'Puerta grande' para el director de escena Chechu Gómez

El arquillero triunfa al frente de El tiempo que estemos juntos, la obra teatral de Pablo Messiez que escogió como trabajo de fin de carrera

Dice Chechu Gómez (Arquillos, 2001) que durante el tiempo que dura los estudios de Dirección Escénica y Dramaturgia en la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga, los estudiantes no dejan de darle vueltas al momento de la graduación: 

"Siempre se habla de salir por la puerta grande", asegura. Y así, en volandas, es como afirma sentirse tras la representación de El tiempo que estemos juntos, la obra (original de Pablo Messiez) que escogió para dirigirla y, así, firmar su trabajo de fin de carrera sobre el escenario del malagueño teatro ESAD:

"Sinceramente siento que he salido por la puerta grande, pero no solo por el buen resultado sino también por el cariño que me ha dado mi gente, mis actores, desde dónde hemos trabajado, el amor que ha habido detrás de este proyecto... Eso, a mí (haya estado feo o bonico) me hace salir por la puerta grande".

Cariño, sí, que hasta contó con la compaña de sus paisanos en el estreno: "Me sentí muy arropado", asevera, y apostilla: "Fueron cuatro días de puertas abiertas y tuvimos muy buen recibimiento de público, de citica, la gente salió impactada".

Y es que la obra escogida por Gómez parece que no deja indiferente: "Va sobre la convivencia, cómo hay distintos tiempos que conviven con otros tiempos; también va del dolor, cómo el dolor se manifiesta en distintas perspectivas, en distintos cuerpos, en distintas situaciones y todas confluyen y conviven entre sí. Si tuviera que resumir la obra en una fase diría que va sobre la necesidad de escuchar y de ser escuchado".

Un libreto "impresionante" (en sus propias palabras), en el que no faltan escenas que parecieran escritas aposta para el propio director, en una coincidencia de sensaciones que no lo hizo dudar a la hora de decantarse por El tiempo que estemos juntos en cuanto cayó en sus manos:

"Cuando lo leí fue impresionante, porque coincidía con un montón de cosas de mi momento biográfico, de mi contexto vital, parecía que me lo habían puesto ahí; la trama se desarrolla en la casa de una de las abuelas de los personajes, yo en ese momento vivía en casa de mi abuela, y luego ella se murió, parecia que estaba hecho para mí".

Tanto le tocó la fibra que no lo dudó y se sumergió en la dirección de una pieza no precisamente en consonancia con sus trabajos anteriores: 

"Siempre me he movido en la comedia, en otros tonos, pero me puse como reto hacer un drama. Sí es verdad que los conocimientos están ahí, pero quería experimentar, ser un poco más ambicioso, y así ha sido este montaje, muy ambicioso, con una iluminación muy compleja, música compuesta originalmente para la obra, canto, baile, expresión corporal..., campos en los que yo no estoy tan experimentado", comenta.

Como que ha terminado 'guarnido', con ganas de seguir pero, también, de pisar un poco el freno: "Ahora mismo necesito descansar, entregar el TFC y terminar las asignaturas que quedan; después miraré, porque han sido muchas emociones, estoy destrozado a nivel emocional y físico. Pero creo que se van abriendo puertas".

Puertas que lo mismo lo conducen directamente a las tablas de algún teatro de la provincia jiennense, para que sus paisanos también puedan sacar sus pañuelos y pedir puerta grande para Chechu Gómez.