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"No existe una cultura emprendedora entre nuestros jóvenes"

Por Esperanza Calzado - Abril 02, 2023
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La casualidades o causalidades de la vida, como diría la canción de Enrique Bunbury, han marcado los últimos años de la carrera profesional de Antonio del Moral (Mengíbar, 1984). Creó la empresa de la que es socio, Mengisoft por casualidad, lo mismo que le llevó a entrar a la Asociación de Jóvenes Empresarios. Desde hace apenas dos meses, preside el colectivo y bromea que el hecho de que hace unos años era más joven que empresario y ahora es más empresario que joven. ¿Qué retos se marca su junta de gobierno? ¿Cómo ve el empuje emprendedor entre su sector de la población? Hablamos de empresa con el flamante presidente de AJE Jaén.

—¿Qué le llevó a convertirse en emprendedor?

—Fue una casualidad. Estaba terminando mis estudios de Ingeniería Informática de Gestión y una día, tomando unas cervezas con unos compañeros empezamos a pensar las oportunidades de trabajo. Por aquel entonces, la mayoría de las ofertas que nos encostrábamos eran en Madrid o en Málaga. Entonces decidimos aprovechar el verano y crear un pequeño taller. Probamos los cuatro, alquilamos una oficina y empezamos a funcionar. Así nació  Mengisoft, en el verano de 2006 y desde entonces estamos funcionando. Fue una casualidad porque creíamos que existía una oportunidad de negocio en nuestra zona y podíamos poner en valor lo que sabíamos hacer.

—¿Y qué hacen?

—Hacemos desarrollo de software, sobre todo a medida, y consultoría tecnológica. El programa que la empresa no encuentra en el mercado o esa adaptación que necesita, nosotros hacemos la consultoría y le ayudamos a digitalizar su negocio. 

—No sé si le pasó como a nosotros, que siempre hemos considerado que lo más difícil de emprender es ser empresario.

—Sí. Esa semilla se tienen que regar desde la escuela a los ámbitos educativos superiores para que cuando terminemos nuestra formación podamos saber qué es ser empresario. No sólo es poner en valor lo que nos gusta ser, sino que también debemos saber qué es un pago trimestral, cuáles son los gasto fijos, saber calcular tu precio real de producto... 

—Nosotros, cuando nació Lacontradejaén, no sabíamos hacer ni un presupuesto.

—Nosotros no sabíamos hacer la factura. No teníamos ni idea del IVA, de las declaraciones trimestrales, de los modelos... Sabíamos lo que queríamos hacer pero no cómo gestionarlo.

—Su camino le ha llevado a desarrollar su faceta empresarial en nombre de su empresa hasta que formó parte de AJE. ¿Qué le motivó a formar parte de la Asociación de los Jóvenes Empresarios?

—Pues otra casualidad. Acudí a una de las galas de entrega de los Premios AJE y me ofrecieron entrar en la ejecutiva hace cinco años. No sabía muy bien qué se hacía y le pedí poder pensármelo. Al final, me incorporé y encontré a un grupo de gente que pone su tiempo a disposición de una asociación para hacer una provincia mejor. Cuando algun asociado tiene un problema, lo escalamos y, en definitiva, hacemos de altavoz de las reivindicaciones y problemas que muchas veces tenemos los jóvenes empresarios. 

—Hasta que se ha convertido en presidente... también por casualidad, casi.

—(Ríe) Efectivamente. Ya no sé si es causalidad o casualidad, como dice la canción de Bunbury. Con la salida de  Gema Pedrosa yo ya llevaba cinco años en AJE Jaén y pertenecía, también a AJE Andalucía y ese rodaje y conocimiento de la asociación ya lo tenía. 

—¿Cómo ha sido la primera toma de contacto?

—Ajetreada, nunca mejor dicho. Nos ha coincidido con la precampaña de las elecciones municipales y estos primeros meses están siendo más intensos de lo que sería normal. Pero lo hacemos con muchas ganas e ilusión.

—¿Qué retos se marca su equipo?

—Uno de los principales es salir a la provincia. La mayor parte de los asociados están concentrados en la capital o en un perímetro muy cercano. La idea es extender las posibilidades que ofrece AJE a los jóvenes que están en la Sierra de Segura o en Peal de Becerro, por citar un ejemplo. Otro reto es llevar nuestro mensaje a los jóvenes, porque hay muchos que cuando terminan sus estudios sólo piensan en marcharse de Jaén. Queremos llegar a todos esos jóvenes para explicarles que se pueden crear empresas en esta provincia y tener éxito. El plan B siempre lo tenemos; siempre podemos preparar unas oposiciones o marcharnos fuera. 

—Es curioso porque me está hablando de salvar el salto generacional entre los jóvenes, entre los que que tienen veintitantos años y los que se sitúan en el límite de ser 'jóvenes empresarios', que son 41.

—Cuál es el problema: los jóvenes y existe ese salto generacional y de mentalidad entre nosotros mismos. A día de hoy, no existe el gen o la cultura emprendedora, con excepciones. Ahora la idea es preparar oposiciones o espero a ver si me llaman... Si sabes hacer algo y eres bueno, por qué no lo ponemos en marcha. Yo siempre recomiendo que se pruebe. Si va mal, se pasa página. Pero a lo mejor descubres un amigo en el camino y se abren nuevas puertas. 

—Hemos hablado de juventud, de ámbito geográfico... ¿otros retos?

—La Universidad. Creo que AJE tiene que servir como nexo de unión entre empresa y universidad, tanto con los grupos de investigación como con los proyectos en los que puedan colaborar las empresas. Debemos incorporar, a través de la OTRI (Oficina de Transferencia de Resultados de la Investigación de la Universidad de Jaén) productos que puedan aportar un valor añadido. Queremos llegar a esos jóvenes que están estudiando y que conozcan nuestra experiencia y se puedan sentir identificados o tener un reflejo de lo qué puede ser. 

—¿Comprensa detraer tanto tiempo de su empresa y de su ámbito profesional para dedicarlo a una asociación?

—Al final es tiempo que le robas a la empresa, a tu ocio, a la familia, a tu tranquilidad propia... Al final, compensa. Los que estamos en empresas es porque tenemos esa cosita que nos llama a estar siempre en activo y relacionándonos. Si algo bueno tiene AJE es el contacto con la gente. Te gratifica porque conoces a mucha gente, te abre puertas y te llevas muchas alegrías como conseguir que un joven que nos haya conocido finalmente haya decidido montar una empresa. Eso sí, tengo un socio al que le he pedido paciencia en estas primeras semanas. Mi ventaja es que al ser tecnológico puede acostarme a los doce de la noche o levantarme a las seis de la mañana, como he hecho hoy.

—Conciliar y ser joven empresario...

—Es difícil.

—¿Cómo ve a Jaén y a AJE dentro de diez años?

—AJE seguirá con su proyección, estoy convencido. Ahora mismo tenemos unos 200 asociados y seguro que dentro de diez años serán más. Confío que en la próxima década muchos más jóvenes decidan ser empresarios y se expanda la cultura empresarial. En cuanto a Jaén, tenemos que hacer un Plan de provincia. No podemos tirar cada uno por su lado y enfrentarnos entre nosotros. Es un tema político que todos debemos caminar juntos y remar en el mismo sentido para dejar de estar en los vagones de cola. Tenemos las posibilidades para ser una gran provincia y referente en muchos ámbitos, pero tenemos que creerlo y unirnos.

 

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