Alfonso Nieves: un 'río' de valores, cultura y amor a Arjona

Cacereño de nacimiento, es un hombre solidario volcado en difundir la historia y el patrimonio local, y un imprescindible en cualquier cita del municipio

Fotógrafo premiado, pintor, filántropo, bloguero reconocido, actor, pregonero... Todo eso y todo, también, lo que no cabe en los límites de una palabra es Alfonso Nieves Rivera. Alfonso Lorenzo, para ser más exactos: "Una vez me dijeron que tengo nombre de culebrón", comenta entre risas. 

Es lo que desde el sector laboral definirían como un individuo polivalente pero que, visto desde la óptica cultural, solidaria o sentimental es lo que es: un humanista, un hombre del Renacimiento, un divulgador, un ser pleno de valores para el que el tiempo es un concepto elástico que estira y estira hasta que en veinticuatro horas termina entrando mucho más de un día, lo que le cabe normalmente.

Cacereño de nacimiento (allá por 1954), fue destinado, definitivamente, a ser un urgavonense imprescindible, un enamorado de Arjona que, precisamente de la mano del amor, encontró en el municipio nazarí su principal escenario en el mundo. 

"Me enamoré de todo, Arjona es todo, no puedo dar un detalle solamente". Bueno, alguno sí, se llama Trinidad Pérez, es su esposa y, aunque se conocieron en Madrid, no tardaron en darse cuenta de que como la cuna del rey Alhamar..., casi nada. 

Una pareja inseparable, padres de un violinista y de un diseñador digital, que lo mismo desde el Grupo Solidario Arjona (del que este jubilado de banca es secretario) que allí donde puedan aportar algo, están, están siempre.  Juan Diego Segovia, concejal de Festejos del Ayuntamiento que preside Juan Latorre, lo tiene claro:

"Alfonso es de esas personas que está metida absolutamente en todo lo que haga falta, tanto en temas solidarios como culturales, que tengan que ver con la historia de Arjona. Una persona que asiste al 80 por ciento de los actos que se hacen en Arjona junto con su mujer, son público seguro, y eso se valora muchísimo". El edil apostilla: "Además es un gran entendido en pintura, música, arquitectura, fotografía..., una persona muy culta". 

Implicado en cualquier iniciativa filantrópica con sello cien por cien local, celebra iniciativas como el envío de cajas de Navidad a los niños afectados por el volcán de La Palma: "Nos han enviado vídeos dándonos las gracias, incluso han llamado a niños de aquí y han hablado con ellos", relata, satisfecho. 

UNA WEB PIONERA

Si los jornadas fuesen de cuarenta y ocho horas, no le faltarían inquietudes que adaptar a su agenda, tan abierta como los abanicos que, una vez poblados con los paisajes salidos de sus pinceles, a ver quién se atreve a cerrarlos. O cómo Portal arjonero, la web que puso en marcha cuando internet funcionaba a pedales:

"Yo veía que había mucha gente fuera que se interesaba por la historia de Arjona y, como me gustaba, lo que hice fue exponerla al mundo. La gente reaccionó muy bien, formamos un foro y nos intercambiamos mensajes para que se uniera la gente", evoca. Corría el año 1998. Ya ha llovido, aunque debería hacerlo más. 

Dice que, actualmente, tiene este blog un poco "aparcado", pero si alguien cree que es por desidia o cansancio... frío, muy frío: "Estoy estudiando la Arjona antigua, la romana". Siempre con algo entre manos, en el mejor de los sentidos. 

Ahí está su labor de recopilación de fotos pretéritas, ha sido hermano mayor de La Expiración (cuya devoción le inoculó su suegro, confiesa): no para; menos en política, pocas cosas le han quedado por probar: "Es cogerle cariño a las cosas, hacerlas con cariño; además, en un pueblo, las cosas cunden", apostilla. 

Ese pueblo en el que se siente un arjonero más, un "proahijado, como dicen en Andalucía", y a cuyos vecinos, que son los suyos, no duda en enviarles un mensaje de aliento en estos tiempos de pandemia, de nubes de polvo rojo, de huelgas, de guerra:

"A pesar del dolor, siempre tiene que haber felicidad, por encima del dolor tiene que estar ella. A veces es difícil lograrla, pero hay que luchar por conseguirla, es lo único que tenemos en la vida, la mejor aspiración".

Si, como escribe el poeta Benjamín Prado, "lo contrario de un hombre limpio es el agua sucia", Alfonso Nieves Rivera puede presumir de transparencia, como el río de su fotografía.