Javier Valero: "He crecido como artista y también como persona"

Deslumbrar es un verbo que el bailaor jiennense conjuga a lo largo de todo el año, sobre los escenarios. Quizá por eso, en estos días de Semana Santa el papel que mejor le va sea el de hermano de luz... Hermano de la luz, diría un poeta. Pasionista apasionado, entre procesión y procesión hace de su obligación una devoción y, en las disciplinadas filas de los ensayos, se bate el cobre para que, el próximo mes de junio, el estreno de su primer gran espectáculo, Mar de olivos, marque un punto de inflexión en su joven carrera. 

—La carta de presentación más ambiciosa de su carrera, hasta ahora, ya tiene cartel, escenario y hasta fecha, Javier.

—Sí, sí, será mi primer espectáculo oficial: el próximo 10 de junio, a las nueve de la noche, en el teatro Infanta Leonor. 

—Ah, y título también, de lo más jaenero por cierto...

—Mar de olivos, sí; quiero que Jaén esté presente porque es mi tierra, me gusta llevarlo siempre por bandera, me siento orgulloso de la tierra en la que he nacido y qué mejor que empezar mi carrera con un espectáculo que trate de mi tierra. 

—Un mar del que saldrá usted de todo menos como un náufrago, pese a estos tiempos revueltos de pandemia y guerra que han precedido, preceden y quién sabe si seguirán precediendo a su estreno.

—La verdad es que el parón de la pandemia y todo lo que ha venido a partir de ella no me ha venido ni bien ni mal, la desesperación nos ha aflorado a todos pero, a nivel artístico y de formación, he crecido como artista y persona, no he parado en ningún momento. Puedo decir que lo he aprovechado muy bien.  

—¿Qué es Mar de olivos? Porque así, de sopetón, ese título huele a aceite, a rama verde...

—Es un espectáculo que cuando Jaén lo vea va a identificar rápidamente que es su tierra, las raíces de dónde vienen; si algo nos identifica es eso, el olivo, el aceite... Respecto a mí, van a encontrarse con un Javier Valero más maduro, que transmite un mensaje de libertad e igualdad pero siempre luchando por su tierra, y en su tierra. 

—Libertad, igualdad, raíces... Palabras mayores, Javier. 

—Esos son los leit motiv de la obra, sí. 

Para la ocasión, el bailaor jiennense se ha rodeado de mucha (y reconocida) gente del flamenco: Antonio Mena y María Portillo al cante; Mané Ortega y Daniel Mejía al toque; los coros y las palmas de Chano y Juaneke Gutiérrez; Carlos 'el Tomate' a la percusión y, en el cuerpo de baile, con Cristina Orozco, Alba Vicente, Triana de los Santos y Paula Díaz. Con ellos, dos voces invitadas: Ana de Utrera (que lleva para adelante, además, la dirección artística) y Ángeles Toledano. Cabales, dicen los que saben de jondura. 

—No se va a sentir solo en el escenario, Javier, sino todo lo contrario, arropado a rabiar.

—Sí, traigo artistas tanto de Sevilla como de Jaén, hemos hecho una combinación muy bonita, de la que me siento muy orgulloso. Están trabajando muy bien, con muchos ensayos, pero seguro que merecerá la pena. 

—Eso dicen, que para presumir hay que sufrir... En su agenda de ahora mismo, la palabra que más se repetirá será precisamente esa: ensayo.

—Sí, a dos meses del estreno hay muchos nervios, muchas visitas a las modistas, muchos preparativos y, por supuesto, muchos ensayos para que salga todo bien. 

—Arropado por el elenco de artistas que lo acompañarán, Javier, como ha quedado claro unas líneas más arribas, pero seguro que el arropo que más desea usted sentir es el de los jiennenses, sus paisanos, esa noche tardoprimaveral, ¿a que sí?

—Claro que sí.

—¿Un mensaje para que se animen, para que no quede ni una butaca libre en el 'Infanta Leonor'?

—Les diría que va a ser un día en el que todos vamos a celebrar a nuestra tierra, de dónde viene nuestra raíz y nuestra esencia, que es algo indispensable para todo jiennense. Los invito a que vengan a verme y a que disfrutemos todos de esto que tanto nos une.