Pedro Varela: "Hay que pintar como a uno le dé la gana"

El museo particular de Pedro Varela Morillas (Torres, 1964) son sus redes sociales, en cuyas intangibles paredes cuelga sus pinturas sin más pretensión que compartir con los demás el fruto de su vocación artística. Hoy, además, comparte con los lectores de Lacontradejaén su historia como pintor. 

—Que la pintura es su vocación lo deja claro un paseo por las 'galerías' de sus perfiles, ¿pero es también lo que le procura el sustento?

—No, no, es una afición, no lo hago de manera profesional. 

—Hay facultades que se heredan. ¿Es su caso? ¿Nació en una casa con olor a trementina?

—No, es que siempre me ha gustado pintar, aunque de forma un poco más seria llevo unos cinco años. 

—Aficionado, ¿y autodidacta, o Pedro Varela acumula horas de taller o academia?

—No he ido a ninguna academia, aunque autodidacta yo creo que nadie es, siempre se fija uno en alguien. 

—Casi todo el mundo tiene a su alcance un bolígrafo para juntar palabras y escribir ripios, pero cualquiera no sabe cómo preparar un lienzo o mezclar colores. ¿Dónde lo aprendió usted?

—Lo que más uso es el acrílico y la acuarela (el lienzo no, porque es tóxico y no me sienta bien); he aprendido por intenet, viendo algo, pero prácticamente ha sido una cosa mía, fijándome. 

—¿Qué le aporta esta vocación? ¿Le ayuda en su vida cotidiana?

—Me sirve para evadirme. 

—Y de exposiciones, ¿cómo anda su currículo?

—Nada; me han dicho varias veces de exponer, pero normalmente no tengo nunca cuadros para eso. Lo que haqo es regalárselos a algunos amigos, aunque últimamente sí estoy guardando cuadros. Me han propuesto exponer, pero como económicamente no he estado muy bien no he podido comprar pintura, cuando me lo han propuesto. 

—¿Le gustaría?

—Sí, sí, pero lo que más me gusta es divertirme pintando, pasármelo bien. Eso es lo principal. 

—¿Qué parte de su tiempo dedica a esta pasión, Pedro? ¿Pinta usted todos los días?

—Casi todos; ahora, como estoy mal con las rodillas y no trabajo... 

—Es usted eso que se llama un jubilado...

—No, no, en paro. 

—¿A qué se dedica profesionalmente?

—Normalmente a la agricultura, o he trabajado de camarero; también he salido por ahí a trabajar... ¡Es que como aquí no hay más que campo!

—Menudo paisaje el de Torres, con sus cerezos y todo. ¿Le sirve de inspiración su tierra? ¿Qué pinta Pedro Varela?

—Me gusta inventar, soy muy creativo, hacer cosas que no haya visto: paisaje, retrato...

—¿Algún rasgo reconocible, característico, en las obras que firma?

—Me gusta que se note la pintura, la pincelada. 

—Eso es muy contemporáneo. ¿A ver si va a ser usted un neoimpresionista?

—El impresionismo me gusta bastante, sí, pero el estilo de mis cuadros es mío, es difícil encasillarme, me gusta mezclar, divertirme. Me emociono mucho pintando. 

—¿Qué le dicen sus seguidores a través de las redes sociales?

—Me comentan cosas, sí, y a veces me hacen encargos, aunque no me gustan los encargos. 

—Está usted en la línea de pensamiento del pintor Antonio López, cuando respondió a una periodista aquello de que "la pintura moderna surge de la libertad, no del encargo".

—Como a uno le dé la gana, así hay que pintar. 

—¿Quién es su referente, qué maestro de la pintura le tira más?

—Quizás El Greco. 

—No es raro, si se tiene en cuenta la inquietante libertad creativa del autor de El entierro del señor de Orgaz...

—Me gusta mucho, y también Egon Schiele. 

—Un expresionista...

—Y el que más me gusta de todos, Goya, ahí es donde voy yo; él no retrataba, pintaba lo que se le venía a la cabeza, la interioridad. Eso es lo que a mí me gusta, lo que yo hago.