Ramón Alcaraz, ¿el nuevo García Márquez?

El fabuloso zoológico ambulante mantiene al lector en un estado de incertidumbre hasta el último capítulo gracias a un autor comparado con grandes escritores

Ramón Alcaraz García publicó el pasado mes de febrero una novela que hasta el momento está dando mucho de que hablar. El libro en cuestión se titula El fabuloso zoológico ambulante (Velasco Ediciones). Desde un primer momento he leído reseñas en las que dicen que tiene unos personajes extraños y curiosos a partes iguales, que la historia te mantiene en un estado de incertidumbre hasta el último capítulo y, lo que más llamó mi atención, comparan a Ramón con escritores tan conocidos y queridos en España como Mendoza, Rulfo o García Márquez.

Esto llamó tanto mi atención que no me quedó de otra que leerlo y dar mi propia opinión sobre la historia de este corto libro (155 páginas) y sobre las comparaciones que para algunos son odiadas y para otros son queridas. ¿A quién no le gusta que comparen su forma de escribir con la de Gabriel García Márquez? Así fue como me adentré en esta novela que para nada ha tenido que ver con lo que me esperaba.

Como un pueblo, San Antonio, que está apartado de la mano de dios, lejos de relacionarse con cualquier otra población o ciudad, vigilada por colosas montañas, se ve tan afectada en su ánimo por la extraña llegada de un carromato nunca antes visto. ¿Qué anuncia la llegada de dicho carromato? Algunos vecinos piensan en una civilización que viene a conquistarlos, otros creen que es el fin de San Antonio, incluso se dice que es el mismísimo demonio que ha llegado para acabar con sus vidas uno por uno. Justa Betanzos, alcaldesa de la localidad intenta añadir cordura a la situación. Sin embargo, cada uno busca lo mejor para sí mismo, el obispo Pedrosegundo intenta atraer hacia su iglesia a todos los vecinos que se encontraban en ese momento tan crítico. Simón, un mago que maneja el arte de embaucar intenta explicar como una profecía que acercaba el mal a su pueblo se estaba haciendo realidad. Fenellosa, por otra parte, monta una cuadrilla de soldados ataviados con armaduras viejas y una lombarda que protegería San Antonio de cualquier invasión.

Pero todo cambia el día en que el carromato abrió sus puertas y un señor delgado y canoso salió de su interior. César Procusnio es como se hacía llamar. Este hombre, vestido tan extravagante, decía ser dueño de un maravilloso zoológico ambulante, algo que los habitantes de San Antonio jamás habían visto. Procusnio Se ganó el favor del pueblo usando su larga experiencia. Contaba historias maravillosas, hacía malabares e incluso volaba. Todos quedaron expectantes y ansiaban el día en e que verían el zoológio de César, que decía no instalar la carpa porque se avecinaban días de lluvias torrenciales.

Los vecinos, ante la pasividad de Procusnio, volvieron a manejar ideas descabelladas. ¿Y si lo del zoológico era una mentira? ¿Y si tras él vendrían bandidos a saquear San Antonio? Estas ideas se verían potenciadas cuando unos niños vieron algo extraño y que seguro no era lo que el singular personaje decía ser. Pero ¿Quién era realmente César Procusnio? ¿Era ese el fin de San Antonio?

Eso dejaré que vosotros, los lectores, lo descubráis por vuestra cuenta. Sin embargo, debo decir que pese a no ser una lectura de grandes giros me ha mantenido intrigado hasta prácticamente el final de la obra. Una escritura elegante, correcta y sobre todo fluida. El estilo de Ramón Alcaraz es distinto, peculiar. Aunque cierto es que me recuerda al nombrado anteriormente Gabriel García Márquez.

¿Veremos pronto más novelas de este escritor? ¿Creéis que este libro os puede gustar? Yo desde luego os recomiendo su lectura.