Corpas marca la pauta

El exjugador de Linares sorprende en su estreno en el fútbol profesional y ya sabe lo que es marcar desde Primera Regional hasta la Segunda División

El traumático descenso a Segunda B a manos del Burgos en una eliminatoria fratricida condenó al Linares al pozo de la Tercera División, en el que continúa dos temporadas después. Aquel clamoroso fracaso no solo supuso bajar de categoría sino perder a jugadores que marcaron una época en la historia del club azulillo. Uno de ellos fue José Corpas (Baños de la Encina, 1991). Dejaba atrás diez temporadas vinculado al que hoy en día sigue siendo el equipo de sus amores. "Nada más acabar los partidos, miro como ha quedado. Ya me he visto el resumen del Guadix y lo bien que ha quedado la sala de prensa de Linarejos. Soy un azulillo más", dice el bañusco con cierta nostalgia.

Hoy copa las portadas de los principales periódicos de Almería. Su golazo, tras un contragolpe de libro, en el minuto 86, supuso la primera victoria del conjunto rojiblanco en la presente Liga. "Estoy muy feliz, más que por el gol por sumar los tres puntos. Nos hacían mucha falta", suspira. Corpas ha llegado a la Liga del Fútbol Profesional como un ciclón. Su brillante campaña en el Marbella, con el que anotó nueve tantos y disputó la fase de ascenso a Segunda División, no pasó desapercibida para el cuerpo técnico del Almería que rápidamente le echó el lazo y se lo llevó para los Juegos del Mediterráneo. Allí, el interior derecho criado en la cantera azulilla ha terminado por explotar todas las virtudes que hacían de él un jugador indiscutible en las alineaciones.

Su desparpajo y esa actitud firme y disciplinada ante las adversidades hacen de Corpas un deportista diferente. Ya lo era de pequeño en el pueblo y luego en las categorías inferiores del Linares, donde el técnico del juvenil, Ángel Gálvez, lo colocó de pivote defensivo porque sabía que cumpliría a rajatabla cualquier orden.

Su salto al primer equipo coincide con la refundación del club en 2009. Comienza, como el resto de aquella hornada de jugadores de la casa, desde lo más bajo. Y no pudo tener mejor debut: marcó el segundo tanto de la victoria azulilla frente a la Escuela Municipal de Jódar en el estreno liguero. Ahí comenzó su meteórica carrera en el Linares, con el que ha visto puerta en todas las categorías, desde la Primera Regional hasta la Segunda B. Corpas, que ha vestido la camiseta azulilla en 318 partidos oficiales, es el máximo goleador de la historia del Linares —en sus distintas denominaciones— con 72 dianas, a pesar de no ser delantero.

Sus inicios fueron de mediapunta hasta que encontró su acomodo en la banda derecha, de carrilero. Fue Antonio José García, "Torres", quien determinó cambiarle de posición para aprovechar su capacidad de desafiar cara a cara al contrario sin miedo. "La gente me protestó mucho aquello. Quería que jugara de delantero, pero sabía que podía sacarle más rendimiento en banda", recuerda el técnico con el que Corpas más ha crecido. Juntos sacaron al Linares de las profundidades para llevarlo de nuevo de regreso a la División de Bronce.

Pero más allá de los tantos, es su incidencia en el juego lo que define su excelente estado de forma. Todos los balones pasan por sus botas y aporta el desborde necesario mediante la conducción de la pelota cuando el partido está atascado. Rinde a tan alto nivel que nadie discute su contratación procedente de un Segunda B. Hombre prudente y sencillo tiene grabado en su memoria el tanto que propició la salvación del Linares ante el Cacereño. Reconoce que nunca podrá olvidar aquella sensación de felicidad ante los nueve mil azulillos que coreaban su nombre en las gradas de Linarejos, su estadio, cuya banda derecha no olvida a su número 7.