no es por el presidente de turno de la Agrupación, sino por las cofradías, que cada vez hacen todo mejor. Hay unos grandes hermanos mayores. Si ellos no aportan y no hay unión, esto no funciona. En los seis años míos, los que han pasado (junto con sus juntas de gobierno) son muy responsables. Yo no he tenido un sí ni un no con ninguno. Variedad de opiniones sí, pero jaleos no.
—También hay quien dice que la influencia de otras Semanas Santas se impone en la jiennense hasta en la forma de hablar...
—Sí, sí, 'mi arma' y esas cosas. Bueno, igual que cuando vamos a la calle y hablamos palabras en inglés. Es lo que tenemos, ya está, yo lo respeto. No vamos a levantar nosotros un paso con las palabras típicas de Jaén (que no las vamos a decir en esta entrevista) [ríe], que todos los de Jaén las decimos. Dicen 'mi arma', llevan el pelo engominado, van con traje... Eso va dentro de la intimidad de cada hermandad; siempre y cuando se vaya con respeto, a mí me parece bien, igual que el costal. Unas van así y Jesús, por ejemplo, va con lo típico de Jaén. Lo que tenemos que hacer es mirar a Dios, a la Virgen o la imagen que llevamos en los hombros o a la que vamos alumbrando. Lo demás da igual, que la Virgen vaya de verde, rojo o amarillo... Representa a la Madre de Dios; me da igual que Jesús lleve una cruz, lo vayan abofeteando o con un cáliz en la mano: representa a Dios.
Fotografías cedidas por Francisco Latorre.
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