El placer de luchar contra gigantes

El Linares Deportivo y el Atlético Mancha Real reciben el elogio de aficiones y rivales por sus trayectorias en la Copa del Rey

Sensación de grandeza en la provincia aun cuando el futbol jiennense se queda sin representantes en octavos de la Copa del Rey. El Linares Deportivo y el Atlético Mancha Real tenían enfrente a los reyes de la competición. No pudo ser, pero azulillos y verdes dejaron una imagen noble ante el Barça y el Athletic, respectivamente. Lucharon contra históricos del balompié español y se llevaron los elogios de los rivales, aplaudidos por su entrega.

Estuvo cerca de la gloria el equipo de Alberto González. Hugo Díaz marcó un gol que nunca olvidará a pase de Fran Carnicer. El cordobés aupó a los suyos, muy firmes en el planteamiento, y sólo la entrada de Dembélé cambió la dinámica de un partido que los linarenses compitieron hasta el final. Carracedo pudo forzar la prórroga en dos ocasiones.

Xavi Hernández, técnico culé, le confesó a González que no esperaba sacar la artillería en la segunda parte, según confesó el preparador malagueño. Linarejos disfrutó de tener contra las cuerdas a un Barça que, aun en fase de renovación y gobernado por futbolistas muy jóvenes tras la salida de Messi, sigue teniendo una capacidad de convocatoria incontestable.

También repartió elogios Marcelino García, técnico del Athletic, al Atlético Mancha Real, el único equipo de Segunda RFEF que llegó a los dieciseisavos. "Tenemos mucho respeto por este equipo y por este campo", dijo tras la victoria de los suyos ante los verdes. Nico Williams no olvidará nunca La Juventud, donde marcó por primera vez con la camiseta rojiblanca y se convirtió en el segundo jugador más joven (19 años) de la historia del club en cantar un doblete, sólo superado por Javi Martínez.

Hubo un ambiente de respeto absoluto entre las aficiones en el estadio de Mancha Real. Iñaki Williams recibió el cariño de los espectadores y acabado el partido tuvo el detalle de acercarse a la banda para fotografiarse con hinchas, la mayoría menores, e incluso regaló una braga.

El formato de la Copa del Rey auspiciado por Luis Rubiales alienta el espíritu de una competición pensada para el fútbol de siempre. No hubo este año discursos populistas acerca del estado de los campos en las categorías más humildes; reinó la dicha de quienes disfrutaron compitiendo contra gigantes.